ESTADOS UNIDOS: DR. JAMES CARAFANO

EE.UU. debería unirse a estos tres países para hacer frente a China

Enfrentémoslo: China es un problema. Los países a lo largo del Pacífico y de Asia están buscando soluciones constructivas...

09 de Febrero de 2015
Enfrentémoslo: China es un problema. Los países a lo largo del Pacífico y de Asia están buscando soluciones constructivas. Y eso es la promesa del Diálogo Cuatripartito -un foro para desarrollar políticas cooperativas y en sincronía entre la India, Australia, el Japón y los Estados Unidos de América.
 
Comencemos con los hechos. Las políticas económicas de China se están volviendo crecientemente mercantilistas. Exhibe capacidades militares en desarrollo, que pueden excluir a otros de operar en Asia. Pekín no es un amigo de la democracia. Desde la Australiaperspectiva china, todas estas iniciativas podrían tener sentido: está reconstruyendo un mundo que se parece al Reino Medio. El resto del mundo, sin embargo, probablemente preferiría vivir en el siglo XXI.

China siempre será China, y esto no va a cambiar en el futuro cercano. Así es que, a menos que las naciones que tienen la capacidad de reprimir el mal comportamiento y dar pasos constructivos intervengan, el vecindario se pondrá peor para todos.
 
Y ya se ha pasado la hora para hacer algo positivo.

IndiaEl interés en un diálogo de cuatro vías entre la India, Australia, el Japón y EE.UU. concentró atención durante la Administración Bush. Murió rápidamente, en parte debido a la preocupación ante la eventualidad de antagonizar con China. Fundamentalmente, no existía un sentido firme de causas comunes entre estas cuatro potencias.

Cuando Barack Obama llegó a la Oficina Oval, la Administración apostó sus fichas al torcimiento del eje hacia Asia ('Asian Pivot'), una idea que resumía que reenfocar la atención militar, económica y diplomática en la región sería suficiente para contener a China.

Pero el pivot de Obama se quedó corto. La crisis en el Medio Oriente y Ucrania mostraron que Estados Unidos no puede enfocarse en la preponderancia de su poder en Asia sin engendrar riesgos severos en otros puntos estratégicamente importantes del globo. Más aún -y en la práctica-, el pivot no ha tenido impacto positivo en China. Quizás el mejor ejemplo de ello haya sido la política china hacia Hong Kong. Pekín ha dejado de lado sus compromisos a la hora de honrar la Ley Básica que protegía el status especial de Hong Kong, y a China no parece importarle lo que los Estados Unidos o lo que otros países piensen al respecto.

Al momento de trabajar junto a China, Obama se topó con un callejón sin salida. Mientras tanto, el reconocimiento está creciendo en las capitales de la India, Australia y el Japón frente a que existe una Japóncausa común a la hora de hacer frente al modo en que China despleaza a sus vecinos. Más aún, las naciones del Diálogo Cuatripartito ahora comparten, instintivamente, una visión en común. La determinación del futuro de Asia no es el derecho de cualquier país -menos de toda China.

Si Asia desea darle una oportunidad a la paz, entonces será hora de darle otra oportunidad al Diálogo Cuatripartito.

Esta conjunción de naciones fracasó la última vez porque no existía una expresión coherente de lo que debía ser. Como parte de la recuperación del Diálogo Cuatripartito, se exigirá una constitución de principios para lograr que el diálogo despegue.

En primer lugar, el diálogo debería enfocarse exclusivamente en dos asuntos -asegurar la libertad de los comunes (en el aire, en los mares, en el espacio y en el ciberespacio), y establecer una aproximación conjunta a la resolución de disputas territoriales. La libertad de los comunes y la resolución pacífica de reclamos territoriales son el mecanismo que podría morigerar la fricción provocada por las expectactivas de China.

En segundo término, el diálogo debería mantenerse como tal. No hay necesidad de una estrategia formal. La contención o el equilibrio de China, por ejemplo, son nociones improductivas. Como tampoco existe necesidad de todo el bagaje de una alianza formal. El Diálogo Cuatripartito tendrá lugar si las cuatro naciones pueden ver a China desde una perspectiva en común. Eso es suficiente para lograr que funcione. Si no puede lograrse, entonces el proyecto no tiene razón de ser.

Tercero: el Diálogo Cuatripartito no debería actuar como un club exclusivo. El objetivo del Diálogo es declarar que todas las naciones de Asia son iguales, y que exhiben el derecho de determinar su propio curso sin que nada les sea impuesto por un regidor. EE.UU.Existen numerosos foros para el diálogo y la cooperación en Asia. El Diálogo Cuatripartito debería oficiar de complemento, nunca subvertir ni reemplazar a tales foros. El mantenerse a sus socios activos y con una visión constructiva en todos estos ámbitos es parte de lo que convertiría al Diálogo en valioso.

Cuarto: el objetivo del Diálogo es sencillo. Debe promover un orden sostenible y libertario que comporte sentido, y que no recurra a las ventajas de algunas naciones en perjuicio de otras. La creación de tal sistema, sin embargo, no es un fin en sí mismo. Las relaciones fundadas en el intercambio justo y en las normas internacionales sirven a pocos propósitos, a no ser que las relaciones garanticen respuestas cuando malos actores dejen de lado las reglas. Este es el trabajo del Diálogo: advertir que existen comportamientos impropios cuando China no juegue sus cartas conforme a normas, y hacer algo al respecto.

Quinto: el Diálogo solo funciona si sus miembros son voces que valga la pena escuchar. Cada país debe mostrarse como garante del crecimiento económico sustentado en el libremercado, en sociedades civiles libres y abiertas, y en la responsabilidad en materia de seguridad.

Sexto: habrá que prepararse para argumentar frente a China. Pekín aprovechará cada oportunidad para calificar al Diálogo Cuatripartito como una amenaza a China. El Diálogo deberá estar preparado para defenderse a sí mismo, y a sus aliados. De esta manera, se ganará -a regañadientes- el respeto de Pekín. Si el Diálogo no defiende los principios que dice respaldar, entonces habrá pocas chances de que China le obsequie más respeto que a cualquier pivot de Obama.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/02/07/u-s-should-join-with-these-3-countries-to-fight-back-against-china/ | Publicado originalmente en The National Interest (Estados Unidos)

 
Publicado originalmente en The National Interest (Estados Unidos)
Sobre Dr. James Jay Carafano

Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.