POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

El patetismo del acto en Plaza de Mayo y el retorno garantizado de los cacerolazos. La imagen de la Presidente cosecha ya un rechazo cercano al 90%

Suena recurrente, pero refrescar los datos se vuelve necesario : la Presidente Cristina Fernández de Kirchner ya cosecha un rechazo histórico en la ciudadanía, llegando al 90%. Idéntica pendiente negativa refleja la imagen del ex presidente Néstor Kirchner, a quien solo apoya un 20% de encuestados. El oficialismo no termina de reconocer el delicado panorama que atraviesa y se extiende el paro del agro. Se acentúa el riesgo de conmoción interior a partir del discurso oficial en la primera plaza del país. Estados Unidos sigue con atención el escenario de quiebre local y analiza la muy probable ocurrencia de episodios de caos social y político. Más ataques contra la prensa.

21 de Julio de 2010
El matrimonio presidencial no ha terminado de comprender aún que el delicado escenario actual de confrontación es de construcción netamente artificial, o tal vez ha perdido la brújula en este sentido. Ya había advertido este medio que la dirigencia kirchnerista logró, a partir de la publicación de estudios de opinión fraudulentos o "dibujados" aislar de tal modo a la política frente a la sociedad, que hoy los principales referentes del Gobierno Nacional siguen sin entender cómo es que la ciudadanía los rechaza. Y los medios obvian referirse a un detalle no menor, a saber, que nunca antes un primer mandatario había gatillado tantas expresiones sociales de rechazo, ya sea en la figura de cacerolazos u otras formas. Ni siquiera el malogrado Fernando de la Rúa se había anotado expresiones de rechazo tan contundentes como las que hoy debe experimentar Cristina Fernández de Kirchner. No existe presidente o líder de una nación que pueda sobrevivir con un 20% de imagen positiva -detalle que también se había mencionado desde aquí-. Menos aún con un 10%. Esta novedosa información surge de nuevos datos filtrados desde la propia Casa Rosada, cuyos operadores principales insisten en disimular. De acuerdo a diversas fuentes, incluso se quedan cortos los números de Jorge Giacobbe, quien solo apunta un 69% de encuestados que se expresaron abiertamente en contra de la gestión presidencial. "La realidad es mucho peor". Con esta sentencia se sinceró una fuente ligada al kirchnerismo a El Ojo Digital. Esa misma fuente acusa la firme creencia, dentro del oficialismo, de que el ex presidente Eduardo Duhalde se encuentra operando para eyectar a Cristina Fernández y a su esposo del poder. Pero la acusación no solo es grave sino falta de argumentos claros. Es preciso definir, en primer término, en qué consiste "operar". Y es que en la formalidad del idioma reside la principal dificultad. Eduardo Duhalde se encuentra realizando contactos con dirigentes cercanos a su pensar y también con aquellos que no lo están tanto. La idea del golpe de Estado jamás salió ni saldrá de los labios del "Piloto de Tormentas". A la postre, todo parece indicar que el propio kirchnerismo, en el afán de negar y clausurar con tablas la realidad de su propia ineptitud al frente de la gestión, intenta por todos los medios victimizarse para obtener algún tipo de empobrecida simpatía de parte del ciudadano común. ¿Por qué Cristina Fernández y Néstor Carlos Kirchner aún se sostienen -aunque sea en delicado equilibrio- en el poder? La respuesta puede aparecer un tanto paradójica : el mismo aparato de propaganda que promocionó encuestas faltas con altas intenciones de voto y puntuación en imagen positiva es el mismo del que se ha echado mano para maquillar las estadísticas de inflación y fuga de capitales. De la Rúa no contaba con este aceitado sistema de engranajes mediáticos, y los Kirchner sí. Muy probablemente sea este factor el que ha impedido que furibundos ciudadanos cansados salieran a las calles preparados a tomar por asalto la Casa de Gobierno, el Congreso y otros edificios emblemáticos del