POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

País en llamas : la popularidad de la Presidente apenas alcanza el 30%. El campo continuará la batalla antes del final de la tregua. Pánico oficial

Luego de los cortes de ruta y los cacerolazos, trascendió a El Ojo Digital que el temor del kirchnerismo -y especialmente el de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner- se incrementó notablemente. Luego de los análisis sobre el desmanejo del Gobierno Nacional, solo queda hablar de lo que vendrá. El país, escindido socialmente y con su tejido social a punto de estallar. La rebelión de los gobernadores y la sombra de Eduardo Duhalde. Los Kirchner, en una lucha desenfrenada por conseguir caja.

21 de Julio de 2010
Mucho se ha hablado ya sobre el conflicto que el Gobierno Nacional mantiene con los referentes del campo argentino, los porqués de lo ocurrido y los desbarajustes del sistema político recaudatorio que tiene como fin cooptar voluntades y que en ningún modo contempla un plan de desarrollo para la Argentina. Nuestro humilde medio se ha convertido, a la luz de lo sucedido, en el único que ha pronosticado con relativa presteza las protestas sociales que finalmente tuvieron lugar en forma de cacerolazos, en los principales centros urbanos del país y en los sectores relacionados con la producción agropecuaria. Otra cuota de crédito debe adjudicarse principalmente a medios con base en Internet, como Seprin.com y Tribuna de Periodistas. Finalmente, y como desde el inicio se ha comentado desde este espacio, los medios electrónicos han ejercido su cuota de contrapeso frente a la ya más que evidente decadencia que exhiben los medios tradicionales, que nunca han disimulado su relación estrecha con el kirchnerismo y su aparato de propaganda, hoy más goebbeliano que nunca. El país se incendia, y sobre ello quedan hoy pocas o ninguna duda. En estos términos se han expresado numerosos lectores de El Ojo Digital y así también se puede comprobar en el humor social. Se asiste, por estas horas, al fracaso categórico de la propaganda oficial, que ha hecho -desde tiempos de Néstor Carlos Kirchner- esfuerzos denodados por diseñar una realidad mediática e informativa que siempre estuvo lejos de los hechos concretos. Como ya se han ocupado de referir numerosos analistas de la talla de Joaquín Morales Solá y Nelson Castro, los cacerolazos masivos que tuvieron lugar pocos días atrás reflejaron claramente un hartazgo de la ciudadanía frente a la investidura de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner. Ha sido por demás deleznable el intento oficial de ridiculizar las protestas, caracterizándolas de provenientes de la "oligarquía". La serie de agresivos discursos presidenciales, mas las tristes expresiones de funcionarios del nivel de Alberto Fernández, el piquetero Luis D Elía, el camionero Hugo Moyano, Carlos Kunkel y otros, no deja lugar a dudas : el terrorismo de estado está de nuevo entre nosotros. Y fue más que reveladora la discusión que sostuvo el Dr. Nelson Castro con el Ministro de Justicia Aníbal Fernández a partir de la orden que procediera de Puerto Madero para que Luis D Elía concurriera rápidamente para tomar la Plaza de Mayo y apalear a todo aquel que protestara contra el Gobierno Nacional. Fernández se quedó sin voz y sin argumentos : no podía desmentir aquello que conocía en detalle. No podía desentenderse del sistema cruel del que forma parte, y que reprime el disenso casi de la misma manera en que lo hicieron los militares del Proceso de Reorganización Nacional. Este hartazgo de la ciudadanía frente a Cristina es ya palpable en todo ámbito. En todo el tiempo que duró la crisis, no dudó en recurrir al consejo de su consorte a los efectos de tomar cursos de acción. Creyó la primera mandataria que alcanzaría con realizar demostraciones de fuerza en el discurso, primero, y en la convocatoria a la Plaza en segundo término. Las almas que acudieron a "apoyar" a la Presidente lo hicieron en persecución de los $70 que se pagaban por cabeza, y con la ya recalcitrante logística de los ómnibus. Un método que ya no convence y que no alcanzó para apagar la furia ciudadana. Con todo, el kirchnerismo jamás pensó que el campo reaccionaría como lo hizo. Fue sorprendido el oficialismo con la guardia baja, frente a las demostraciones nacionales de los hombres de los sectores rurales. Pero mayor fue la sorpresa de la Casa Rosada cuando se enteró de los golpeteos de cacerola que cada vez se sentían más cerca. Resultó que el campo está más arraigado en la sociedad de lo que el matrimonio presidencial consideró en un principio. Pero la protesta también movilizó al grueso de ciudadanos cansados de la inflación insoportable que esta Administración ha generado. Otros muchos partieron, cacerola en mano, para manifestarse contra la inseguridad. Irónicamente, algunas