POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

Pálido lanzamiento de Cristina Fernández de Kirchner y Julio Cobos, bajo la sombra de la corrupción kirchnerista. El mensaje entre líneas : más de lo mismo. Renace Roberto Lavagna.

Tuvo lugar finalmente el lanzamiento oficial de la candidatura de la Primera Dama, Cristina Fernández de Kirchner -o Cristina Fernández a secas, como le gusta que la llamen-. El acto se llevó a cabo en el Luna Park y, a juzgar por la escasa importancia del discurso de la candidata y por la presencia de las figuras más impresentables del gabinete del actual presidente, se percibe que pocas cosas cambiarán con respecto a la presente Administración.

21 de Julio de 2010
El lanzamiento de Cristina Fernández Wilhelm, Primera Dama devenida en candidata presidencial por el kirchnerismo, tuvo al Luna Park como atril predilecto, una vez más. El concepto atril se ha puesto de moda como nunca desde que Néstor Carlos Kirchner llegó al poder. Al margen de las definiciones provistas por el idioma, atril, en lenguaje K, es sinónimo de sitio desde donde despotricar contra todo y contra todos. Equivale, en estos tiempos, a la falta de retroalimentación con oposición, prensa y pueblo. Nunca Néstor Kirchner dio conferencias de prensa ni respondió a preguntas del periodismo en forma espontánea. No sea que algo pueda salir mal. El discurso de Cristina intentó disimular lo indisimulable. Con sus referencias, intentó dar a entender que su propuesta es federal y mencionó a la suerte de "Concertación" que tanto ella como sus aliados están construyendo. Pero nadie debe engañarse : la tan mentada concertación no tiene nada que ver con su originaria chilena, que agrupó verdaderamente a partidos de izquierda, derecha y centro con el objetivo de pensar un verdadero proyecto de país. Muerta la transversalidad kirchnerista -aquel experimento fallido del primer mandatario y que solo incluyó a sus aliados de billetera y a las obsoletas estructuras de los supuestos derechos humanos-, la concertación es el nuevo intento pálido por hacer creer a los votantes que detrás de la Primera Dama existe un verdadero apoyo, cuando la realidad es otra : el kirchnerismo y ahora el cristinismo, no tienen partido. No tienen estructura, y su debilidad reside en la propia fortaleza : los aliados del poder de turno solo se mantienen unidos en virtud de la repartija de dinero público. A este oficialismo de papel solo lo acompañan lo peor del PJ y sus corruptos intendentes bonaerenses -más algunos gobernadores personalistas-, lo peor de la izquierda y un puñado de radicales que ya nada tienen para aportar y que se han sumado a los Kirchner con el solo efecto de asegurar su supervivencia. Y es correcta la apreciación de muchos analistas políticos : Cristina Fernández se ha lanzado oficialmente como candidata bajo la sombra de los últimos hechos de corrupción que envuelven al gobierno de su marido. El apellido Kirchner se relaciona hoy con corrupción e impericia. Si solo de la primera variable se tratase, ya una importante -y mayoritaria- porción de la opinión pública está de acuerdo en que lo visto durante esta Administración holgadamente sobrepasa a lo visto durante Carlos Menem. La impericia, por su parte, toma forma en el improvisado manejo que se ha hecho de problemas ya insostenibles como la inflación, la crisis energética y la inseguridad. El caso del maletín del oscuro Alejandro Guido Antonini Wilson ha servido de cereza del postre del desastre kirchnerista. Y todo indica que, de triunfar en octubre, la receta de Cristina Fernández será igual o peor. Tal vez el hecho más triste del lanzamiento de la candidatura de la Primera Dama estriba en que ninguno de los periodistas acreditados se dirigió allí para tomar nota de propuestas o futuro plan de gobierno -que, como es obvio, aún nadie conoce- : los hombres de prensa solo estuvieron atentos al discurso para ver si se filtraba algún comentario oficial frente al affaire de la valija de los US$800 mil y de cara al resto de los resonados casos de corrupción de los funcionarios y funcionarias oficiales. Como era de esperar, no hubo nada de eso. No forma parte del plan de los Kirchner reconocer errores, ni mucho menos enmendarlos. Sabido es que, a los efectos de buscar soluciones a un problema, lo primero