Argentina: con un default en el horizonte, la libertad económica vuelve a estar en riesgo

El puntaje de la Argentina en materia de libertad económica se incrementó ligeramente durante este año. Sin embargo, el país continúa en el puesto #149 en la edición 2020 del Indice de Libertad Económica -desarrollado por el think tank estadounidense The Heritage Foundation-, como una de las economías menos libres y reprimidas en globo.

Las políticas implementadas por la actual Administración de izquierda tutelada desde Buenos Aires amenazan con hundir aún más a la Argentina en el citado ránking.

Vale recordar que la economía nacional se había deslizado hacia el grupo de economías 'reprimidas' en oportunidad del segundo período de gobierno de la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner (2011-2015), del partido peronista, en su presentación de izquierda.

El país había consolidado algunos progresos durante la Administración de quien fuera el sucesor de Fernández, Mauricio Macri -del centroderecha-, pero la Argentina terminó acercándose a calificaciones que cifran su economía como mayormente carente de libertades.

Las acciones del ex presidente Macri, no obstante, jamás llegaron a tener sintonía con sus discursos. Sus críticos argumentan que su política de gradualismo económico se tradujo en una oportunidad perdida a la hora de implementar las reformas estructurales que el país precisaba, a criterio de consolidar un renacimiento económico genuino y perdurable.

Como base de ese problema, numerosas propuestas reformistas en su momento pergeñadas por Macri -y cuyo fin era reducir el ecosistema de deficiencias para incrementar la productividad- fueron obstaculizadas por el peronismo de oposición, espectro que mantuvo control sobre el Congreso de la Nación.

En cualquier caso, si acaso Macri hubiese adoptado el enfoque de una 'terapia de shock' cuando contaba con la predisposición política para hacerlo y el respaldo de la ciudadanaía en 2016, con toda probabilidad, la República Argentina se hubiese ahorrado la marcada contracción económica registrada por su Producto Bruto durante 2018.   

Las reformas estatales -antes que la febril iniciativa que cobró forma en recurrentes solicitudes de crédito externo por parte de Mauricio Macri- también hubiesen contribuído a morigerar la crisis que el país está experimentando hoy día, exhibiendo problemas al momento de hacer frente a los pagos de su deuda soberana.

En tal contexto, la cadena informativa estadounidense Bloomberg informa que el gobierno argentino, hoy involucrado en negociaciones con acreedores internacionales en torno de una fracción de su deuda, por US$ 72 mil millones, ha ofrecido una 'moratoria de tres años sobre los pagos de deuda, lo cual consigna una reducción del 62% en pagos de intereses, y un recorte del 5% sobre el capital'. 'Los tenedores de deuda extranjeros están recibiendo ofertas respaldadas en garantías sobre distintos vencimientos, ninguno de los cuales devengará intereses previo a 2022. No se pagará capital antes de 2026', completó Bloomberg.

De no firmarse un acuerdo para este viernes 22 de mayo, el país incurrirá en una cesación de pagos sobre su deuda, por novena vez en su historia. El último default -sobre US$ 93 mil millones, lo cual consignó un récord en ese entonces, tuvo lugar en el año 2001.

Carmen Reinhart, economista de la Universidad de Harvard, predijo que la oferta será insuficiente, y que la Argentina no estará en capacidad para reestructurar y retomar el pago sobre el capital y los intereses adeudados. Reinhart estima que el paquete deberá ser reestructurado, y que deberá registrarse un crecimiento económico espectacular, escenario que la experta evalúa acertadamente como 'milagroso' si sucediera, habida cuenta de que la economía mundial lucha para recuperarse de la pandemia de coronavirus.

El Indice de Libertad Económica subraya los pasos que el gobierno de la República Argentina necesita tomar, a efectos de edificar un crecimiento económico robusto y sustentable, con miras a quebrar su extendida trayectoria de 'booms' económicos seguidos de estallidos.

Entre esos pasos, figuran reformas necesarias para solucionar el cúmulo de deficiencias existentes en el seno de la información regulatoria sobre patentes; fortalecer los órganos anticorrupción; poner fin a la politización del sistema judicial; eliminar los obstáculos de índole económica y política que han entorpecido la implementación de reformas pro-mercado; reducir los impuestos sobre pensiones, y reducir otros impuestos laborales que continúan siendo elevados; recortar los subsidios; reducir la regulación que impide el ingreso de la inversión extranjera en numerosos sectores; y reducir las tenencias accionarias del Estado en bancos de la égida pública, las cuales totalizan más del 40% de los activos en el sector financiero.

Nada de eso sería sencillo de implementar en la más favorable de las circunstancias pero, con el retorno de los peronistas en la presidencia -cuyas políticas a lo largo de las siete décadas pasadas inflingieron un severo daño económico a la Argentina-, el prospecto para la implementación de reformas que mejorarían la libertad económica para los ciudadanos y mejorarían la calidad de vida de éstos, infortunadamente, se ve ensombrecido.

Artículo original, en inglés