INTERNACIONALES: HELLE C. DALE

¿Fraude en las noticias online? Podría ser obra de propagandistas rusos

¿Oyó Usted hablar de la fábrica colombiana de productos químicos de Centerville, Alabama...

11 de Junio de 2015

¿Oyó Usted hablar de la fábrica colombiana de productos químicos de Centerville, Alabama, que fuera volada por los aires por terroristas de ISIS el 11 de septiembre? Probablemente, no -porque este evento jamás tuvo lugar.

En canales de Twitter y YouTube, sin embargo, tal 'noticia online' supo difundirse, en apariencia plantada por un consorcio propagandístico ruso con base en San Petersburgo, bautizado inocentemente como Internet Research Agency (en español, Agencia de Investigación en Internet). La agencia fue creada por el presidente ruso Vladimir Putin. De acuerdo con un informe del New York Times, cuya edición del próximo-pasado domingo cumplimentó con una revisión profunda del embuste, el mismo le llevó meses de preparación a los ciudadanos rusos.

El embuste de la fábrica colombiana de productos químicos constituye apenas un ejemplo de la determinación que exhibe el gobierno ruso a la hora de meterse en la cabeza de la opinión pública estadounidense y mundial, a través del despliegue de un ejército de cientos de denominados 'trolls', que pululan por el Internet con el objetivo de difundir desinformación y atacar a aquellos caracterizados como enemigos del Kremlin. El montaje del Vladimir Putinembuste de referencia involucró la creación de cuentas falsas en Twitter, la inserción de comentarios en idioma árabe atribuyendo la autoría de ISIS, y la falsificación de imágenes falsas de la televisión de Louisiana en YouTube. Por momentos, la novedad llegó a conmover a la población local.

La Agencia de Investigación en Internet, situada en un búnker no descripto en edificio de oficinas de San Petersburgo es conocida como una 'granja de trolls'. Sus empleados invierten sus días en el desarrollo de historias falsas -por lo general, de carácter antiestadounidense y antiucraniano-, y se involucran en el acoso cibernético y en discusiones eternas en el apartado destinado a comentarios en numerosos sitios web.

En ocasión de una audiencia del Comité de Asuntos Extranjeros en la Cámara de Representantes de EE.UU. en abril, referida a 'la conversión de información en armamento por parte de Rusia', el periodista británico Peter Pomerantsev describió las acciones rusas como un intento de minar el concepto de la realidad objetiva en sí mismo. Si Usted está capacitado para desplegar la suficiente desinformación en la Red, puede crear confusión como para que el público desconfíe de todo lo que lee. Sobra decir que esto, a la larga, conduce a la parálisis y a la inacción política.

Bajo el régimen de Putin -y especialmente desde que Rusia anexara Crimea y fomentara una rebelión secesionista en el este de Ucrania, la propaganda rusa se ha disparado a niveles vistos durante la Guerra Fría. Esto no solo incluye a la Agencia de Investigación en Internet, sino también a RT (Russia Today, canal ruso de alcance global), a Sputnik (un prolífico sitio web dedicado a la propaganda) y al financiamiento de campañas mediáticas en Europa.

Otras campanas de desinformación de origen ruso han culpado a los Estados Unidos por la crisis del virus Ebola, e incluso difundieron la falsa balacera policial que registrara a una mujer de raza negra desarmada como víctima, en Atlanta. Variantes que nos retrotraen a las campañas de desinformación del pasado, que afirmaban -por ejemplo-, que el SIDA había sido creado por la CIA. Este tipo de amenaza propagandística constituye una amenaza que debe ser tomada en serio.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/06/10/think-that-news-story-online-is-a-hoax-it-may-be-written-by-russian-propagandists/

 

Sobre Helle C. Dale

Es Analista Senior en estudios de Diplomacia Pública, para la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Desarrolla trabajos relacionados con instituciones y programas del gobierno estadounidense que hacen a la relación con terceros países y diplomacia tradicional, y elementos críticos en la guerra de ideas contra el extremismo violento. Previamente, se desempeñó como Editora en el periódico The Washington Times.