de estas personas terminaron siendo apaleadas por el piquetero D Elía y sus tropas de choque, que son hoy una suerte de decadente guardia pretoriana del kirchnerismo. Concepto que hemos acuñado desde nuestro medio y con el que han coincidido numerosos colegas. En el medio de la desesperación y el descontrol, los Kirchner ordenaron a sus más fieles súbditos reprimir la protesta social. Precisamente, aquello contra lo que despotricaron desde el comienzo cuando la sociedad ya comenzaba a declarar su interés en ver presos a piqueteros violentos. Es así como se desnuda el descaro del discurso presidencial : luego de reventar unos cuantos cráneos, el piquetero D Elía se exhibía con Cristina. Todo un mensaje mafioso hacia la población. Aunque más macabro fue el mensaje de Dante "Canca" Gullo al convocante De Angelis : "el gigante son 40 millones de argentinos", como queriendo decir que los hombres de campo serían ejecutados sin miramiento por el pueblo -encolumnado detrás del kirchnerismo, por supuesto-. En lo que tiene que ver con la repercusión mundial de los hechos, son interesantes las diferencias entre la protesta contra Fernando de la Rúa y la que ahora tiene lugar contra el kirchnerato. En 2001, las imágenes de la violencia fueron reproducidas por todo medio habido y por haber, desde el inicio de los cacerolazos hasta el triste final. Hoy día, la noticia de las protestas no se ha visto reflejada en prácticamente ninguna parte. No es que el mundo se haya olvidado de la Argentina; ocurre que la Argentina no existe para el mundo occidental y civilizado. Una explicación de la desaparición de las protestas contra Cristina de los medios bien podría basarse en el eficaz filtrado que la Casa Rosada hizo de los hechos en las mesas de noticias. Los canales argentinos reportaron algunas imágenes de lo que sucedía en Buenos Aires y pasaron a otra cosa. El interior fue ignorado sistemáticamente, y la gran mayoría de las protestas en ciudades del interior pasaron desapercibidas, como si no hubieran existido. Nuevamente, el terrorismo de estado a flor de piel. En la actual instancia de tregua con el campo, es correcto lo que afirman algunos referentes del campo : que la Casa Rosada sigue sin convocar a los productores, con la vana idea de ganarles por cansancio. Consideran en el Gobierno que el sector no puede protestar indefinidamente pues atenta contra sus intereses de rentabilidad. Pero esto no solo es un craso error de juicio sino que constituye un análisis en extremo superficial. Cristina y Néstor han subestimado el poder de reacción del campo y su voluntad. Se han olvidado de que la presión de las retenciones, sumados a la violencia verbal del Secretario Guillermo Moreno han venido siendo tolerados desde tiempos inmemoriales. Ni siquiera el irreverente Hugo Moyano se anima a enfrentar a los productores. "Esos están todos armados" le dijo a Kirchner, de acuerdo a lo que se desprende de la columna de Morales Solá en La Nación del domingo 6 de abril. Tal como lo ha confirmado El Ojo Digital con sus fuentes, los productores no solo no abandonarán el paro -que retornará seguramente antes de 30 días-, sino que también incrementarán su lista de pedidos a la Rosada. Solicitarán una eliminación más importante de las retenciones a las exportaciones, junto con un compendio de pedidos que incluyan la liberación de los precios para sus productos. Para rematarlo todo, exigirán saber qué hace el Gobierno Federal con los fondos que recauda del campo cada año, y exigirán también que ese aporte sea devuelto en forma de obras de infraestructura para sus comunidades. Precisamente, lo que ni el kirchnerismo ni los gobiernos anteriores se han ocupado de hacer. Pero la explicación para el incremento furibundo de las retenciones a la actividad agropecuaria tiene su base en lo siguiente : aunque parezca difícil de creer, la Casa Rosada se encuentra en un momento harto complicado en lo financiero, con lo cual necesita obtener divisas urgentemente. Lo está intentando con los organismos internacionales de crédito, en voz baja, y por ello ahora se decidió a exprimir al campo. Como corolario, es absolutamente falsa la promoción exitosa que se ha hecho del viaje de Cristina Fernández de Kirchner a París para entrevistarse con Sarkozy, el premier francés. Las sonrisas solo fueron para la foto, dado que el galo le aclaró a la Presidente que la Argentina deberá proporcionar una solución inmediata al problema de los US$ 25 mil millones en hold outs y arreglar con el Club de París o se termina ya mismo el financiamiento externo de parte de los países del denominado Primer Mundo. Bajo este escenario, resulta difícil creerle a los redactores de Diario Clarín, como siempre. El superávit kirchnerista es una explicación a medias, pues está basado estrictamente en el no hacer frente a los compromisos