es reconocer que el problema existe. Del mismo modo como no se han podido esperar soluciones de parte de Néstor Kirchner, tampoco se puede aguardar lo propio de parte de su señora esposa. En el Luna no hubo menciones a inflación, crisis energética, corrupción, nada. En definitiva, no existió reconocimiento de errores. Frente al tándem que constituyen Cristina Fernández y el Gobernador de Mendoza, Julio Cobos, solo se pueden extraer los mismos análisis de siempre, esos que ya todo mundo conoce. Cristina Fernández deja traslucir una enorme soberbia en su diálogo. El carácter fuerte que algunos intentan atribuirle a modo de elogio, es en realidad un compendio de estudiados mecanismos de defensa agresivos que no permiten conocer la propia debilidad y la carencia en estrategias de negociación. La Primera Dama, para muchos, es una mujer "mandona" y, aunque el término suene poco académico, existen pocas formas mejores de caracterizarla. Sitios web como Seprin.com ya han deslizado estudios pormenorizados de la personalidad de Cristina Fernández, y lo primero de lo que dan cuenta es de su trastorno bipolar, que la lleva de estados de excesiva euforia y optimismo a escenarios de aguda depresión e inactividad. Nada más peligroso para un país que un individuo con emciones inestables. Es precisamente lo que no debe caracterizar a un estadista, porque sobre esa imprevisibilidad descansa, nada menos, el destino de toda una sociedad. Para colmo, Julio Cobos aparece como un virtual títere, destinado a ocupar la vicepresidencia de una manera más decorativa que en su momento lo hiciere el vice de Raúl Alfonsín, Víctor Martínez. Cobos es el gobernador de una provincia cuyos índices de seguridad son récord en todo el país. Mendoza es un distrito en donde mafias policiales, económicas y políticas desfilan por todo ámbito con absoluta impunidad. ¿Qué tiene Cobos para aportar? Su figura es el ícono de lo que Jorge Asís denomina "Radicales Kash". A buen entendedor... En escritos anteriores, El Ojo Digital ha examinado las características de un posible gobierno de Cristina Fernández. La renovación será poca. Néstor Kirchner verá garantizada su impunidad durante otros cuatro años, y hay quienes ya aseguran que continuará llevando adelante sus negociados en las sombras. En lo que a los problemas del país respecta, conflictos derivados de la inseguridad, la inflación, la desinversión nacional, la corrupción y la crisis energética se verán notoriamente agudizados. Este pensamiento sobrevuela incluso las redacciones de los medios afines al gobierno. Valga señalar el ejemplo de los artículos publicados en Diario Clarín, referidos a Cristina. Todo es puro elogio, a pesar de lo obvio : la Primera Dama no ha presentado plan de gobierno alguno y nadie tiene la menor idea del concepto de cambio que sus promotores de imagen explotan. La candidata nada dijo sobre cómo enfrentará ninguno de los problemas mencionados, esos mismos que ya están explotando en el rostro del gobierno de su marido. El malhumor social es creciente a partir de los insoportables incrementos que el INDEC jamás refleja. Análisis serios revelan que la inflación anual estimada para 2007 será de no menos del 45%. En algunos sitios de la nación, la nafta sin plomo llega a cotizarse a $2,50 el litro y los índices oficiales de inflación continúan hablando de 0,4% mensual. Tampoco se reflejan los aumentos de verduras y hortalizas, lácteos, carnes y pan. En cuanto a la inseguridad, ya prácticamente todo el conurbano bonaerense conlleva un estilo de vida tipo Far West, con las policías atrincheradas y paisajes urbanos dantescos donde traficantes de droga, delincuentes, pandilleros y secuestradores se pasean alegremente. Existen ciertas localidades donde ya están dadas todas las condiciones para la implementación de un estado de sitio. Y el reconocimiento es tardío : recientemente, Gendarmería Nacional comienza a participar en patrullajes en localidades donde el delito es cosa de todos los días. En poco tiempo, los gendarmes no darán abasto en sus tareas de vigilancia. Y cada día, más vecinos piden su intervención para suplir la inacción de las policías, que muchas veces se ven comprometidos en la instalación de zonas liberadas. Pero el problema continúan siendo los jueces y la administración de justicia en