INTERNACIONALES: POR EL EX OFICIAL DE INTELIGENCIA, NOMBRE EN CLAVE "EL LIBIO"

La necesaria reivindicación de los asesinatos selectivos

La decisión de aniquilar a Osama Bin Laden es aplaudida por todas las personas decentes, o al menos debería serlo. La autorizacón para capturar o matar a este terrorista -probado asesino de masas y personas inocentes- fue tomada por los presidentes estadounidenses Barack Obama y George Bush (hijo). Se trató de una decisión tanto legal como moral.

12 de Junio de 2011

Si bien Bin Laden y su sucesor no portaban uniforme militar -y aún cuando carecieran de rango-, estos se corporizaban en objetivos militares apropiados.

Como jefe y líder espiritual de la red Al Qaeda, Osama tomó en sus manos funciones equivalentes a las de cualquier jefe de estado o las de cualquier jefe de un ejército terrorista. Desde que la historia ha comenzado a tener registro, matar al rey ha sido el objetivo legítimo en las operaciones militares de corte clásico. En el ajedrez, la expresión "Jaque Mate" significa "el rey está muerto": ello remite a una exitosa puesta a término de la contienda.

No obstante, existen aquellos quienes aducen que los asesinatos selectivos son, en sí mismos, "inmorales e ilegales". Estas opiniones críticas califican a estas acciones como "ejecuciones extrajudiciales". Tales voces demandan que líderes terroristas como Osama Bin Laden sean tratados como delincuentes comunes, para ser luego arrestados y puestos a disposición de un tribunal civil.

El procedimiento que finalizó con el deceso de Bin Laden y luego, la desaparición física de Fazul Abdullah Mohammed (jefe de Al Qaeda para el este de Africa) remite a acciones militares preparadas con precisión quirúrgica para eliminarlos, nunca para arrestarlos. Es posible -aunque poco probable- que cualesquiera de ellos hubiesen sido capturados vivos y llevados ante la justicia. Pero vale aclarar que la decisión de emplear personal militar armado con fusiles en lugar de cohetes no tripulados o drones seguramente fue tomada por generales militares de alto rango y no por abogados.

De haberse procurado la alternativa de un ataque con cohetes o misiles -como lo hacen ahora las fuerzas de la NATO en Libia-, ello hubiera representado un asesinato selectivo, con toda claridad, sin perseguirse la meta de una captura con vida del objetivo.

La operación realizada contra Bin Laden pudo haber sido planeada, en parte, para preservar la acción teórica del arresto, aunque la probabilidad de capturarlo con vida fuera virtualmente imposible bajo las circunstancias que rodearon al hecho.

De hecho, es más factible que se haya optado a priori por la muerte del líder de Al Qaeda, antes que su captura con vida y posterior juicio. Con toda probabilidad, esto último hubiera incrementado las chances de que la red terrorista tomara rehenes e intentara intercambiarlos por su jefe espiritual. Como complemento, vale destacar que un importante funcionario norteamericano del área de seguridad nacional nos ha confirmado que la mencionada fue una operación montada con el único propósito de aniquilar al objetivo: jamás se planeó capturar con vida a Osama Bin Laden.

Este asesinato selectivo fue trazado a la medida de un combatiente militar terrorista, no apto para un delincuente común, aunque este fuere extraordinario.

Sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos de América se notificó respecto de la necesidad de anunciar que Osama había muerto luego de haberse resistido. Surge, de este modo, que no fue ejecutado a sangre fría. Los uniformados norteamericanos lo hubiesen eliminado de cualquier manera -aún cuando se resistiera-, dado que en eso consistía la misión. Brindarle la oportunidad de rendirse estaba fuera de cualquier planteo, dado que esa prerrogativa no es de cumplimiento obligatorio en las leyes de la guerra.

