Perú: Fondo Monetario Internacional anticipa caída del PBI durante 2023

El giro político a la izquierda que ha caracterizado al grueso de los países de América del Sur se hace sentir en el andarivel macroeconómico. Experiencias como las llevadas a cabo en la Argentina con el tándem Fernandez-Fernandez, la de Gabriel Boric en Chile o la de Gustavo Petro en Colombia están conduciendo velozmente hacia un escenario de deterioro económico, mediando una acentuada pérdida de valor de las monedas nacionales -fenómeno que se desarrolla con independencia del delicado concierto global que involucra suba de tasas e incremento de la inflación.

 

En este marco, Perú es una de las naciones que ha evidenciado mayores desbarajustes. De acuerdo a proyecciones del FMI (Fondo Monetario Internacional), se ha recortado el índice de crecimiento del país, para lo que resta de el año en curso, y de cara al próximo. La coyuntura peruana demuestra una notoria conflictividad social y política, a lo que debe agregarse la devaluación de la moneda local y el crecimiento del índice de desempleo. Esta realidad, de acuerdo a Fitch Ratings, pondría bajo la lupa la calificación soberana de su deuda.

 

El PBI desestacionalizado demuestra que, durante el último trimestre, la economía del Perú creció 2,6% por encima de los niveles previos a la pandemia, guarismo que se sitúa por detrás del promedio alcanzado por otros países de la región como Colombia, Chile, México y Brasil, estacionados en el escalón del 4%. En tal sentido, Perú continúa rezagado, casi un 5% por debajo del nivel que se hubiera registrado de no haber tenido lugar el fenómeno del COVID-19.

 

Adicionalmente, la capacidad adquisitiva de los hogares peruanos es hoy menor a la registrada durante 2021. Si bien el consumo ha impulsado el crecimiento del país durante 2022 (en razón del lógico impacto inflacionario), la recuperación de la economía hogareña dista de ser satisfactoria. Los salarios en el Perú se han revelado en un 10,5% inferiores a los computados durante 2019, según informes desarrollados por CEPAL y OIT -nuevamente, por debajo de la escala salarial retornada por países como Brasil, Colombia y México. Mientras tanto, el PBI registrado por el sector minero se encuentra en un 9,3% por debajo de los niveles pretendidos, cifra que ciertamente contrasta con idéntico indicador de Chile (5,4%) y México (-1,7%)

 

Acto seguido, el concierto anticipable para América Latina dista de ser favorable de cara a 2023, en virtud de que la presión inflacionaria no cede; los bancos centrales continúan elevando las tasas de interés (en clara sintonía con las medidas definidas por la Reserva Federal de los Estados Unidos de América); los precios de las materias primas se precipitan -al menos, de momento-, y, como consecuencia natural de la suba de los tipos de interés, el financiamiento para empresas y personas se encarece.

 

En el orden internacional, desde mediados de 2022, el precio de metales y combustibles han caído significativamente -en casí un 25%. Tal como señaláramos previamente, la depreciación de las monedas también amplifica una perturbación monetaria en el orbe latinoamericano. Al encarecerse el financiamiento, la tasa de deuda soberana del Perú pasó del 6% a 8,4% durante octubre. Estas cifras sólo observan precedente en la crisis financiera internacional de 2008.

 

Así las cosas, se ha registrado un marcado perjuicio para los fundamentos macroeconómicos, aún cuando dentro de la canasta de monedas de la región de países latinoamericanos el sol peruano probó exhibir una fortaleza relativamente superior a la divisa de sus pares -respaldado ello en el nivel de reservas internacionales y en el PBI, variables que no dejan de mostrarse sólidas en el concierto de los mercados emergentes, pese al contexto adverso que actualmente experimentan los mismos.

 

Las estimaciones del FMI en materia macroeconómica para América Latina prevén un avance inferior al promedio registrado durante los últimos veinte años. De corroborarse esta previsión, el Perú abandonaría su posición en el podio de las naciones con índices macroeconómicos satisfactorios.