POLITICA: POR EL LIC. GUSTAVO ADOLFO BUNSE

Una Muerte Digna para mi país

No es exagerado llegar rápido a una conclusión siniestra: la comarca se halla en manos de dos ladrones. Es así de simple.

18 de May de 2012

No es exagerado llegar rápido a una conclusión siniestra: la comarca se halla en manos de dos ladrones. Es así de simple.

Twitter, Lic. G. BunseY me refiero a los dos de la fórmula que ejercen la primera magistratura, aún cuando todo un ejército de corruptos integran también su elenco y accionan a su sombra como una fauna de inmorales que parecen algo más notorios sólo por su cotidiano trabajo de desfalco.

Son todos ladrones que ni siquiera usan guante blanco.

Enriquecidos por el descomunal saqueo diario y sin escrúpulos… a las arcas del Estado que les fue confiado para conducir.

No hay excepción posible en esto… he dicho… como que, los que operan al socaire de ambos ladrones son, como mínimo, cómplices o partícipes necesarios del dolo.

El enriquecimiento ilícito es algo que, para los oficialistas, resultaba acaso mucho más que un acto cotidiano. Era un objetivo personal a lograr. Aún si para lograrlo había que matar a la Patria. Un Patricidio criminis causa.

En esta condición, pareciera que la vida imaginada por Schopenauer ha tenido una clara inspiración en esta comarca que tiene razones fundadas... frente a este desfalco a cielo abierto… para pendular entre un enorme dolor y una vergonzosa resignación por el hastío.

Es casi imposible que toda esta gente hubiese podido salvarse de la guillotina en la Francia de fines del siglo XVIII.

La Presidente de la República Argentina... bailando en AngolaYa todos saben que el enriquecimiento ilícito, hasta ahora, en nuestro país es -más o menos- como la fábula de Italo Calvino puesta en escena por un grupo pequeño de partisanos del poder.

Ahora, además, encabeza la lista de los delitos que tienen cobertura legal.

Por cuanto, a partir de este año, la sanción de cualquier ley en el país resultará ser una función directa del capricho… y de las conveniencias personalísimas de los abigeos que gobiernan.

Cualquier iniciativa, desde la más extravagante y retorcida hasta la más flagrantemente violatoria de los derechos y garantías consagradas en la Constitución, tendrá el camino expedito para ser una ley monstruosa que ha de convertir los actos delictuales… en legítimos y legales.

Pues el cuadro de discrecionalidad que deriva de la nueva configuración del Congreso, va a permitirles -como ya se ha empezado a ver de modo claro- convertir tranquilamente en legal a todo el catálogo de infamias y trapacerías que han cometido hasta ahora bajo el palio de los fueros.

Ya nadie necesitará fueros. ¿Para qué? Estos los protegían de los delitos… hasta hoy.

Las leyes refuerzan esa protección, y agregan una liberación de esos fueros. Los cubren del latrocinio cometido y del que piensan cometer, como que les pavimentan el camino de cualquier delito. Les dejan blindado el vicio y les abren la puerta para convertirlo en virtud.

Nuestra comarca, dentro de dos o tres generaciones, llevará la impronta infame de este nuevo estilo. Una comarca en la que, la función de gobierno viste de impunidad a quien la ejerce y lo deja, así vestido, para cuando la deje de ejercer.

Un día de febrero del año 2008, visitó la comarca un violador serial de los derechos humanos que aún conserva el poder en su país.

Era el Coronel Teodoro Obiang, un asesino que dirige los destinos de Guinea Ecuatorial, primer visitante ilustre de la comarca en la primera dinastía de ella, quien lo recibió con un discurso que lo sermoneaba por el tema de los derechos humanos.

Obiang se fue del país absolutamente indignado, diciendo que no había sido invitado a esta comarca para recibir lecciones de democracia.

La conductora, casi como una cábala de los inicios de gestión, estrenó su segundo mandato con otro asesino y violador de los derechos humanos: el presidente de una republiqueta africana, quien -casualmente- es un amigo personal del asesino referido, pues asumió casi al mismo tiempo y tiene más de treinta años en el poder. Dándole a sus opositores el trato firme pero amable de una pistola 45 cargada sobre su escritorio.

En esta oportunidad, la visitante menesterosa fue ella. Casi con una escudilla para recibir monedas, sostenida en sus manos.

Bajo la admonición de los Estados Unidos y con sus barbas en remojo por lo que se le viene desde la Unión Europea, parece pues que decidió en estos días pasar la gorra como una cabaretera, haciendo un póster con su cara y rotulándolo como Teófilo Steinlen La tournée du chat noire.

El falso parlamento de esta republiqueta de matones, armado sólo para el disimulo, la recibió con gesto hierático y con aplausos cerrados.

Si Césare Lombroso no hubiese fracasado en su teoría, y fuese el asesor de esta mujer, seguramente le hubiese advertido que cualquiera de los allí presentes (incluyendo a las mujeres) carga con más de diez homicidios en su haber. Constatados. Y le añadiría que, por las caras que se veían allí, estaba ella en presencia del mayor muestrario de ladrones y torturadores de ese pauperizado continente.

Dijo un discurso que, por la esencia política, constituyó la pieza retórica de mayor hipocresía de su vida (lo cual ya es bastante decir, por cuanto compite contra sí misma cada vez que habla).

El otro ladrón, mientras ella daba vergüenza ajena saltando charcos y bailando en una plaza plagada de residuos, viajaba a Suiza, huyendo de la vista de todos y sonriendo por haber escapado de la tapa de los diarios.

He dicho, antes de hoy, que pareciera que se empeñan en enterrarnos vivos en esta comarca.

He dicho que estos episodios simples son sólo una muy pequeña parte de la moral de baldío que tienen. Muestran con ella, claramente, cómo se disponen a matarnos de un modo lento. En un pozo, tirándonos la tierra en la cara desde el borde de nuestras fosas.

Copiándole, sin el menor estilo, la comedia dramática a Ibsen. Y siendo ella, en ese camino, casi una primera actriz de la obra “Los pilares de la sociedad”… la revelación más cruda de la hipocresía humana después de Moliére.

Para quien esto escribe, es bastante fácil pronosticar algo hoy:

La mentira y el dolo extravagante de este enorme circo de ladrones es algo que va a terminar mal. A corto plazo.

Y termina pésimo. Por cuanto esta mujer ya no tiene siquiera la medida de su propio daño. Sus funcionarios contestan como ratas y se aprestan a arrojar al país en aquella fosa… enterrándolo vivo.

Pido, pues, amparándome en una nueva ley que armaron seguramente para justificar la muerte de algún enemigo que tienen en un hospital, que tengan un último gesto para con la República Argentina y la liberen de los dolores de la presente agonía, con un tiro en la cabeza a la estatua de la libertad que está en las Barrancas de Belgrano.

O con una inyección letal en el texto augusto de la Carta Magna.

 

Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política
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Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política