POLITICA: LA DESAPARICION DEL ALBAÑIL

Jorge Julio López : muerto y sin enterrar

Lo saben aquellos que no pueden decirlo : el ex albañil Jorge Julio López fue parte de una siniestra operación del Gobierno Nacional cuyo objetivo no era otro que distraer la atención de la opinión pública. Distintos investigadores ya han dado cuenta de que el ex testigo en la causa contra Etchecolatz fue "apartado" por operadores kirchneristas y que falleció, para luego ser cremado.

21 de Julio de 2010
Se cumple el primer año de la desaparición de Jorge Julio López, el testigo "reeducado" por los grupos de derechos humanos y el Gobierno para declarar contra el ex policía bonaerense Etchecolatz. Problemas mayores como inflación, desempleo, crisis energética y falta de inversión ya comenzaban a empujar a la Administración Kirchner hacia oleadas insoportables de impopularidad, y era necesario hacer algo. Ya había tenido lugar la oscura maniobra orquestada por kirchneristas de la provincia de Buenos Aires -Escobar, puntualmente- para autosecuestrar a otro albañil y falso testigo contra el ex comisario Patti, y que salió decididamente mal. Los medios masivos de comunicación -presionados por el oficialismo- han apartado hoy el tema de sus agendas, pero la historia terminó con el círculo de Gerez como principal sospechoso de la movida y en ese interín pululaban los autores intelectuales y materiales del hecho. Uno de ellos era, ni más ni menos, que Emilio Pérsico, líder piquetero y funcionario del gabinete del Gobernador Felipe Solá. El objetivo tenía doble finalidad : por un lado, agitar los fantasmas ya poco creíbles de secuestradores salidos de la ex represión ilegal y, en segundo término, ayudar a evitar la caída en la imagen de la Administración Kirchner a nivel nacional. Gerez fue luego presentado en un acto ante el Presidente, y agradeció al Gobierno el haberlo "rescatado". El tema ya fue olvidado, para mayor suerte del kirchnerato. Porque los medios ya habían puesto masivamente en duda que la operación no fuera un autosecuestro. Pues bien, los ideólogos de siempre -salidos de las huestes de los adeptos al actual Presidente de la Nación-, decidieron repetir la operación, con la salvedad de que, en el caso de Jorge Julio López, todo saldría aún peor. A partir de una investigación de Christian Sanz, de Tribuna de Periodistas, se conocieron el nombre y las declaraciones de un testigo que, aparentemente, fue la última persona en ver a López con vida. El testigo estaba siendo retenido -de común acuerdo- por un grupo de hombres armados en un paraje aislado de la provincia de Buenos Aires. Otros medios underground se apresuraron a cubrir más detalles relacionados con la noticia, desde la web Seprin.com hasta el propio Jorge Asís. Todos coincidieron en más de un punto : los custodios de Jorge Julio López pertenecían al kirchnerismo y el testigo estaba con ellos de común acuerdo. No se conocen detalles sobre arreglos económicos, pero siempre fue sospechosa la actitud de la propia familia, que asistió siempre a la noticia del secuestro con extraña indiferencia. Incluso, desde hacía tiempo que sugirieron el deceso del anciano. Como siempre, el engaño es fogoneado desde grupos de derechos humanos y el propio Diario Clarín, que recientemente publicara -en la pluma del operador político de turno, Rodolfo Lara- un artículo donde "la única pista" en la investigación era echar luz sobre las actividades de miebros retirados de las fuerzas de seguridad. Con el tono típicamente autoritario de la militancia de izquierda y que cosecha jugosos negociados con el gobierno del momento, Lara -"corresponsal" de Clarín en La Plata- juega la ficha kirchnerista de reavivar permanentemente el fuego de los represores que secuestran. Sugestivamente, el mismo Rodolfo Lara ya había escrito sobre el caso Gerez, obviamente apuntando en la misma dirección, y creyendo firmemente en las dubitativas aseveraciones de Luis Gerez. Pero Lara no es solo otro periodista que quedará en ridículo. El es solo parte de un aceitado esquema que ha montado el Gobierno Nacional para distraer la atención sobre cuestiones verdaderamente importantes y que no se pueden resolver. Los medios que investigaron el tema de López en profundidad también coinciden en que, luego del deceso del testigo, el cadáver fue rociado con nafta e incendiado al aire libre. Otros van aún más lejos y sostienen que, antes de su último suspiro, López fue forzado a beber el combustible que luego aceleraría la cremación. También es tema de análisis las declaraciones de ciertos medios, al respecto de que, en primera instancia, se intentó "plantar" el cadáver de López en la base militar de Campo de Mayo, para echar rápidamente la culpa al Ejército de mantener en sus filas a violadores de derechos humanos. Finalmente, y de lo que surje de investigaciones, la operación no pudo realizarse ante la vigilancia permanente y exhaustiva que los uniformados hacían de los perímetros de sus unidades, pues la sospecha ya estaba en el aire. Será difícil leer novedades como esta en periódicos como Clarín o La Nación, por razones obvias. El triste final de Jorge Julio López, una vez conocido, terminará de confirmar la escasez de ideas del Gobierno y de sus aliados del rubro de los derechos humanos : un grupo de individuos violentos, sin ideas, y dispuestos a hacer cualquier cosa para mantener vigente su reclamo. No ya a partir de negociados, sino pasando al espinoso y complejo terreno de operaciones políticas que involucran autosecuestros, homicidios y atentados -o magnicidios- por venir. Las relaciones del kirchnerismo con la mencionada caterva también permite tener una idea de lo que le espera al país, si acaso logra imponerse en octubre la candidata presidencial, Cristina Fernández Wilhelm, de quien ya se está diciendo que no tiene título de Abogada, pues no finalizó su carrera en la Universidad de la Plata.
El Ojo Digital Política, Seprin.com. JorgeAsisDigital.com, PeriodicoTribuna.com.ar