SOCIEDAD: POR ALBERTO LESTELLE

Inmigración y legalidad

Las corrientes inmigratorias en Argentina datan de épocas lejanas. El más importante de los períodos migratorios dio inicio con con la Constitución de 1853 y el precepto alberdiano de "...gobernar es poblar..". A partir de esa época, comenzamos a recibir con los brazos abiertos "...a toda persona del mundo que quiera habitar el suelo argentino...". Tal como lo establece el Preámbulo de la Constitución Nacional del año bajo mención.

13 de Diciembre de 2010
De manera organizada, esta tierra fue dando la bienvenida a españoles, italianos, españoles y franceses que buscaban un espacio nuevo donde echar raíces y desarrollarse. Luego fueron sumándose portugueses, ingleses, israelíes, rumanos, alemanes y migrantes que procedían de otras geografías. Transcurrieron décadas y, con ellas, el país siguió nutriéndose de recién llegados de habitantes del mundo de tierras desvastadas por las guerras. Ellos veían en la Argentina ese futuro que no podían conquistar para ellos mismos y sus hijos en sus propias patrias. La República Argentina se hizo grande bajo el influjo de esas corrientes que llegaron para invertir en su destino. Pasaron más años. América latina fue tomando su propio rumbo, al que estábamos indisolublemente abrazados.Otras naciones hermanas fueron desarrollando su propia idiosincrasia, basando su cultura en quienes habían sido sus conquistadores.Tomaron -como nosotros- lo bueno y lo malo que, en su afán de desarrollo, incorporaban. Dieron origen a pueblos dignos de futuro, construídos desde una cultura del sacrificio y del trabajo como ejes fundacionales de su existencia. Nuestros abuelos fueron fieles y dignos testigos de ello. LLegaron y trabajaron a destajo en el lugar que les fue asignado. Agrietaron sus manos en campos, pueblos y ciudades. Dignificaron su herencia con el ejemplo del sacrificio y con el valor conquistado por sus propios méritos, sin esperar jamás dádivas nadie. Más bien al contrario. Muchos se sometieron a los arbitrios de sus patrones. Todo para dar lo mejor a sus familias. Para regularizar el avance de las corrientes inmigratorias, el Congreso de la Nación Argentina sancionó la ley 25871. Corría el 17 de diciembre del 2003. Para ese entonces, a los inmigrantes que ya teníamos se habían sumado 140.000 peruanos (*); entre 1.500.000 y 2.000.000 bolivianos (*); 500.000 paraguayos (*); 212.492 chilenos (*). FUENTE: Wikipedia. La ley 25871 (17/12/20023) fue la herramienta que el Congreso de la Nación votó como indispensable, a los efectos de legalizar la inmigración. Pero retornemos a nuestra realidad presente: esta Ley lo contempla absolutamente TODO, con el fin de evitar situaciones dramáticas como las que vivimos hoy. Quien esto escribe se pregunta: ¿acaso los artículos 53 y 54 del Capítulo I; los artículos 55, 57 y 59 del Capítulo II y los artículos 61, 62, 63 y 64 -entre otros- se hacen cumplir efectivamente? Los muertos y heridos de Villa Soldati podrían haberse evitado si aquello que se encuentra cabalmente normado por el Poder Legislativo fuera llevado a la práctica por nuestros gobernantes y por la Justicia. Cabe preguntarse si acaso necesitamos de más muertos y más heridos para que las leyes se cumplan. ¿Se encuentran los intereses políticos y de cualquier otra índole en un estrato superior al que compete a la vida de las personas? ¿Y qué sucede con la propia Ley? A los señores dirigentes me gustaría recordarles que se encuentra en sus manos el salvar vidas o captar votos. En ustedes está la decisión. Y a los señores opositores: continuar con este silencio cómplice o quebrarlo también está en sus manos... Por Alberto Lestelle. Web: http://www.albertolestelle.com/
Por Alberto Lestelle, sitio web oficial