INTERNACIONALES: GERMAN GORRAIZ LOPEZ | PUNTOS DE VISTA

¿Necesita Joe Biden de una guerra, para evitar perder las elecciones de medio término?

El actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible...

16 de Diciembre de 2021

 

El actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales con miras a anular los ideales del individuo primigenio, transformándolo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar, ineludiblemente, las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas. Todo ello, recurriendo como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano (ambos fagocitados por el lobby israelí).

Irán y China, Relaciones diplomáticas, Diplomacia, Gorráiz LópezEn tal escenario, Joe Biden sería el nuevo tapado de AIPAC. Así, la sorpresiva victoria de Donald Trump ante Hillary Clinton representó para Israel la pérdida de 'una valiosa amiga, para ganar un amigo mejor', Donald Trump, quien instauró el puzzle inconexo de un caos que finalizó con la victoria del candidato demócrata Biden, quien en 2007 afirmó: 'Yo soy un sionista. No se necesita ser judío para ser un sionista'.

 
Irán, la bestia negra de Israel
 
En 1978, Zbigniew Brzezinski, declaró en un discurso: 'Un arco de crisis se extiende a lo largo de las costas del Océano Indico, con frágiles estructuras sociales y políticas en una región de importancia vital para nosotros, la cual amenaza con fragmentarse, mientras que Turquía e Irán, los dos Estados más poderosos del flanco Sur, son potencialmente vulnerables a los conflictos étnicos internos. Si se desestabilizara uno de los dos, los problemas de la región se tornarían incontrolables', esbozo de una teoría que terminó de dibujar en su libro 'El Gran Tablero Mundial. La Supremacía Estadounidense y sus Imperativos Geoestratégicos' (1997), considerada la Biblia geoestratégica de la Casa Blanca, así como también libro de cabecera para las sucesivas generaciones de geoestrategas y politólogos.
 
Irán adquirió una dimensión de potencia regional gracias a la política errática de los Estados Unidos en Irak (fruto de la miopía política de la Administración Bush, por entonces obsesionada con el comentado Eje del Mal); al eliminar a sus rivales ideológicos, los radicales talibanes suníes y a Saddam Hussein con el subsiguiente vacío de poder en la zona, Teherán reafirmó su derecho inalienable a la nuclearización. Sin embargo, tras la elección de Hassan Rouhani como nuevo mandatario electo, en Irán se inauguró un novedoso escenario, representando también una oportunidad para la resolución del contencioso nuclear EE.UU.-Israel-Irán, en virtud de que un eventual bloqueo del Estrecho de Ormuz (a traés del cual circula un tercio del tránsito energético mundial) podría agravarse la recesión económica mundial y debilitar profundamente todo el sistema político internacional. Este proscenio forzaría a Washington a reconsiderar el papel de la República Islámica de Irán como potencia regional y como árbitro probable en la contienda siria.
 
En cualquier caso, tras la aprobación por el Congreso y Senado de los EE.UU. de una declaración preparada por el senador republicano Lindsey Graham y por el demócrata Robert Menéndez -paper que señala con vehemencia: 'Si Israel se ve obligado a defenderse y emprender una acción (contra Irán), los EE. UU. estarán a su lado para apoyarlo de forma militar y diplomáticamente'-, estaríamos asistiendo al aumento de la presión del lobby pro-israelí americano (AIPAC) a efectos de proceder a la desestabilización de Irán por métodos expeditivos. De esta manera, el senado americano renovó de forma unánime -hasta el 2026- la Ley de Sanciones contra Irán (ISA por sus siglas en inglés) y, tras el lanzamiento de un nuevo misil balístico por parte de Teherán, Trump incrementó las sanciones contra varias firmas iraníes relacionadas con los misiles balísticos sin violar el Acuerdo Nuclear firmado entre el G+5 e Irán en 2015 , conocido como Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés), convenio que la Administración Trump abandonó. Dicho abandono tuvo como efecto colateral el estrangulamiento de las exportaciones del crudo iraní y su ingreso en la órbita de influencia china, así como un incremento de su enriquecimiento de uranio al 60% por lo que Israel habría movido sus piezas del Mossad para, mediante atentados mediáticos y selectivos, desestabilizar el régimen del Líder Supremo, el ayatolá Ali Khamenei, al tiempo que habría sellado alianzas con Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudí para conformar una entente contra Irán. Ello se debe a que Bennett considera a Irán como 'el mayor exportador de terror y de violación de los Derechos mundo en el mundo, al tiempo que continúa enriqueciendo uranio y se acerca peligrosamente a la obtención de una bomba nuclear'.
 

Joe Biden y las elecciones de medio término de 2022
 
En relación a los Estados Unidos, tras el desgaste de Biden potenciado por el fiasco de Afganistán, la agudización de la pandemia sanitaria y la posible entrada en recesión de la economía el año venidero, no sería descartable la victoria republicana en las elecciones de medio término (Midterms) del 2022, con potencial para adelantar un regreso triunfal de Donald Trump en las Presidenciales del 2024, y de lo que sería paradigma el reciente triunfo republicano en el Estado de Virginia. Ello, unido al desafío creciente a la hegemonía estadounidense que representa el coloso chino, podría forzar a Biden a servirse de un inicial ataque sorpresa de Israel a Irán con el objetivo de dar inicio a un nuevo conflicto bélico en Oriente Medio, portando el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de la República Popular China y de diluir el estigma de la división en la sociedad americana. Así las cosas, y dado que las reservas estratégicas estadounidenses se encuentran hoy en sus máximos históricos y que la industria del shale gas estadounidense exhibe una franca bancarrota, no sería descartable que asistamos a un enfrentamiento armado entre la entente Washington-Tel Aviv versus Irán, con miras a provocar una novedosa crisis petrolera que amplifique estratosféricamente los precios del barril de crudo. Así, se lograría consolidar una asfixia energética de China, siempre dentro de la estrategia brzezinskiniana de lograr la total rusodependencia energética asiática para, en alguna fase posterior, acabar enfrentándolas entre sí y, finalmente, someterlas a la implementación de una versión de nuevo orden mundial tutelado por la égida anglo-israelí-estadounidense.
 
Tras los fiascos de Siria, Libia e Irak, Irán sería el nuevo cebo del plan anglo-israelí del maquiavélico Plan esbozado por la Alianza anglo-israelí de 1960, con el objeto de atraer tanto a Rusia como a China y provocar un conflicto regional de magnitud, el cual marcará el devenir de la zona en los próximos años y que sería un nuevo episodio local listo para ser encuadrado bajo el regreso al endemismo recurrente de la Guerra Fría americano-rusa. De este modo, y de acuerdo a un informe publicado por el portal Veterans Today, 'Israel estaría trasladando armas de defensa aérea, artillería de largo alcance, helicópteros y aviones de combate F-15 a Erbil, capital del Kurdistán iraquí para una guerra más amplia contra Irán', e iniciar un conflicto que involucrará a las tres superpotencias (los Estados Unidos, la República Popular China y la Federación Rusa) contando como colabores necesarios a las potencias regionales (Israel, Siria, Egipto, Jordania, Arabia Saudí e Irán), abarcando el espacio geográfico que se extiende desde el arco mediterráneo (Libia, Siria y Líbano) hasta Yemén y Somalia. Asimismo, tomando a Irak como epicentro y rememorando la Guerra de Vietnam de Lyndon Baines Johnson (1963-1969)


 
Sobre Germán Gorraiz López

Desarrolla análisis relativos a temas económicos y geopolítica. Publica regularmente en su blog "Los Restos del Naufragio". Reside en Navarra, España.