POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

Desespera el Gobierno, mas ya se habla de un dólar futuro a $4. La advertencia ya había sido hecha : se recomienda al público acopiar moneda estadounidense

El sistema financiero globalizado agoniza y en la Argentina la crisis mundial amenaza por llevarse puesto al matrimonio presidencial mucho antes de lo que ellos mismos preveían. Es la hora de refugiarse en el dólar que, de acuerdo a analistas, no tardará en alcanzar los $4.

21 de Julio de 2010
Solo a los trasnochados de siempre se les ocurriría aplaudir la estrategia presidencial de aislar al país de los mercados internacionales de crédito. Como si el mapa de la Argentina estuviera situado en Marte. Por estas horas, el cataclismo de las cuentas fiscales del gobierno se pronostica fulminante para mediados de 2009 y tal escenario ya es ineludible. Ya nada salvará al presupuesto 2009, recientemente aprobado por un Congreso Nacional cada vez más vergonzante. Aún cuando la Casa Rosada intente sacar provecho de la revalorización del dólar, la estrepitosa caída en los precios del crudo y la soja serán suficientes como para empujar al kirchnerismo al exilio. Y -para qué negarlo- grandes porciones de la opinión pública quisieran ya verlos fuera del poder y procesados por convertir en récord los índices de corrupción política en la historia argentina. De cualquier forma, hoy la vedette de las noticias es el crecimiento sorprendente que viene mostrando el dólar estadounidense en su cotización. Por más que las mediciones que comunican los medios lo sitúan en un techo de $3,27 o $3,29, la realidad indica que los bancos lo cotizan en un promedio de 3 centavos más por unidad. Y eso sin tener en cuenta al mercado marginal, en donde aquellos que desean acopiar en esa moneda se encuentran con cotizaciones de hasta $3,45. Han retornado los ventajeros de siempre que hacen negocio con la desesperación generalizada. El arbitraje entre monedas siempre ha sido un buen negocio en la Argentina. Solo estaba esperando su momento. Y ese momento es ahora. Por mucho que se han esforzado las autoridades económicas, ellas no han alcanzado a ocultar que el Banco Central de la República Argentina ha debido desembarazarse de US$1,200 millones durante la semana que termina. Todo con tal de mantener la cotización del dólar americano bajo el techo de $3,30. Pero la práctica ha venido demostrando que la movida no surte efecto, más bien al contrario : el Central de Redrado no recuperará jamás esos dólares vendidos, y le será mucho más caro en el futuro volver a hacerse de stock. Martín Redrado es un hombre con una sólida formación teórica y también práctica. Sin embargo, no acierta a comprender que ningún gobierno ha podido jamás contra la voluntad de la desconfianza. Yerra al igual que lo hicieron en su momento Bernardo Grinspun y Mario Brodersohn en los ochenta. Aunque lo más probable es que el número uno del Central esté siguiendo órdenes directas del ex presidente Néstor Carlos Kirchner quien, gracias a sus ínfulas sobre sus conocimientos de macroeconomía, terminará llevándonos a la peor debacle desde que la crisis de diciembre de 2001 se llevó por delante a Fernando de la Rúa. El consejo que ya se ha venido derramando desde esta columna y otras en otros medios no tradicionales no ha variado : lo recomendable es acopiar dólares hasta el hartazgo e ir cambiando de banco o casa de cambio a la hora de eludir posibles restricciones para la adquisición. Lo fundamental es que se debe descreer a cualquier declaración proveniente de ámbitos oficiales, pues en el fondo solo aspiran a simples manotazos de ahogado para poder finiquitar su gestión en paz. Para aquellos que tienen dólares contantes y sonantes, lo más apropiado será no cambiarlos por pesos en el mercado o esperar un par de meses para invertirlos en propiedades. Un dato por lo demás elemental : una persona que contara con US$100,000 en tiempos de dólar a $3,05 habrá ganado casi cien mil pesos argentinos para fin de año, momento en que la cotización del dólar estadounidense alcanzará los $4. A partir de ese momento, si acaso la cotización llegara a bajar a partir de una furibunda intervención del Central, deberá plantarse y esperar no menos de un trimestre para esperar la próxima trepada. Brokers de renombre en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ya se animan a pronosticar un dólar a futuro de hasta $6 o incluso $7. No obstante, y aún teniendo en consideración una proyección más conservadora, la moneda americana no deberá cotizar en 2010 a menos de $5 por unidad. Lo que debe leerse de la siguiente manera : crisis financiera internacional o no, el gran aporte de los Kirchner al país ha sido beneficiar al rico y aplastar a las clases medias y bajas, que hoy día o en poco tiempo más solo tendrán la opción de "cartonear" para llevar comida a la mesa. En opinión de quien esto escribe, mofarse de un cartonero o un indigente