SOCIEDAD: JUSTICIA

Carta desde la prisión: un grito del alma que interpela a la sociedad

Recientemente, salió a la luz un documento imposible de leer sin estremecerse...

24 de Octubre de 2025

 

Recientemente, salió a la luz un documento imposible de leer sin estremecerse: una carta desde la prisión de máxima seguridad de Rawson, escrita por Konstantin Rudnev, un hombre cuya historia fue distorsionada por el miedo y la propaganda.

Konstantin Rudnev, FSB, Rawson, Bariloche

Al lector podrían acaso sorprenderle los sentimientos desplegados en la carta: dolor, reflexión y serenidad. El autor, Konstantin, escribe:

'No creemos en nuestros ojos, sino en los titulares. No en el corazón, sino en las palabras ajenas. Vivimos dentro de los periódicos, en lugar de vivir en el alma'.
 

Cuando los titulares se convierten en sentencia

El desarrollo podría aportar al conocimiento respecto de la explotación de las denominadas 'percepciones'. Un poco de escándalo, una cuota de miedo… y la reiteración de mentiras o falsas verdades pueden cobrar formato de 'verdad'. El desenlace de esta maniobra en particular condujo a la condena de Rudnev en Rusia, en 2010. El tribunal ignoró los hechos, respaldándose estrictamente en el ruido mediático. En función de esa colección de maniobras, pagó con once años de reclusión en una prisión siberiana.

Tras su liberación, el imputado buscó paz -primero, en Montenegro; luego, en la Argentina. Sin embargo, los antiguos rumores resurgieron: arresto, confinamiento, y una constelación de novedosas acusaciones. Su caso certifica los modos en que el periodismo profesional, al hacer a un lado su propia responsabilidad, muta en instrumento represivo. Mira el video.

Así, pues, Konstantin consigna:
 
'Me han juzgado durante muchos años —no las personas, sino el papel. No me escucharon, me imprimieron. No me conocían, pero me citaban. No me veían, pero me condenaban'.
 

Fábrica de Trolls: la mentira digital como arma

Si los periódicos moldean la opinión, puede afirmarse -sin temor a error- que el internet la programa. Rudnev se refirió al 'precio de la mentira', y sus palabras resuenan al recordar la Fábrica de Trolls en la ciudad de San Petersburgo, a la que algunos han bautizado como Internet Research Agency.

Los matutinos The Guardian y The New York Times revelaron, entre los años 2015 y 2018, que la urbe albergaba a un departamento del FSB -el servicio de seguridad federal ruso-, encargado de manipular a su antojo el espacio digital. Un 'ejército de trolls bien pagos' ingeniaba perfiles falsos, sembraba odio, e incluso intervenía en procesos electorales desarollados en el extranjero.
 
Rudnev describió, a ese respecto:
 
'Un periódico puede ser un látigo. La palabra puede ser una cámara de tortura. Pero no guardo rencor… Cuando se les paga a los trolls por decir la verdad, la mentira se convierte en una profesión'.
 

Un mensaje de luz

En su carta, no hay rencor -apenas una fe profunda en la bondad humana:
 
'Solo quería que las personas dejaran de temer a ser amables... La compasión y la luz no son una religión. Son el aliento de la vida'.
 
Concluye Rudnev:
 
'Podrán escribir mil titulares repugnantes sobre mí, pero no podrán quitarme la capacidad de ver a las personas como seres luminosos'.
 
La misiva es un reflejo de nuestra sociedad, en el que la palabra se transforma en arma y la compasión, en crimen.


El caso de Konstantin Rudnev
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