POLITICA: POR GABRIEL MARTIN, PARA EL OJO DIGITAL

El Estado Policial ya es una realidad en la Argentina. Apuntes sobre el espionaje oficial confirmado a políticos, empresarios y periodistas

Cuando el ex presidente Eduardo Duhalde denunció que lo espiaban, muchos pensaban -en voz alta- : "Lo dice porque está preparando su lanzamiento hacia la Presidencia para el año 2011. Y claro, no hay nada mejor que acusar a los de turno".

21 de Julio de 2010
Más porque Duhalde aseguraba, sin guardarse nada, que "existe un estado policíaco; los empresarios tienen miedo de que los escuchen. A nosotros nos escuchan". El ex primer mandatario dijo ser víctima de espionaje y de "escuchas telefónicas", al tiempo que señaló que "con este gobierno, el espionaje se volvió común". También muchos hilaban su pensamiento inicial con el gatillo verbal conocido de "Estos de la SIDE...". Pero se equivocaron. Quien esto suscribe está en condiciones de informar a nuestros lectores que no son los "profesionales de nuestro servicio nacional de inteligencia" los que llevan adelante las tareas de espionaje. Existe una suerte de SIDE paralela, creada por los más convencidos y acérrimos kirchneristas, que contrataron aquella "mano de obra desocupada". Que "ellos" y sus aliados -Madres, Abuelas, los dirigentes sociales y comunitarios, más los defensores de los "derechos humanos"- denostaron y acusaron de asesinos, secuestradores, torturadores y otras tantas cosas más, pero ahora trabajan para ellos. De todas maneras, aquella era una tropa de las llamadas "operativas", y la tecnología moderna de espionaje, pareciera que es demasiado para esta gente. Respecto de los instrumentos tecnológicos empuñados para estos menesteres, superan -en la realidad- a todo lo imaginable. Ni siquiera Ian Fleming, padre del agente 007 James Bond, los hubiera imaginado. De tal suerte que estos "buenos muchachos" que, como ya dije, eran más "operativos" que técnicos, cometen groseros errores, de los cuales especialistas privados en el arte del contraespionaje toman la debida nota, dejando al descubierto una realidad solo imaginable en los estados más totalitarios que supo conocer la Historia. Entre ellos, los aparatos de seguimiento de opositores que regentearan nazis, fascistas y comunistas (incluídos, por supuesto, los regímenes Castrista y Chavista). ¿Desde qué posición se atreve, quien esto escribe, a denunciar esta realidad? Porque lo he vivido personalmente. He experimentado esa dulce sensación de sentirme importante, al sospechar primero que era espiado, escuchado, interferido en mis correos electrónicos (mi correo es conocido porque se publica al pie de cada nota en este y otros medios). Mis mensajes de texto telefónicos también han sido blanco, dado que he recibido alertas de cadenas de mensajes desde tal o cual remitente, pero sin arribar el contenido. Mi proceder me llevaba a despotricar contra la compañía de telefonía celular, pero su personal me confirmó que no pudieron hallarse inconvenientes. También tuve la oportunidad de escuchar, en comunicaciones desde y hacia mi teléfono celular y el de línea, un puñado de ruidos sospechosos y hasta cierto extraño eco. Tras la sospechas, recurrí a un "amigo", ex profesional del rubro de la Inteligencia, dedicado por estos días a la actividad privada relacionada con el contraespionaje industrial, empresarial, político y hasta periodístico. Este hombre, a su vez, tiene un cercano (como decía el genial Tato Bores, un tal José Oreja, agente del recontra espionaje) que supo confirmarnos, después de algunos llamados, aquello que yo presentía. Pero, ¿por qué habían llegado a mí? Sucede que, conversando con cierto ex funcionario que supo ocupar un cargo de alto rango, como lo es el de Secretario de Estado en el pasado reciente, y muy allegado por estas horas a don Eduardo Duhalde -y que trabaja junto al "Piloto de Tormentas" en pos de la unidad del Peronismo y la recuperación del Partido Justicialista-, intercambiamos opiniones y pareceres coincidentes a la hora de analizar los momentos que vivimos en nuestro país y otros tantos temas. Resultó que esta persona, que también es íntimo amigo, estaba padeciendo una situación idéntica a la mía, con sus medios de comunicación personal. El sabia por oficio que lo "espiaban", igual que a don Duhalde y su círculo de allegados. Finalmente, volví hablar -pasados unos días y tomando los recaudos del caso- con José Oreja. El me confirmó que no solo son seguidos en varias formas por los pseudoespías kirchneristas. Los políticos, jueces federales y de los foros locales, dirigentes del campo, empresarios, sindicalistas, dirigentes sociales de la oposición, miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad; incluso hasta los propios aliados del kirchnerismo, como lo son algunos gobernadores, senadores, diputados, intendentes bonaerenses, dirigentes sociales y piqueteros "propios y alquilados" se encuentran bajo la lupa de estos operativos. Todo aquel que pueda convertirse en un escollo o un peligro para el proyecto kirchnerista se constituye en un enemigo en potencia y debe ser vigilado y controlado. ¿Para qué? Se preguntaran ustedes. Los escraches a políticos, los cortes de calles por parte de piqueteros oficialistas que convierten a la Ciudad de Buenos Aires en un caos cotidiano, las interrupciones en autopistas como la Panamericana -so pretexto de conflicto gremial-, la persecución y los ataques a periodistas y los medios que los tienen contratados y los avances contra empresarios adherentes a la ayer aliada UIA que hoy son escrachados porque "cambiaron de idea" y se percataron de que no hay Proyecto K que los involucre a ellos, todos estos son episodios que ponen al país en un estado alerta general que crispa a toda la