ECONOMIA INTERNACIONAL: ROBERTO CACHANOSKY

Argentina: el kirchnerismo copia el gradualismo y el 'Ir viendo' de Cambiemos

El informe presentado la semana pasada por el Ministro de Economía de la República...

21 de Febrero de 2020

 

El informe presentado la semana pasada por el Ministro de Economía de la República Argentina, Martín Guzmán, en el Congreso, tuvo un contenido más de barricada política que explicaciones de política económica que permitan visualizar un plan económico útil para explicar cuál será el rumbo económico.
 
Martín Guzmán, Default de Alberto Fernández, KirchnerismoUna vez más, desde el Gobierno sostienen la falacia que no pueden explicitar un plan económico hasta tanto no se resuelva el tema de la deuda pública. La razón sería que, sin conocer la resolución de ese tema, no sería posible confeccionar un presupuesto, porque se desconocen los intereses a pagar y, dado que el presupuesto es el plan económico, dicen, sin resolver el problema de la deuda, no es posible calcular los intereses. Sin esto, no hay presupuesto; y, sin presupuesto, no hay plan económico.
 
La Ley de Emergencia Económica es contraria al Artículo 29 de la Constitución Nacional, el cual reza: 'El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria'. 
 
El presupuesto deja, entonces, de ser el centro de la política económica y, por lo tanto, de hecho, aunque ya estuviera resuelto el problema de la deuda pública, no habría presupuesto y, en palabras de algunos miembros del oficialismo, tampoco habría plan económico; porque el presupuesto es un monto que el gobierno puede gastar a su antojo modificando partidas presupuestaria. Pero un presupuesto así descripto, no es un presupuesto.
 
En un país con un gobierno con poderes limitados, el presupuesto es fundamental. El problema es que, en la Argentina, se considera que quien más votos suma, adquiere poderes tipo monárquicos, conforme se interpreta que la mayoría ciudadana le da derecho a hacer lo que quiere. Es decir, una democracia ilimitada, como la denominara F. A. Hayek, que es un democracia que no respeta límites legales apelando a la mayoría de las urnas, cuando en realidad esa mayoría solo establece quién va a administrar la cosa pública dentro de los límites que le establece la Constitución Nacional.
 
En definitiva, no es cierto que para poder tener un plan económico primero haya que tener el presupuesto, y que de eso depende del arreglo de la deuda externa. En todo caso, a efectos de poder resolver el problema de la deuda pública, es menester explicitar un plan económico que le de cierta confianza a los acreedores que la economía va a crecer y, por lo tanto, van a poder cobrar al menos los intereses de la deuda pública.
 
Por ejemplo, parte de un plan económico sería una reforma laboral que no necesita pasar por el presupuesto, o una propuesta de integración económica al mundo, que tampoco exige de una pasar por el presupuesto, o una regla monetaria que otorgue previsibilidad al poder al poder adquisitivo de la moneda. Un plan económico se compone de más elementos que el presupuesto.
 
Por el momento, el plan económico del gobierno se limita a licuar buena parte de las jubilaciones, con el objetivo de ir igualando hacia abajo los montos de esos haberes, hasta que todos cobren la mínima. Busca licuar el gasto en salarios, congelar las tarifas de los servicios públicos por un tiempo, y apelar a Precios Cuidados.
 
Dicho sea de paso, Precios Cuidados no empezó con buena estrella. En enero, el rubro Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, aumentó el 4,7% respecto a diciembre, cuando en diciembre se había incrementado en un 2,8% con relación a noviembre.
 
Sin embargo, existe otro tema a considerar y que parte del discurso compartido por Guzmán. Sentenció el Ministro que no habrá equilibrio fiscal hasta 2023, es decir, que no lo habrá durante la totalidad del mandato del Presidente Alberto Fernández (que remataría con un tránsito en desequilibrio). Si va a manejarse con déficit fiscal, el gran interrogante es: ¿cómo financiará el bache fiscal? Hay cuatro maneras de cerrarlo: 1) aumentando impuestos, 2) tomando deuda interna, 3) tomando deuda externa, 4) emitiendo moneda.
 
El aumento de impuestos ya se implementó, a no ser que los funcionarios de la Gestión Fernández tengan en mente seguir potenciando la presión tributaria. El mercado crediticio interno es mínimo, de tal suerte que, si el Estado sigue tomando el escaso ahorro interno que hay, al sector privado le quedarán monedas para financiarse, acentuándose la recesión.
 
Si no piensan tomar los US$ 11 mil millones que restan del FMI, es de imaginar que tampoco saldrán a pedir prestado al mercado voluntario de deuda (aunque sin pagar los intereses dudo que esa puerta se vaya a abrir). Es decir que puede presuponerse que financiarán el déficit fiscal con deuda externa.
 
Queda la emisión monetaria como último recursos para financiar el déficit fiscal, con lo cual se estará comprando un piso de inflación elevado para los cuatro años de mandato de Fernández, y aún se desconoce si acaso esa inflación no terminará desbordándose.
 
El Ministro Guzmán también afirmó que, en este contexto, no resulta posible implementar un ajuste fiscal, porque ello generaría una mayor recesión. El ajuste existe gracias al impuestazo que le aplicaron al sector privado y con la licuación de las jubilaciones y de los sueldos de la administración pública. Existe un feroz ajuste que recae sobre el sector privado -nunca sobre el sector público, como ya es costumbre.
 
Al cierre, el Ministro Martín Guzmán ofreció un discurso político ante el Congreso; un discurso carente de precisiones económicas. Por el momento, sigue mostrando que carece de un plan desde el cual comenzar a modificar el rumbo de la economía.
 
Curiosamente, se da una situación similar a la registrada en la época de Cambiemos. El ex presidente argentino Mauricio Macri jamás se propuso contar con un plan económico global: su Gestión siempre apeló al gradualismo, y a tratar de solucionar problemas puntuales. De lo que se trataba era de 'Ir viendo' a diario cómo hacer frente a algún problema. El kirchnerismo encara un proceso idéntico: aplica gradualismo fiscal, afirmando que hasta 2023 habrá déficit fiscal, mientras que no explicita un plan económico.

No es más que una política, como la diseñada por Cambiemos: 'Ir viendo'.


 
Sobre Roberto Cachanosky

Profesor titular de Economía Aplicada en el Master de Economía y Administración de ESEADE, y profesor titular de Teoría Macroeconómica en el Master de Economía y Administración de CEYCE. Columnista de temas económicos en el diario La Nación (Argentina). Publica regularmente en el reconocido sitio web Economía Para Todos.