POLITICA: POR EL LIC. GUSTAVO ADOLFO BUNSE

La clave secreta de la destrucción

Mienten obsesivamente, robando en nuestros ojos. Están dispuestos a reventar cualquier vesícula de libertad… que quede.

28 de May de 2012

Mienten obsesivamente, robando en nuestros ojos. Están dispuestos a reventar cualquier vesícula de libertad… que quede.

La libertad -único bien supremo inalienable que consagra la Constitución Nacional- es, para ellos, nada más que una herramienta que tienen el derecho divino de manipular a su antojo.

Twitter, Lic. G. A. BunseY con esa herramienta, han decidido regular el sometimiento social. “La libertad no es de uno; hay que ganársela", según su visión oblicua. Y son ellos quienes la distribuyen, conforme vayan viendo la conducta de obediencia o reluctancia de cualquier ciudadano.

En otras palabras, ellos han desagregado -cual cirujanos del mal- de las vísceras de la Constitución -y en modo progresivo– un crucial catálogo de derechos personalísimos. Empezando por la libertad. Y los han convertido en una simple mercancía.

Una mercancía que, ahora, ellos comercializan en forma discrecional.

La gran mayoría de los miembros del elenco ejecutivo y sus sometidos del Congreso y del Poder Judicial son una vulgar manga de aventureros. Si los argentinos no asumimos esto, estamos fritos.

El lema y la clave que se advierte es: mentir obsesivamente, robando en nuestros ojos.

Guillermo Moreno y Cristina FernándezEn el mundo jamás hubo una excepción: todos ellos, hasta los pocos tímidos o de bajo perfil, terminaron cometiendo algún error que marcó el comienzo de su ruina. Y también su deceso político definitivo.

Hay errores de los que es muy difícil escapar. Y, aunque una delirante los cometa al amparo de condiciones transitorias de suma del poder público, siempre le ha de llegar la hora de las “composiciones”.

Apuesta todo… y apuesta a fondo a la destrucción.

Si es necesario, en su delirante teoría de “libertad concedida”, deberemos vaciar nuestros bolsillos cada dos cuadras. Para que esta gendarme verifique si en ellos hay alguna cosa que exceda nuestra libertad ganada.

La arrogancia sin el menor sustento moral, la visión del adversario político como enemigo y la agresividad sombría, han formado parte, hasta ahora, del equipaje retórico de esta delirante social.

Sin dudas, la mandataria más agresiva y acomplejada que ha tenido la historia del país, acaso forzada por su propia inseguridad a salir de esa imagen genética de su terrible complejo de género.

Miente obsesivamente, robando en nuestros ojos.

Eligió esa herramienta (la libertad), por cuanto cree que ella la puede conferir o quitar según un criterio pontificio en el que se mide la adhesión a su dogma y que sólo puede ser escrutado por su pupila.

No podremos viajar tranquilos. No podremos vender o comprar. No podremos comerciar libremente.

No podremos circular por el territorio y no podremos tener libre disponibilidad de nuestros bienes.  

Para cualquiera de esas libertades simples, deberemos llenar formularios o antojos burocráticos que permitan meternos la lupa en las entrañas.

Ella camina en zigzag. Mostrando, sin ningún pudor, sus peores facetas de una Calígula femenina que apuesta a fondo a la destrucción: la soberbia y el fingimiento de la humildad. Las cuales van a llevarla, más temprano que tarde, a la tumba política que la Historia le reserva a todos los farsantes.

La clave es mentir obsesivamente, robando en nuestros ojos. Ella lleva esa clave… en el alma.

Es una paleontóloga de los basurales. Es una cartonera del baldío político que yace a sus pies.

La fijación obsesiva con un pasado que le atrae, como lo hace el vacío a un enfermo de vértigo, la lleva a privilegiar una manía ideológica por sobre el deber republicano.

Esa actitud viene a complementar su guerra ciega a todo, buscando cada día más cantidad de enemigos en el pasado. Desenterrando cadáveres, botellas vacías y residuos patogénicos de cualquier potrero.

Y haciendo cualquier cabriola de demagogia perversa, en un resentido plan de excursiones retrospectivas que le permiten desviar la atención de la sociedad. Y también burlar, cuando a ella se le antoja, la más elemental verdad. Estrellándola contra su ortopedia historiográfica trucha.

Puede darse el lujo de decir que fuimos los primeros en América en abolir la esclavitud en año 1813, cuando eso es hoy -a los gritos- una mentira enciclopédica que da vergüenza ajena por lo burda. Y lo dice ante mucha gente. Se lo dice a un homicida mandatario de una republiqueta sometida en la que se violan los derechos humanos cada diez minutos.

La esclavitud siguió en estas comarcas hasta 1853. Ni siquiera fuimos los primeros en promulgar esa vergonzosa Ley de Vientres del año 13 a la que se refiere esta gran mentirosa del año 5 antes de Cristo.

Una farsante que no se preocupa por los vicios y las gravísimas falencias éticas de todo su séquito, armado a imagen y semejanza de ella misma.

Más grave que eso: declama la condena de todas las oscuridades que casualmente son esenciales a su conducta privada. La bancarrota moral guía su vida y es ella -y no otra persona- la que hace enviar los sobres a los jueces corruptos.

Tendrá, algún día, que reconocer, por ejemplo, que ha sido la esponsor de varios delincuentes comunes, ladrones de baja estofa, y gobernadores feudales mafiosos.

Admira, en secreto, el feudalismo más corrupto. El régimen del angoleño José Dos Santos, por ejemplo, le parece perfecto. Lo ha dicho así, textualmente.

Y es tan  tributaria de todas las intrigas, que podría superar con holgura a los envenenadores florentinos más criminales.

Su clave secreta es siempre mentir obsesivamente, robando en nuestros ojos.

Séneca, que era un sabio de la corrupción, decía:

"No corre tanto riesgo un emperador licencioso o de dudosa honestidad y conducta casquivana…  que aquél que pontifica la ética desde el ágora y que luego se descubre que no tiene ningún respaldo, o peor que eso, que sus actos son inversos a su prédica".

"Tiene siempre más probabilidades éste último, de terminar sus días colgado de una estaca en manos de una turbamulta desencantada".

"El desencanto y la indignación súbita son mucho más motivadores de la vindicta pública que el cansancio habitual del pueblo sobre todo lo reprochable de los monarcas, convertido en acostumbramiento colectivo."

Este tipo de graves  encerronas éticas le va dejando a esta fabuladora casi ningún margen para trastabillar frente a cualquier cuestionamiento que se haga a la esencia de su falso pontificado moral desde el atril.

Se la puede imaginar, en su propia noche, cuando le llegue la oscuridad, como le ha llegado a miles como ella, cegados ante la realidad y no queriendo darle la razón a otra cosa que no sea su absurda selectividad moral a su ética tuerta y a su efímera comparsa de la teatralización ideológica de los setenta.

Toda su dirigencia política es parecida a un burdel.

Regentes caóticos de la oportunidad, que viven en la peor latitud del lenocinio, haciendo que el hastío de la gente extienda su repugnancia hacia la totalidad del sistema democrático. Y no sólo a su dirigencia.

Su clave secreta es: “Mentir Obsesivamente Robando En Nuestros Ojos”.

Observemos que esa clave es una sigla puramente casual:

M.O.R.E.N.O.


Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política
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Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política