República Cromañón y la fábrica de aerosoles de Virrey del Pino. Las cosas que no cambian

Me dirijo a ustedes para dar mi testimonio sobre lo acontecido en la fábrica de aerosoles que recientemente se incendió en Virrey del Pino, partido de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires Soy una mamá de Cromañón; perdí a mi hijo en aquella trágica noche. Resido en el partido de La Matanza y no dejo de asombrarme por lo ocurrido en la fábrica de Virrey del Pino. Aún más, habiendo conocido personalmente a estos inspectores cuestionados, y me refiero puntualmente a Verónica Salvadores y Daniel Expósito. Con estas dos personas, y con parte del grupo de la Secretaría de Planificación Operativa y Control Comunal de la Municipalidad de La Matanza, me he reunido junto a otros padres muchas veces, ya que nosotros, los papás, los alertábamos a ellos -no siendo nuestra obligación- al respecto de las malas condiciones en que se encuentran los distintos locales nocturnos, ya sea se trate de la organización de recitales como para bailes en nuestro partido. Parecería que, luego de la tragedia como la vivida el 30 de diciembre de 2004, las autoridades aún no han caído en la cuenta, primero, del personal que asignan para el contralor de esta función, que tiene relación, ni más ni menos, con el control de industrias, medio ambiente, la fiscalización de obras, inspección general y catastro, pesos y medidas, teoría y lealtad comercial. Todo lo expuesto es el rango de funciones y responsabilidades de control que recaen en esta secretaría del Partido de la Matanza, creada por el intendente del distrito luego del desastre de República Cromañón. Ahora bien, lo incomprensible es que el Intendente de La Matanza (Fernando Espinoza) haya puesto, al frente de la mencionada Secretaría, a la señora Verónica Salvadores -la inspectora cuestionada- a sabiendas de que ella desempeñaba el cargo de asesora de Antuña y que fue despedida por el ex intendente porteño, Aníbal Ibarra, luego de acontecido el episodio de Cromañón. Otro tanto ocurrió con su marido, Daniel Expósito... Lo relatado constituye una verdadera ironía del destino, dado que, nuevamente, la sombra de Cromañon parece posarse sobre nuestra sociedad. Otra vez la inseguridad, la falta de responsabilidad de funcionarios corruptos que "salen de un agujero y se meten en el otro", como se dice vulgarmente. Mientras tanto, el conteo de víctimas no se detiene. Cada vez son más las familias que tienen que hacer frente al irreparable daño que es la muerte de un ser querido. Lamentablemente, la única conclusión a extraer es que nada hemos aprendido : la Argentina sigue siendo una República Cromañón...