POLITICA ARGENTINA | FOTOGRAMAS: MATIAS E. RUIZ

La Argentina post-legislativas: Narnia bajo fuego

De tanto en tanto, la República Argentina vuelve a demarcar las fronteras del ridículo institucional.

17 de Noviembre de 2021


De tanto en tanto, la República Argentina vuelve a demarcar las fronteras del ridículo institucional. Ante la doble derrota sufrida por el oficialismo -PASO mas Legislativas-, el presidente virtual Alberto Angel Fernández ejercitó un curioso acto de prestidigitación, inventándose una realidad alterna con sabor a victoria.

Alberto Fernández y Horacio Rodríguez LarretaPeor todavía, el jefe de Estado desplegó a comunicadores e influencers políticos para que insinuaran que su proyecto reeleccionista sigue en pie. Toda vez que ese triunfalismo sustentado en la nada continúe amplificándose, podrá certificarse que Fernández ha preferido abrazarse no solo a un suicidio individual, sino colectivo, en razón de que su impostura acelerará la magnitud de la crisis económica en progreso, y ello consignará un golpe letal para el bolsillo de los argentinos. Ni más ni menos, un resultado francamente esperable para una gestión cuyo devaluado líder jamás creyó en planes ni programas, y que hace del realismo mágico un credo irrenunciable. Poco importa lo que insistan en propagandear los desquiciados condiscípulos albertistas de Narnia nucleados en Plaza de Mayo hace pocas horas: en ningún otro país periférico un dólar cotiza a doscientos pesos (en la vecina República Oriental del Uruguay, esa cotización asciende a más de AR$600); mientras que tampoco existe quien crea razonablemente que el Estado nacional pueda beneficiarse en el corto plazo con créditos externos que sirvan para prorrogar la presente orgía de despilfarro y disfuncionalidad. Mediando la intervención de Mauricio Macri y Alberto Fernández, el país acopió más de US$ 150 mil millones de préstamos, en seis años. El grueso de ese dinero ha sido quemado en populismo electoralista, y en contener el tipo de cambio. Una mera estratagema de retaguardia que, a la luz de los hechos, ha servido solamente para agregarle más murallas al gran laberinto nacional de inviabilidad y overshooting.

El espectro opositor, por su parte, dista de ofrecer señales de cordura. El consorcio de identidad extraviada -o acaso jamás hallada- conocido hoy como Juntos, otrora 'Cambiemos' y luego rebautizado 'Juntos por el Cambio', casi protagonizó el domingo una escena de pugilato cuyo objetivo fue adueñarse del atril. A confesión de partes, relevo de pruebas: el triunfo electoral quedó al margen. Fracturado entre radicales, ultraprogresistas, macristas y larretistas, el espacio ha preferido abandonar el tratamiento de los problemas importantes del país; precisamente porque sus actores centrales y de reparto siguen sin poder dirimir quién manda. Pujan por la jefatura partidaria Macri, que carga con cuatro años dilapidados en el altar sacrificial del gradualismo y el endeudamiento extremo, y Horacio Rodríguez Larreta, quien ha reconfigurado a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en un monumental servomecanismo recaudatorio de propio provecho y factura, con el norte de la brújula apuntando hacia un proyecto presidencial de dudoso horizonte. Hace cosa de horas, Rodríguez Larreta les obsequió un sonoro cachetazo a los votantes de María Eugenia Vidal, su eterna empleada y transplantada desde el GBA para competir en el distrito, decretando un aumentazo del 50% en Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), Patentes y VTV (Verificación Técnica Vehicular). La ciudadanía podría preguntarse: ¿para qué votar si, al momento de consolidarse los guarismos, uno de los competidores ignora el resultado, y el resto decide tomarse a golpes de puño para conquistar una colina partidaria mientras se esmeran por hacer que prolifere la confiscación?

Mientras el presidente virtual Alberto Angel Fernández avanza a toda máquina hacia el proverbial iceberg, no existe oposición ni sistema judicial que genuinamente señalen sus garrafales tropiezos, ni que adviertan sobre la explosión que se avecina. Asimismo, parece lícito subrayar que no existe referente en el arco dirigencial local con ideas claras respecto de cómo sacar a la Argentina del fango. Mandados y mandantes de Narnia, según se observa, están convencidos de que pueden seguir haciendo la plancha eternamente sin moneda nacional, sin economía, sin objetivos, sin empleo, sin créditos, sin expectativas, y sin futuro. No vaya a ser que, en poco tiempo más, se vean forzados a sostener su fantasía psicótico-delirante recorriendo las góndolas vacías de los supermercados, sin electricidad, gas, ni combustibles.

Un grupo de argentinos se han percatado de la trampa: son los más de cuatrocientos mil conciudadanos que hoy componen la diáspora, ya radicados en el exterior. Mientras esa cifra se amplía con el paso del tiempo, ya superan en cantidad de votantes a las provincias de San Luis, Catamarca, La Rioja, La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Pioneros o simples visionarios, llámelos Usted como quiera.

 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.