poder central. Los Kirchner contaron, además, con una impresionante caja que les ha permitido mantener a raya a sindicatos de la talla de Camioneros. Han arreglado con intendentes y gobernadores de provincia que han vivido siempre de la corrupción y de la movilización de personas de clase baja hacia actos políticos de toda forma y color. Oportunamente, el multimedio Clarín les ha brindado todo su apoyo, aunque solo se especuló acerca de lo que el grupo de Noble y Magnetto recibiría como contrapartida. Pero hoy no quedan dudas de que el acuerdo entre los Kirchner y Clarín se ha quebrado. Sabido es que el piquetero Luis D Elía solo grita a viva voz lo que Néstor Kirchner le empuja a decir. Las recientes expresiones de Luis D Elía apuntaron hacia el tándem Duhalde-Clarín como los supuestos autores intelectuales de un golpe de estado que ya no sería cívico (como mal lo mencionó D Elía), sino político-mediático. Por más que en cierto segmento del largo camino de la lucha entre el agro y el gobierno, algunos analistas sugirieron que la pelea entre Clarín y el kirchnerismo era comidilla para ingenuos, hoy está claro que sus interpretaciones han errado groseramente : ningún medio toleraría que se lo relacione directamente con un abierto intento de derribar a un gobierno. Frente a este panorama, Clarín -al menos el periódico- reacciona tibiamente : solo revela datos menores como que el oficialismo gastó un millón de dólares por día en promedio para llamar al acto de Plaza de Mayo. Aunque sus periodistas cometen errores groseros que no parecen casuales. Recientemente, la primera plana del diario reflejó, frente al acto de la plaza, que "Cristina llenó la Plaza". Escritura que podría pasar como inocente para algunos, pero que en definitiva no lo es. En la forma que lo ha puesto Clarín, pareciera darse a entender que la Presidente convocó exitosamente a miles de personas en forma legítima, sin logística política ni gremial, y que los manifestantes se presentaron espontáneamente en el espacio público para apoyarla. En lo que respecta al conflicto en sí, ya muchos medios lo reflejan : las expresiones de la Presidente han logrado que el sector agropecuario prolongue el paro al menos unos días más. Cristina acusó a los dirigentes de las federaciones de golpistas y se despachó con sentencias particularmente duras e incomprensibles, al decir que a los cuatro "nadie los eligió" y que "deciden quién puede circular por las rutas del país y quién no". Virulencia verbal que se vuelve contra el emisor pues el gobierno se acordó tarde de criticar a los que cortan rutas. Durante años, el piqueterismo oficialista volvió literalmente locos a todos los conductores del país, y episodios en donde piquetes kirchneristas no permitieron el paso de ambulancias con enfermos en situación delicada a bordo se hicieron clásicos. Nada hizo el Estado kirchnerista contra D Elía y sus hombres cuando tomaron por asalto una comisaría de la Policía Federal en la Boca, ni cuando los mismos bloquearon estaciones de servicio de la marca Shell, agrediendo a empleados y automovilistas. Nada se ha hecho desde el poder para reprimir a Hugo Moyano y su tropa de violentos, que interpusieron todas las barricadas habidas y por haber a hipermercados. De todos modos, y en lo que a Luis D Elía respecta, de acuerdo a diversas fuentes, no falta mucho para que se lo pueda llevar a juicio oral y termine tras las rejas. El comentario dice que lo propio ocurrirá con un nutrido grupo de gremialistas del kirchnerismo e incluso ciertos funcionarios de alto nivel del Gobierno -algunos hoy en funciones y otros, retirados-. No habrá amnistía ni salvoconductos de ningún tipo. Ocurre que el próximo gobierno -llegue en 2011 o antes- precisará reposicionarse éticamente ante la sociedad y ello implicará poner en prisión rápidamente a los referentes más mediáticos que han desfilado por el kirchnerismo... Gremialistas como el mencionado Hugo Moyano conocen esta posibilidad, pues les ha sido comentada oportunamente. Ante