Aquellos que se han opuesto al concepto en sí mismo de los asesinatos selectivos deberían estar manifestándose ahora en contra de la muerte de Bin Laden. Quienes se han expresado en contrario incluyen, entre otros, a funcionarios británicos, franceses, italianos, rusos, y del resto de la Unión Europea. Lo propio han hecho dignatarios jordanos y de Naciones Unidas. El ex ministro del Foreign Office británico refirió en una oportunidad que "el gobierno de Su Majestad ha dejado repetidamente en claro que los llamados asesinatos selectivos de este tipo son ilegales, injustificables y contraproducentes". Su par francés destacó en su oportunidad que "las ejecuciones extrajudiciales contravienen el derecho internacional y son inaceptables". En sintonía, el ministro italiano de relaciones exteriores declaró que "Italia, al igual que toda la Unión Europea, ha declarado ilegal la práctica de los asesinatos selectivos". Los rusos, por su parte, afirmaron que su país se niega a aprobar el "arreglo de cuentas" en modo extrajudicial, como tampoco darán nunca luz verde a asesinatos de este tipo. Funcionarios jordanos han referido que su país siempre ha denunciado estos episodios y que su posición sobre este tema siempre ha sido clara. Kofi Annan (ONU) ha dicho que los asesinatos extrajudiciales "violan el derecho internacional".

Irónicamente, ninguna de estas naciones, grupos o personas ha criticado activa ni firmemente la eliminación de Osama Bin Laden por parte de fuerzas estadounidenses. La razón es obvia: la totalidad de las condenas contrarias al asesinato selectivo han quedado reducidas a un solo país, que es también partícipe de su aplicacion, llevando a cabo ejecuciones de esta categoría -y con remarcable efectividad- en perjuicio de partidarios de Al Qaeda y Hamás. En más de una oportunidad, estas agrupaciones terroristas han montado sanguinarios operativos en los que se ha terminado con la vida de una importante cantidad de civiles inocentes. La cantidad de víctimas derivada de esos actos terroristas ha sido elevada en Israel, especialmente cuando se considera la proporción que representan respecto de su población total. Fue cuando el Estado de Israel consiguió matar al jefe de Hamás que la comunidad internacional -con la llamativa abstención de los Estados Unidos de América- que se decidió que los asesinatos selectivos eran "ilegales e inmorales".

Ahora que esta táctica ha sido implementada contra un enemigo del Reino Unido y de otras naciones europeas, sucede que las opiniones han variado sensiblemente. De súbito, los asesinatos selectivos no solo se han vuelto "legales y morales", sino que son ahora parte de operaciones dignas de elogio. Lógicamente, la organización Hamás ha expresado una férrea condena contra lo ordenado por Washington.

Lo concreto es que, realizado con propiedad, el asesinato selectivo siempre ha cosechado aprobación. En el caso del Estado de Israel, sus autoridades parecieran aplicar una suerte de doble estándar: allí, la corte suprema de justicia ha reglamentado estrictamente el uso de los asesinatos de parte de sus fuerzas militares y de seguridad, permitiendo ejecutarlos únicamente contra terroristas que hayan participado de forma activa en ataques contra la población.

Por otra parte, en América del Norte, la decisión de utilizar esta táctica es exclusiva del Presidente, por cierto, sin revisión judicial. Finalmente, se espera que el mundo libre y occidental abandone el criterio de doble estándar adoptado por Israel y comience a dirimir el mérito de tácticas militares como los asesinatos selectivos. Si se lo observa bien, al implementarse este tipo de operaciones con la prudencia que hace al caso -y contra objetivos militares concretos- su utilización puede constituir la única herramienta efectiva, legal y moral en la guerra contra un terrorismo que opera con una intensidad y una violencia cada vez mayores.


El autor -nombre en clave/alias "El Libio"- es un ex oficial de inteligencia, especialista en acciones de contrainteligencia táctica y estratégica. Ha participado activamente en la investigación de los atentados terroristas contra la Embajada de Israel y la mutual AMIA en la República Argentina. Su correo electrónico: codenamelibio @ gmail.com
 

Por "El Libio", ex oficial de contrainteligencia, para El Ojo Digital