general : los delincuentes son liberados con tanta regularidad que las fuerzas policiales ya ni siquiera emprenden persecución alguna, pues, simplemente, no vale la pena. Quien crea que un posible gobierno de Cristina Fernández solucionará estos temas, se equivoca groseramente. El hecho de que gran parte del actual Gabinete haya dado el presente en el acto del Luna Park lo confirma : una Administración cristinista será más de lo mismo. Como siempre, vale la pena recordar la actitud del monopolio Clarín de cara a la candidatura de la Primera Dama : ya sea que Ud mire TN o lea Diario Clarín, la estrategia comunicacional del multimedio es la misma. Elogios, elogios y más elogios. Mientras en cualquier país serio, los hechos de corrupción observados ya hubieran derribado al gobierno y destruído las aspiraciones de la candidata, este medio se empeña en burlarse de la "inexistente" oposición, y reitera con insoportable cadencia que "los problemas del gobierno no afectan la intención de voto de la Primera Dama". Lo cual constituye una carcajada en la cara del ciudadano común. Los precios de mercaderías, alimentos y combustibles aumentan; los funcionarios del gobierno baten récords en corrupción; y el próximo gobierno no hará nada para solucionar los problemas de fondo, pero usted votará igualmente a Cristina. Este es el mensaje del multimedio de Herrera de Noble y Héctor Magnetto. ¿Existe peor forma de burlarse del electorado que esta? De cara a las próximas elecciones presidenciales -y esto ya lo hemos dicho-, la oposición, encarnada principalmente en Mauricio Macri y el duhaldismo, ha bajado artificialmente la guardia. La estrategia es doble : por un lado, devaluar un posible triúnfo del oficialismo en el acto electoral (no interoponiendo candidatos fuertes), y, por otro, incluso allanar el camino para la victoria de la Primera Dama, con el objetivo de que los graves problemas del país se lleven puesto a su gobierno durante 2008. En el primer aspecto, la estrategia es muy similar a la que utilizara Carlos Menem cuando se bajó de la segunda vuelta : dejó a Kirchner sin festejo, y acosado -durante todo su gobierno- por los fantasmas de la popularidad jamás concretada. De allí el uso y abuso que Kirchner hizo de las falseadas encuestas de popularidad a nivel nacional. Dentro del espectro opositor, solo hay un candidato que intenta hacer "la heroica" y aprovechar una posible caída de la intención de voto de Cristina Fernández Wilhelm. Se trata de Roberto Lavagna. El ex ministro es un hombre sapiente y conoce de las artimañas del círculo duhaldista-macrista y sus estrategias a largo plazo para permitir el desgaste de la Primera Dama. Pero intuye Lavagna que los sonados casos de corrupción del gobierno, más el episodio del maletín y la cuestionable relación que Kirchner ha construído con Venezuela, ya están desangrando la candidatura de Cristina a tal punto que esta podría perder tranquilamente en octubre. Tremendo problema tendría que enfrentar Mauricio Macri si acaso Lavagna lograra triunfar en octubre : su plan de permanecer tras bambalinas a la espera de la caída de Cristina Presidenta, para luego participar en elecciones anticipadas para ocupar la Casa Rosada, sufriría una categórica sacudida. En este escenario, Eduardo Duhalde también sería desahuciado, pues por estas horas se encuentra maquinando a tiempo completo para ejecutar su venganza contra Kirchner. Aquellos que, desde los medios y la tribuna oficial han decretado la muerte del ex presidente, se han equivocado groseramente y han pecado de ingenuidad. En cualquier caso, Roberto Lavagna aún debería salirse de su conocida soberbia y sentarse a la mesa con el arco opositor al kirchnerismo. La campaña del ex ministro sigue por la senda difícilmente aglutinante de YouTube y su blog en Internet. A Lavagna le falta calle y aún debe mejorar la vehemencia de su discurso. Solamente trabajando sobre estas dos cuestiones -y explotando los groseros errores del kircherismo- tendrá chance en octubre. Después de todo, la mesa está servida : solo es necesario que alguien grite a viva voz que el cocinero ya recurre a demasiadas recetas viejas y que utiliza condimento en extremo rancio. El cambio de chef estará entonces, a un tiro de piedra.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política