POLITICA: POR MATIAS E. RUIZ, EDITOR

Singular episodio pone en alerta a la comuna y a residentes locales de Pinamar. Daniel Scioli deberá hacer frente a un verano "caliente" en la Costa Atlántica

¿Por qué el municipio de Quilmes -entre otros- ha exportado delincuentes...

05 de Diciembre de 2010

¿Por qué el municipio de Quilmes -entre otros- ha exportado delincuentes con prontuario hacia el pintoresco balneario pinamarense, bajo la sospechosa cubierta de 'empleados temporarios'? El escenario 'Tierra Arrasada' comienza a cobrar forma, con Carlos Kunkel y el ultrakirchnerismo entre bambalinas.

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Hace pocos días, la localidad balnearia de Pinamar se sobresaltó con una perturbadora novedad. Un aproximado de setenta personas arribó a Avenida Bunge y la Costa, movilizados en sendos vehículos utilitarios. Se trataba de algo más de catorce familias, compuestas por hombres, mujeres y niños pequeños. La aparición de los rodados y la posterior concentración de personas que abandonaban los vehículos llamó la atención de la policía comunal, que se apersonó con sus móviles en el lugar para averiguar qué era lo que estaba sucediendo.

Los agentes del operativo improvisado sobre la marcha -bajo la tutela del Comisario Jorge Eugenio Palacios- procedieron a interrogar rápidamente a los recién llegados. Estos refirieron que habían llegado a la ciudad balnearia contrato en mano, para desempeñarse a lo largo de la próxima temporada como trabajadores de venta ambulante. Sin embargo, los visitantes ni siquiera tenían comprobantes o recibos derivados de los sitios en donde se alojarían, hasta tanto poder dar inicio a su faena estival (la temporada comienza oficialmente el 1 de enero). Los agentes de policía trabajaron con presteza y dieron con copias de los contratos que traían consigo algunos de los recién arribados.

De la información reportada por el conocido periodista local Diego Uribe (www.pinamar24.com.ar) se extrae que los individuos alegaron haber sido "estafados" por el supuesto empleador. Ello, en función de que les fue informado que la comuna de Pinamar no había extendido los permisos correspondientes a ninguna firma local para que contratara personal temporario alguno. Los uniformados también dieron con una tarjeta de presentación de un supuesto responsable de la operación, de identidad Cristian Martín Echenique. El mencionado se autorreferencia como Gerente General de la compañía "RPT", siglas para "Reestructuración de Personal Temporario", término por demás incoherente y que remite a algo pensado sin mayor planificación previa. Sin embargo, vale considerar que la firma bajo mención no exhibe registro alguno: solo existe un perfil en Facebook con la foto del "experimentado" hombre de negocios (adjunta con el presente artículo) y que no parece observar una edad mayor a veintitantos años -si acaso tal identidad resultare verdadera-.

Por cierto, la tarjeta de presentación remite al domicilio de la compañía, sita en el barrio porteño de Puerto Madero y que -como lo reflejan otros datos- dio inicio a sus operaciones recién en enero de 2010. El correo electrónico pertenece a una casilla de Hotmail, factor que contribuye a dotar de seriedad a "RPT". Esta noticia sería una más entre tantas, sino fuera porque el Comisario Palacios procedió a retener -conforme a la ley- a los visitantes, hasta tanto no se hiciere efectiva la averiguación de antecedentes. El resultado arrojó que dos de las personas que llegaron en los utilitarios exhibían prontuarios en donde destaca, por ejemplo, el delito de robo a mano armada. Todo ello, mientras aún restaba repasar la información de más de la mitad de los recién llegados. No solo la web Pinamar 24 se ocupó oportunamente de dar difusión al tema.

También alertó sobre la sospechosa situación el dirigente peronista local Jaime Alper (Partido Popular Pinamar). El militante bajo mención es sindicado en la zona como el principal conocedor de los desperfectos más groseros de la gestión del intendente Blas "Biaggio" Altieri, de nutridas relaciones con el kirchnerismo de la provincia de Buenos Aires y del ámbito nacional. Porque Pinamar -se sabe- no es solo un balneario: es una ciudad que observa vida política propia todos los días del año y que, de tanto en tanto, arroja un importante caudal de noticias de variado calibre. Altieri -en su momento, muy cercano a Néstor Kirchner- ha sido acusado por el dirigente peronista Jaime Isaac Alper y por los medios pinamarenses de malversar fondos de la comuna y por ser el regente obligado de millonarios negociados inmobiliarios por decenas de millones de dólares y que involucraban adulteración de documentación oficial y deforestación ilegal de los bosques de la ciudad.