población. Y mucho más al enterarnos de la conformación de un ejército de piqueteros oficialistas rentados, pagos con lo recaudado de nuestros impuestos y retenciones, que ronda entre los 115 mil a 135 mil de hombres y mujeres, que son utilizados para los aprietes, escraches, cortes de calle y rutas, ataques a personalidades de la política y todo dirigente social opositor conocido y no tanto. Para colmo de males, todo apunta a confirmar que los muchachos de Quebracho se han unido a esta cruzada de pretorianos oficialistas. ¿Cuál es la necesidad de alimentar a estas gruesas hordas de mercenarios? Simple: ellos deben tener información de primera mano para conocer cómo movilizarse, hacia dónde y a quién marcar como objetivo. Estos grupos se envalentonan y operan gracias al importante volumen de "información" que los espias K les comparten. Quienes suelen concentrar estas carpetas son los de siempre: los D Elía, los Pérsico y los Depetri en la Capital Federal y el conurbano. En el interior, una de las antenas receptoras de lo recopilado es la jujeña Milagro Sala (acusada del ataque al Senador por la Unión Cívica Radical Gerardo Morales). La referente de Tupac Amaru administra no menos de 120 millones de pesos al año, que le son asignados por el Tesoro Nacional, sin control alguno. Cabe preguntarse entonces, ¿cuántas "Milagros Sala", D Elía, Pérsico y Depetri -entre otros- pululan hoy por todo el territorio nacional, esperando la orden final para iniciar el caos generalizado? ¿O acaso este ya dio inicio? ¿Cómo es posible semejante escenario de inacción y resignación? La respuesta a esta pregunta sigue brillando por su ausencia, habida cuenta de la pasividad de la oposición política -victoriosa en los comicios del 28 de junio-, las fuerzas productivas empresariales y sindicales, los dirigentes sociales, los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, los magistrados y fiscales de la República y el grueso de esa masa de argentinos compuesta por un 70% de la población que le dijo claramente "Basta" a la prepotencia de los Kirchner, a las mentiras de un INDEC manejado al total arbitrio del Secretario de Comercio de la Nación Guillermo Moreno, a la corrupción interminable de la obra pública, a los espurios negocios inmobiliarios de la familia Kirchner y sus allegados en lo que respecta a tierras fiscales adquiridas a precio vil, al abandono de las políticas de Defensa Nacional, de Educación y Salud, a los manejos discrecionales de un Congreso Nacional que avala todos los deseos del Ejecutivo, aunque esas leyes vulneren la Constitución Nacional. ¿Cómo se explica la pasividad ante todo lo descripto, y ante muchísimos otros factores por los que el kirchnerismo tendrá que dar explicaciones en la Justicia, el día que dejen de ser gobierno? Mientras el panorama se ensombrece, la mayoría de los players mencionados solo se dedican a disparar insípidas declaraciones, y los ganadores aparentes de las legislativas aún esperan por ese 10 de diciembre que no traerá soluciones. Las respuestas a todos los problemas del país no llegarán a fin de año; ya le hemos dado el tiempo necesario a los Kirchner y sus aliados para que construyan su plataforma de espías y agitadores. Tiempo suficiente para que armen sus fuerzas de choque que -a decir de algunos miembros de las Fuerzas de Seguridad- se observan bien apertrechadas, ya no con palos o cadenas, sino con armamento de fuego portátil del más variado calibre. Componen su arsenal pistolas de mano, pistolas ametralladoras, subfusiles y fusiles portátiles del tipo AK-47, idénticos a los que adquirió la Republica Bolivariana de Venezuela para sus milicias en formación (ahora por la vía del mandato presidencial). Por más que duela decirlo, quien esto escribe considera que lo peor aún está por venir. Por ello, por primera vez en mi vida, me atrevo a considerar la posibilidad de la emigración, tomando mi pasaporte y los de mi familia para abandonar mi país. Procuraré buscar un lugar democrático en donde la propiedad privada sea respetada, y donde uno no sea espiado y su intimidad no sea violada por pensar distinto. Algún sitio del globo donde la prioridad de los gobernantes sean sus gobernados, su Educación, su Salud, su sistema de administración de Justicia, su Seguridad. Un rincón del planeta en donde se premie al que produce y labora, donde un ciudadano no sea señalado con dedo acusador porque todavía le queda algo de lo que supo generar con el esfuerzo del trabajo honesto. Pero quizás no me vaya demasiado lejos. En la América del Sur existen naciones que tomaron nota sobre el correcto camino a seguir e hicieron bien sus deberes, y hoy alguno de ellos sin dudas figura o figurará en el mediano plazo entre las primeras potencias industriales del mundo. Otros países, con mucho menos territorio y escasas riquezas naturales -menos de las que ostenta nuestra querida Argentina- han hecho mucho más por sus habitantes y ninguna de las dos categorías de naciones presentadas exhiben un deterioro en el estándar de vida como el que se observa en nuestra Patria. Es aquí, en la Argentina, donde se ha destruído a las clases medias -primeras impulsoras, en otras épocas, del crecimiento y desarrollo nacional-. El grado de empobrecimiento de nuestra población alcanza el 45% y los indigentes superan con creces el 15% del total. ¿Y qué ocurrirá con este cóctel explosivo si encima se le agrega el condimento del espionaje estatal? Las perspectivas no podrán ser mejores. Finalmente, y antes de olvidarme, me gustaría recordarle al señor Matías Ruiz -valiente Editor de El Ojo Digital-, que a él también lo espían. Por Gabriel Martin, para El Ojo Digital Política. E-mail: gabriel (arroba) martin.net.ar.
Por Gabriel Martin, para El Ojo Digital Política