no solo es moralmente incorrecto : mañana, Ud. podría ser esa persona. La Argentina se hunde cada día más, empujada en parte por la crisis global pero más por la ineptitud demostrada por el tándem que componen la Presidente Cristina Fernández de Kirchner y su marido. En opinión de muchos dentro de la política, la única salida parece tener que ver con la eyección del matrimonio presidencial del poder y con la conformación de un frente político amplio, de notable cobertura pero sin diferencias ideológicas como lo fue la Alianza. A ello apuntan Eduardo Duhalde y los albaceas del peronismo disidente. Juguetean con Mauricio Macri por debajo de la mesa, aunque este último lo niegue. Se recoge por allí el comentario poco sutil de que el "Operativo Venganza" contra los K ya ha dado comienzo y que será imposible para el matrimonio detenerlo. Pero un dato es de confirmación segura -salvo que Macri se termine quedando con la Presidencia en el 2011 o mucho antes- : Néstor Carlos y Cristina, junto con sus aliados más fieles, terminarán tras las rejas y con sus bienes embargados. Ahora bien, a la hora de tratar las causas de la debacle financiera mundial, es difícil no encontrarle la vuelta. Desde mediados de los años ochenta, todo analista reputado o recién egresado de la Harvard School of Economics sabía a la perfección que las cajas de crédito en los Estados Unidos de América se encontraban endeudadas en no menos de US$500 mil millones, gracias a la pelota que permanentemente arrojaban hacia adelante los presidentes norteamericanos, comenzando por Ronald Reagan. El modelo del American Way -que básicamente consiste en vivir con hasta tres hipotecas y en una virtual bancarrota- fue convenientemente exportado hacia Europa y el resto de los países del denominado Primer Mundo. Mientras el Japón continuaba produciendo automóviles y otras manufacturas y Estados Unidos y los europeos los consumiera, todo marchaba sobre ruedas. Los países árabes desde siempre han volcado sus petrodólares a la Reserva Federal, y de ahí rodaban hacia Wall Street. El problema radica básicamente en que toda esa enorme masa de dólares se volcaba permanentemente en inversiones especulativas. El dinero quemaba en las manos de todo el mundo y debía ser recirculado. Ahora, la burbuja ha estallado en las narices de brokers y gurúes por igual, y la pregunta es ¿qué hará Japón sin poder colocar en el mundo occidental su enorme producción? ¿Qué harán los americanos, acostumbrados a vivir de un crédito ilimitado que ya no existe? Muchos ya han optado por la vía del suicidio pues, del mismo modo en que los rusos veían caer al comunismo y enloquecían pues no conocían otro sistema de vida, parece no quedar otro camino que la sencilla desesperación. Al contrario de lo que piensa nuestra Presidente, la Argentina deberá sufrir la amputación de todos sus miembros pues la recesión mundial que viene logrará que el país no pueda colocar sus productos en ninguna parte. La sociedad argentina está dolarizada a consciencia y ya no puede vivir con los propios recursos pues estos se han evaporado. Mal que nos pese, no existe tal cosa como una "economía cerrada". Para que los habitantes de cualquier nación mantengan su poder adquisitivo, tiene que haber necesariamente ingresos en materia de comercio exterior o inversión productiva. Precisamente lo que los Kirchner no han sabido poner en práctica, al margen de los discursos políticos sin valor y diseñados para el autoconsumo. Esta Argentina de hoy continúa viviendo gracias a la poca inversión que arribó en los defenestrados años noventa. Después de allí, no ha llegado ni un solo dólar. ¿Qué salida les queda a los Kirchner? Sincerar las tarifas con la rapidez del rayo y soportar el vendaval, cueste lo que cueste, pagando los costos políticos del caso. Pero, como bien se sabe, en eso no consiste su plan. Ellos -hasta hace pocos meses- solo aspiraban a llegar al 2011 sin pena ni gloria, y dejar para el que venga después la toma de medidas drásticas. Luego, lo atacarían desde el suave cobertor de la oposición. La crisis financiera internacional aún no vislumbra una salida, menos después de que el bailout de US$700 mil millones se comprobara como miserable e insuficiente. No se puede sobornar a la confianza con cifras de incontables ceros. Si acaso existe solución para el pandemónium global, seguro tiene relación con la inmediata restricción para la operación de fondos especulativos y todos sus socios. De otro modo, será pan para hoy y hambre para mañana. La Argentina, por su parte, continuará debatiéndose en conflictos inútiles y la búsqueda de nuevas formas de facturar por parte de la dirigencia local. Estúpido sería esperar la llegada de un Salvador que caiga en la cuenta de que usurpar el poder para provecho propio no garantiza el futuro. Ya lo podrán comprobar en el seno del matrimonio presidencial. No falta tanto. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política