Por otro lado, el actual intendente kirchnerista es responsable de cajonear deliberadamente un importantísimo proyecto para mejorar el frente marítimo (a cargo del Arquitecto Fabián Cambre), que contribuiría con mejoras notables para Pinamar, al tiempo que hubiera permitido la generación de cientos de puestos de trabajo. Ocurre que, para "Biaggio", la aprobación del proyecto le hubiese significado una importante restricción en lo que hace al monopolio de sus negocios. Retomando el tema de los visitantes inesperados que arribaron en las combis, existe otro dato de interés que torna la cuestión en siniestra. Uno de los recién arribados replicó al personal policial interviniente: "No te preocupes, que en unos días volvemos; pero ahí, vamos a ser trescientos". La advertencia, cuando menos, debería servirle de justificativo al alcalde local para solicitar en forma inmediata el apoyo y la asistencia del estado provincial, en forma de personal policial de Guardia de Infantería, o bien Gendarmería Nacional, a los efectos de salvaguardar la temporada estival que se encuentra a la vuelta de la esquina. Con todo, el alcance de la noticia no se limita al terreno local.

Oportunamente, reportes de inteligencia provenientes de Policía Bonaerense y otras informaron que existía la posibilidad de que el verano observara movimientos extraños de personas desde el conurbano hacia el Partido de la Costa y el Partido de General Pueyrredón. Los comentarios no se referían a la clásica movilización de individuos que se dirigen a los balnearios solo para "trabajar" de cuidacoches/trapitos o limpiavidrios solamente; en este caso, habría "algo más". Desde que, semanas atrás, el máximo operador político por excelencia Juan Carlos "Chueco" Mazzón se ocupara de compartirle a referentes del peronismo "disidente" las debilidades del kirchnerismo y la propia Presidente de la Nación, noticias de todo tipo sobrevuelan el ambiente. Una de ellas reporta que la primera mandataria no solo ha perdido efectivamente la brújula, sino que es probable que desconozca que los elementos del kirchnerismo talibán -con Carlos Kunkel, Edgardo Depetri y Emilio Pérsico como lugartenientes- alimentarían operativos puntuales con el objeto de generar caos social. Como complemento a esta información, si -como ya se ha visto- el municipio de Quilmes se encuentra movilizando personajes sospechosos hacia zonas de veraneo desde este preciso momento, el foco vuelve a iluminar el impasible rostro del alto funcionario Aníbal Fernández. Aníbal está sindicado hoy como nexo obligado entre el Gobierno Nacional y elementos extremistas del oficialismo. La pregunta del millón vuelve a la palestra: ¿conoce la Presidente los detalles en relación a este complicado entramado? Mazzón no habló de más cuando reveló los entretelones de la consabida debilidad de la jefe de Estado y su desconcierto o la enfermedad grave de Julio De Vido; solo expresó su malhumor y hartazgo con sus actuales empleadores. Cumplió, sin embargo, con la misión que estos le habían encomendado: "Cristina necesita ayuda del peronismo opositor para llegar al final de su mandato; pero exige no ser perseguida judicialmente". El mensaje pudo haber sido convenientemente reinterpretado por el kirchnerismo de ultraizquierda, bajo la conocida prerrogativa de "Nosotros o el caos".

Pinamar es el espacio ideal para dar rienda suelta al descontrol, por cuanto -para los talibanes- representa al balneario de descanso escogido por "oligarcas" y "menemistas neoliberales". Ideología o no, lo que está en juego es la pérdida del negocio. Y si en el interín es preciso que haya violencia, pues que la haya. El Gobernador Daniel Scioli -a contramano de ciertos rumores- es ciento por ciento ignorante respecto de lo que sucede. El ex motonauta está llamado a padecer un 2011 de interminable pesadumbre, en donde su figura será sometida al escarnio de parte del Gobierno Nacional y sus operadores, si acaso se decidiera a desprenderse del hechizo de Balcarce 50. 

 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.