estos datos, no deja de ser importante mencionar las dudas que aquejan al camionero en estas horas delicadas. Ciertos medios habían confirmado que Moyano no prestaría su apoyo para el acto central de Plaza de Mayo, aunque finalmente se presentó. Pero la noticia es que tanto él como su gente llegaron tarde al evento y se retiraron más temprano. Ello no se debió a que deseaba evitar incidentes. El dato concreto es que Moyano teme pues imagina una remoción prematura de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner y, simplemente, no desea "quedar pegado". Desgraciadamente, políticos como Jorge Milton Capitanich Popovich y otros, no se mueven en igual sentido. Engatusados, tal vez, por la zanahoria oficialista que reza que "está todo bien", pretenden llegar hasta el final. Y la situación para los políticos no es tranquilizadora. En numerosos pueblos y ciudades del interior del país, legisladores y gremialistas cercanos al kirchnerismo y reconocidos localmente son "escrachados", mientras que otros incluso se han salvado por un pelo de ser apaleados o linchados por turbas enardecidas de gente común. Información que, sugestivamente, no llega a las primeras planas de los diarios, salvo en casos de relativa importancia. Vale la pena preguntarle a Agustín Rossi cuál es su pensamiento al respecto de este espinoso tema, pues él lo ha sufrido en carne propia. Lo mencionado en este párrafo es importante pues, en los próximos días, tendrán lugar en el Congreso las sesiones que confirmarán o rechazarán el proyecto oficialista de incautación a partir de las retenciones móviles. Tal vez los diputados y senadores que residen en la Capital Federal se verán a salvo, pero la peor parte la llevarán los políticos que viven en el interior del país. Aquellos que voten en favor de las retenciones kirchneristas deberán dar explicaciones a sus coterráneos ni bien crucen la General Paz. Y su experiencia poco tendrá que ver con un "paseo por el campo". Ocurre que la política ha tirado demasiado de la correa. Desde el retorno de la democracia, hace ya 25 años, hay la sensación ciudadana de que la dirigencia se ha alternado en el poder para saquear y nunca responder con resultados a los votantes. En la Argentina, hospitales y dependencias públicas continúan estando en estado impresentable. La Justicia se ha corrompido y solo favorece al empresario poderoso o a delincuentes juveniles y traficantes de drogas, al tiempo que responde al poder político de turno. Las obras de infraestructura siguen brillando por su ausencia, en especial en tiempos de los Kirchner, que han llegado a reinaugurar obras dos y tres veces. Precisamente, el matrimonio presidencial había llegado al poder bajo la promesa de fomentar un cambio auténtico, liquidando a la "vieja política". Pero los discursos, como ya ha sucedido otras veces, han superado a los hechos. Inexplicablemente, el país hoy se encuentra más dividido que nunca desde 1983 y se repiten escenarios de desabastecimiento, violencia, inflación y crisis. La "crisis" es un concepto perpetuado a piacere por las sucesivas dirigencias, seguramente adrede. Y la opinión pública ha caído varias veces presa de la falacia que se derrama desde el poder, comprando la ya herrumbrada invitación de echar culpas sobre la gestión anterior. De algo no caben dudas cuando se habla de la democracia argentina, y es que no ha existido continuidad. Una nación no puede reconstruirse cada cuatro años bajo preceptos radicalmente diferentes. Hoy, la política argentina en tiempos de Kirchner ha alcanzado el pináculo del desinterés. Tanto Néstor como Cristina aparecen como los líderes caídos en desgracia que no creen tener otro discurso que apostar a la división de los argentinos, reducidos hoy a meros súbditos (y mejor ni hablar del Congreso). A tal punto está el matrimonio presidencial disociado de sus votantes y conciudadanos que implementan políticas impositivas confiscatorias a cambio de nada. Hablan permanentemente de crisis, aunque por