Empleo público en América Latina

Tanto en la Argentina como en Venezuela, el empleo continúa creciendo. Pero no cualquier tipo de empleo: se trata aquí del crecimiento desorbitante del empleo público. En el caso venezolano, el gobierno es responsable del 68% del total de nuevos puestos de trabajo generados a lo largo del último año, de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). 335.785 fueron los puestos de trabajo generados; de esa cifra, el Estado ha sido el responsable por la creación de 228.203. 
 

En el caso argentino, la supuesta reducción del desempleo en dos millones de puestos se promociona como una de las "bondades" del modelo oficialista. Sin embargo, los hechos también referirán que, como en Venezuela, ha sido el sector público el que se ha expandido, dando ocupación a 3,13 millones de personas hacia fines de 2012. Lo que remite a la creación de casi trescientos puestos de trabajo por día en la órbita pública.
 

Prerrogativa que conduce a la consideración -en la mente de no pocos políticos- de que el desempleo solo puede combatirse de la mano de creación de puestos de trabajo en el sector estatal, antes que desde la promoción de la inversión privada y la apertura de los mercados.
 

Pero, antes bien, debería apuntarse a una cuestión central: ¿cuáles son aquellos sectores que verdaderamente asisten en el crecimiento de la economía? El crecimiento de gasto público conduce, inapelablemente, al incremento de impuestos y, a la larga, a una mayor emisión monetaria. El peso del empleo en el sector estatal termina recayendo sobre los hombros de los contribuyentes, convirtiéndose en un asunto generacional. Son puestos de trabajo improductivos (son declaradamente opuestos a la generación de riqueza).  

 

Ya en 1930, el economista John Maynard Keynes reflexionaba sobre el fomento de los programas de gobierno destinados a la creación de empleo. Así, fue el propio Keynes quien referiría "Es mejor hacer un pozo y volverlo a tapar, antes que tener gente desocupada". Instancia en la que corresponde diferenciar entre "generación de empleo" y "generación de riqueza". Aunque también lo expresaba con claridad Keynes: "En el largo plazo, todos estaremos muertos".

 

El verdadero empleo -en su rol de enriquecedor de la economía- solo puede generarse desde la convivencia de empresas de órbita privada que, basando sus operaciones en estándarse de eficiencia, se decidan a competir, esforzándose para producir más y con mejor calidad, con inversión y en un marco de libremercado. El "Estado empresario", al monopolizar la actividad y expoliar recursos públicos desordenadamente -conforme ya comienza a verse en América Latina-, fomenta la distribución de prebendas y privilegios. El resultado, a largo plazo, termina acelerando el encuentro de millones de ciudadanos hacia el desempleo.