ECONOMIA INTERNACIONAL: CARLOS RODRIGUEZ BRAUN

Liberalismo y socialismo

Una de las consignas clásicas del peronismo en mi Argentina natal era: 'Ni yanquis ni marxistas, peronistas!'...

14 de Octubre de 2019

 

Una de las consignas clásicas del peronismo en mi Argentina natal era: 'Ni yanquis ni marxistas, peronistas!'. En efecto, el peronismo, al igual que otras variantes del populismo y el fascismo, reivindicó la equidistancia entre liberales y socialistas, o entre capitalistas y anticapitalistas, a quienes identificó. 
 
Juan Domingo PerónPero liberalismo y socialismo son opuestos, conforme el liberalismo defiende las instituciones de la libertad, en particular la propiedad privada y los contratos voluntarios, que el socialismo quebranta. El socialismo idolatra el progreso y la ciencia, mientras que el liberalismo subraya las limitaciones del saber, y desconfía de los planes racionalistas de cambiar la sociedad sin restricciones intelectuales ni morales. Así como, en política, el liberalismo procura limitar el poder, el liberalismo en economía hace lo propio con el llamado poder económico, al someterlo a la competencia y el juicio de los ciudadanos. Cuando los antiliberales despotrican contra la “mercantilización”, ignoran que, allí donde no hay mercados, existe coacción en perjuicio de los más débiles. 
 
Vuelvo a recordar el peronismo, por esta frase que pronunció el general Perón en el Congreso argentino: 'La economía nunca es libre: o la dirige el Estado o la dirigen los monopolios'. 
 
Esto entronca con antiguas ideas antiliberales que advertían contra los terratenientes y capitalistas porque concentran la propiedad, despojando de ese derecho a la mayoría del pueblo. De ahí proviene la tradición estatista del fascismo, que condena el liberalismo caricaturizándolo como un mundo sin reglas, donde dejar a la gente en paz significa dejarla aislada e inerme ante cualquier violencia. Se apoya en esta tradición la idea antiliberal de primar siempre el vínculo colectivo sobre el derecho individual, considerado egoísta. También decía Perón que, sin la coacción del Estado, el individuo caería presa de la 'sinarquía internacional'. El intervencionismo, así, protege al individuo de conjuras variopintas. 
 
Siendo equivocada, la identificación de liberalismo y socialismo tiene un argumento histórico en su favor. Es el racionalismo ilustrado de la Europa continental, que estalla en la Revolución Francesa, y tiene ecos en España y otros países, por la relativización del derecho de propiedad en el caso de la tierra —pensemos en Flórez Estrada, o Henry George. No es casualidad que un gran liberal como F.A. Hayek haya insistido en distinguir la Ilustración continental de la británica, y especialmente de la escocesa de David Hume y Adam Smith.

 
Sobre Carlos Rodríguez Braun

Es doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la misma universidad. Sus artículos son publicados en el sitio web en español del Instituto Cato (Washington, D.C.).