momentos se han referido a que la Argentina está de pie. Han autorizado a individuos peligrosos a hablar en su nombre y a defenderlos "a los tiros", para citar solamente el mal ejemplo de Luis D Elía. La incoherencia del discurso oficial roza con el ridículo, y otra vez los argentinos no tienen paz, seguridad, energía ni alimentos. Pero esa disociación asoma aún más grave de lo que parece : en su discurso de Plaza de Mayo, la Presidente Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner la emprendió contra los recientes cacerolazos, ignorando que los golpeteos de cacerolas fueron ejecutados por una abrumadora mayoría de ciudadanos furiosos. Más aún, con intención de reprimenda, patoteó a la ciudadanía entera cuando declaró que no podía gobernar frente a los dictados del golpe de cacerolas o manifestaciones contrarias. Habida cuenta de lo que está ocurriendo en el país y de lo que aún podría ocurrir, la conclusión es clara : la Presidente Cristina Fernández no soporta el calor de las cacerolas en la cocina, y ella misma lo ha reconocido. Muchos se preguntan si acaso no será el momento de convocar verdaderamente a todos los sectores sociales sin ánimo de confrontar, deshechar la mala influencia de su marido y el piqueterismo, para luego dar un paso al costado y convocar a elecciones anticipadas o delegar el poder en el vicepresidente Julio Cobos para que lleve a cabo una transición ordenada. Paralelamente, ciertos episodios de siniestro carácter continúan teniendo lugar. Recientemente, el sitio web Seprin.com, de Héctor Alderete, fue allanado por la Justicia. La mencionada web refiere al quehacer nacional desde un tono decididamente opositor aunque claramente desprovisto de intenciones golpistas o de tinte conspirativo. Oportunamente, había advertido su titular que su portal estaba cercano a ser allanado. Y en sus últimas ediciones, se deslizan sospechas sobre la figura de la jueza Sandra Arroyo Salgado, al respecto de que podría estar operando por órdenes de la Secretaría de Inteligencia. Otros periodistas y portales de la órbita de Internet habían sido objetivo de extraños ataques en tiempos recientes. Por estas horas, ya nuestro medio había comentado que el periodista de La Nación Carlos Pagni estaba siendo víctima de una extraña operación que consistía en la publicación de un blog en donde se lo desacredita a nivel personal y profesional. Para cerrar este análisis, baste mencionar también otro hecho que arroja luz sobre la preocupación internacional que suscita la Argentina. Este medio había reportado también que los servicios de inteligencia de Estados Unidos seguían bien de cerca todo lo que acontece en el país, mucho antes del conflicto del kirchnerismo contra el agro y los sectores productivos. Diario Clarín, hace pocas horas, comentó que la propia CIA se encontraba estudiando el caso argentino y evaluando escenarios posibles. Los escenarios no han sido descriptos por el tradicional periódico por obvias razones, pero ellos se refieren a los que todo mundo imagina a priori : posibilidad de ocurrencia de escenarios violentos y de conmoción interior como consecuencia de desabastecimiento absoluto en materia de alimentos y combustibles; elevada probabilidad de conflicto social a partir de la estrategia kirchnerista de división de la ciudadanía en términos de pudientes y no pudientes. El concepto "guerra civil" aún no se utiliza pero aquel se suaviza con la implementación de otros términos que, en los hechos, poco difieren. Para los estadounidenses, vale aclararlo, la Argentina no representaba interés estratégico alguno hasta que sobrevino el affaire de las valijas del ahora testigo protegido Alejandro Guido Antonini Wilson. La inocultable relación entre el kirchnerismo y Hugo Chávez llevó a profundizar con más detalle la situación y lo que preocupa puntualmente hoy al norte es el rol que puedan tener elementos chavistas en un potencial conflicto social en la Argentina. Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política