internacionales. Para colmo, entre junio y agosto se acrecentarán los problemas derivados de la crisis energética pues ni Bolivia ni Brasil están en condiciones de aportar más gas natural al sistema energético argentino. Lo que pueda comprarse vendrá con precios triplicados, requiriendo fondos que la Casa Rosada no posee. Retomando la problemática de las protestas callejeras y del campo, debe decirse que la Presidente deberá hacer frente a un escenario más que complejo, pues, dado su speech confrontativo, ya le es imposible retroceder un ápice en las negociaciones. Y los productores -también lo adelantó Carlos Reutemann- tampoco cederán. También ha confirmado El Ojo Digital -directamente de sus fuentes en Presidencia de la Nación- que la movilización ciudadana con las cacerolas a Plaza de Mayo golpeó durísimo en Cristina y su marido. El pánico llegó a la Casa Rosada para quedarse y lo más probable es que no levante campamento en mucho tiempo. Pero lo más grave es que, como una fuente comentara a nuestro medio, "los Kirchner no son como De la Rúa, que se fue en helicóptero. Ellos se quedarán, incluso abriéndose paso a los tiros". Y bien vale la pena recordar las expresiones de Luis D Elía, que juró defender al matrimonio presidencial por la vía de las armas de fuego, un par de años atrás. Precisamente, ciertos sectores del kirchnerismo duro -alineado ideológicamente con la guerrilla de los setenta- se reserva la ejecución de operaciones clandestinas armadas contra manifestantes, sean del color político que sean, con el objetivo de amedrentar al campo y disuadir a la ciudadanía de expresarse contra el poder central. Frente a este escenario, no faltan aquellos que recuerdan la profecía de Benjamín Solari Parravicini, aquella que rezaba sobre "los mandones que reducirán a la Argentina a un sistema de corte comunista-fascistoide" y la referencia del mismo profeta sobre "los muertos que se verán en rutas y caminos del país". Entre bambalinas, otras fuentes han confirmado a El Ojo Digital lo que desde hace un tiempo se viene anunciando desde estas líneas : que el ex presidente Eduardo Duhalde se encuentra operando con el fin de remover a los Kirchner del poder. Paralelamente -y para peor para Cristina-, se han conocido los resultados de un número de encuestas encargadas por el propio Gobierno Nacional en donde se revela que el índice de popularidad de la Presidente, antes de la crisis del campo, era apenas superior a los 35 puntos porcentuales. Luego de la crisis, ese número debería haberse reducido aún más, en 10 unidades. Con lo cual, por estas horas, la mujer de Néstor Kirchner ostenta, con fortuna, un 25% de imagen positiva en la opinión pública. A partir de estos números, está claro que su gestión no puede continuar dado que carece del apoyo mínimo necesario. Los gobernadores más oficialistas hasta ahora, han comenzado ya a manifestarse en duros términos de cara al manejo que la Casa Rosada ha hecho con la problemática del campo. El apoyo se diluye. Los elementos de Gendarmería Nacional, inicialmente desplegados para reprimir a los productores y liberar las rutas, terminaron desoyendo las órdenes oficiales y se colocaron del lado de los manifestantes, hecho que suscitó la incontenible furia del Ministro Aníbal Fernández. Desde fuentes reservadas se afirma que está cortada la cadena de mandos desde el Gobierno Nacional y las distintas fuerzas de seguridad. Ninguna de estas acudirá al llamado de la Presidente. Tampoco lo harán las Fuerzas Armadas, carentes de material y con la moral más baja que nunca a partir del ataque sistemático que han debido sufrir desde los ideólogos del poder central. Esta información pulula por un número determinado de medios de prensa tradicionales, que obvian su publicación dada su gravedad, y especialmente porque son informes que se asemejan demasiado a los que circulaban en los albores de la caída del radical Fernando de la Rúa. "Como están las cosas hoy, Cristina Fernández y Néstor Kirchner no pueden darse el lujo de reprimir con violencia al campo y las protestas o de no ceder frente a los reclamos. Si así lo hicieren, ello gatillaría nuevos cacerolazos y el capítulo final no sería otro que una salida obligada del gobierno. De cualquier forma, su popularidad está agotada", señala otra de nuestras fuentes. "Se aproximan tiempos peores, y escenarios como el de diciembre de 2001 están a la vuelta de la esquina. En los círculos de poder hay quienes ya se animan a pronosticar una duración de no más de 6 meses para Cristina en el poder. El proceso de desaire de los aliados políticos se acelerará aún más, habida cuenta de que los referentes están tomando nota del rechazo de la población. Cobra importancia ahora lo que pueda planificar el núcleo de centroderecha del peronismo", remata. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política