INTERNACIONALES: MANUEL HINDS

Honduras, una historia en América Central

Esta es una historia genérica, que ha tenido lugar tantas veces...

26 de Diciembre de 2017
Esta es una historia genérica, que ha tenido lugar innumerables veces -al punto en que uno podría escribirla en formulario con espacios en blanco para apenas modificar los nombres de los protagonistas. En este caso, las elecciones de referencia se han registrado en Honduras. Las primeras cifras daban el triunfo a Salvador Nasralla, con un margen del 5%, que, con cerca del 60 % de los votos ya contados, era casi imposible de superar para el otro candidato, el presidente Juan Orlando Hernández. Éste dijo que lo superaría porque faltaba contar los lugares en los que él tiene más partidarios. Pero, entonces, el conteo se interrumpió; la computadora principal del proceso se cayó, y no se dio ninguna información durante un día y medio. Cuando se retomaron las comunicaciones, el presidente Hernández era el que llevaba la ventaja con el 81 por ciento de los votos. contados.
 
Jorge Tuto Quiroga, OEALa Misión de Observación Electoral de la OEA pidió a un profesor de la Universidad de Georgetown su opinión con respecto al comportamiento estadístico del proceso de votación, para verificar si acaso era cierto que el cambio se debió a que se ingresaron nuevas regiones en el conteo. El profesor declaró que las diferencias no provenían de un solo departamento, sino de todo el país, que son demasiado grandes para ser generadas por el azar y que no son fácilmente explicables por otras razones, levantando dudas sobre la veracidad del resultado.
 
Tras recibir el informe de sus propios observadores, la OEA declaró: “Como ya fue informado por la Misión de Observación Electoral de la OEA, el proceso electoral estuvo caracterizado por irregularidades y deficiencias cuya entidad permite calificarlo como de muy baja calidad técnica y carente de integridad. Intrusiones humanas deliberadas en el sistema informático, eliminación intencional de rastros digitales, imposibilidad de conocer el número de oportunidades en que el sistema fue vulnerado, valijas de votos abiertas o sin actas, improbabilidad estadística extrema respecto a los niveles de participación dentro del mismo departamento, papeletas de voto en estado de reciente impresión e irregularidades adicionales, sumadas a la estrecha diferencia de votos entre los dos candidatos más votados, hacen imposible determinar con la necesaria certeza al ganador”. Otras irregularidades incluyen el proceso que se siguió para restablecer el sistema, que no solo alteró la evidencia, sino que también dejo al servidor bajo el control remoto de la empresa proveedora, que podría cambiar resultados sin que quedara rastro. Esto es lo que alguien que quisiera cambiar los resultados directamente en la computadora central hubiera hecho.
 
La OEA declaró que aunque no puede probar que hubo dolo, el proceso fue de baja calidad electoral y que su seguridad fue vulnerada. Luego pidió la repetición de las elecciones, mientras que el tribunal electoral declaró ganador al presidente Hernández.
 
Cegados por la rivalidad de izquierdas y derechas, los salvadoreños no se percatan de que la lección principal de Honduras no es que la así llamada “derecha” (por aclaración, la derecha de verdad no está de acuerdo con hacer elecciones dudosas, de ningún lado) haya “ganado”, ni que turbas movilizadas por la izquierda hayan saqueado tiendas, sino de que un gobierno asentado puede manejar las elecciones de maneras tan oscuras como estas y forzarse en el poder por medio de ese tipo de elecciones. Y hacer eso después de haber violado olímpicamente la Constitución, corriendo para reelegirse cuando está claramente prohibido hacerlo.
 
¿Será que no toman en consideración que esto podría pasar en El Salvador en 2018 y 2019, que un gobierno no de derecha sino de izquierda maneje las elecciones oscuramente, y no entregue el poder? ¿Qué no ven que la impunidad con la que esto ha pasado en Honduras podría repetirse aquí?
 
Algunos han pintado a la OEA como un instrumento del socialismo del Siglo XXI, olvidando que ese mismo organismo ha sido el enemigo más grande de la tiranía venezolana y que el jefe de la misión de observadores de la institución en Honduras es Jorge 'Tuto' Quiroga, un eminente político de derecha, con una remarcable trayectoria. Al contrario, con lo mal que se están preparando las elecciones aquí, ya quisiéramos tener una OEA que no tema denunciar irregularidades.

 
Sobre Manuel Hinds

Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.