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Sergio Villordo -intendente de Quilmes y protegido político del Ministro Aníbal Fernández-, acusado de atropellar y matar

Trascendió la increíble noticia de que el actual intendente quilmeño -ex chofer y actual protegido político del Ministro del Interior, Aníbal Fernández-, atropelló con su vehículo a un hombre que posteriormente falleció. Lo llamativo es que el alcalde de Quilmes ocultó a la víctima en el baúl de su automóvil, y luego -asistido por empleados- trasladó el cadáver a una heladera. La noticia fue convenientemente ocultada a los medios -tuvo lugar en diciembre de 2003-, pero finalmente trascendió y fue publicada por los sitios web Seprin.com y Tribuna de Periodistas -PeriodicoTribuna.com.ar-. Se publica aquí el texto de la denuncia penal presentada por la Sra. Gladis Beatriz Pérez, relacionada con un fallecido militante zonal, protagonista del episodio. Sergio Villordo está sospechado de participar del tráfico de drogas en el partido de Quilmes, y tiene una relación estrecha con Aníbal Fernández, quien lo ha defendido en distintas ocasiones.

21 de Julio de 2010
DENUNCIA PENAL Señor Agente Fiscal en Turno: GLADIS BEATRIZ PEREZ, DNI 18.502.484, argentina, constituyendo el legal en peatonal Rivadavia N 328 (Dra Mónica Frade) de la ciudad de Quilmes, se presenta y dice: I)-Que por la presente vengo a formalizar denuncia sobre los hechos que, a continuación paso de detallar, por haber sido testigo de los mismos; entendiendo que, caen bajo el tipo penal previsto en el art. 106 última parte. Esto sin perjuicio de la investigación de los hechos que precedieron necesariamente, a los que presencié y que denuncio, de los que resultara el homicidio de una persona cuyos datos desconozco.- II)-HECHOS: He mantenido por espacio de quince años, concubinato con el señor Sebastián Giancristóforo (dirigente y militante conocido zonalmente como Cacho rey). El nombrado falleció el día 9 de Noviembre del año 2005. Fruto de esa relación, nacieron mis dos hijas de 11 y 7 años. El día 31 de Diciembre del año 2003, alrededor de las 23.00 hs, en ocasión de estar con mi compañero y mis hijas pequeñas, en nuestro domicilio de la calle Sarmiento N 1490 e/ calles Echeverría y Mármol, del Partido de Quilmes; se hacen presente, uno de los hijos del primer matrimonio de mi compañero, ALEJANDRO GIANCRISTOFORO; un amigo y compañero militante de éste, de nombre DAMIAN RUBIO y el sr SERGIO OMAR VILLORDO. Los tres eran amigos y, los dos primeros trabajaban para éste último, en tareas varias (chofer, cadeteria, gestiones personales). El sr Damián Rubio, a la fecha de esta denuncia, sigue desempeñándose como "chofer" de Sergio Omar Villordo. Alrededor de las 23.00 hs de ese día, los nombrados ingresan a nuestro domicilio (y domicilio de Alejandro) en estado ?todos- de completa exaltación y fuera de si.- Alejandro exhibía, en sus ropas, numerosas manchas de sangre. Le dicen a "Cacho" (mi concubino) que "habían matado un tipo" (sic), que "lo habían atropellado" (sic). Cacho, suponiendo que estaba frente a un accidente de tránsito fatal, les pregunta si habían avisado a la policía. En respuesta le responden que: "tenían al muerto en el baúl del automóvil" (sic). Las escenas que sucedieron a esto, fueron terribles.- Mientras mi compañero les gritaba y recriminaba por esto; los nombrados se entrecruzaban frases. Alejandro insistía en tranquilizar a Sergio Villordo, visiblemente alterado, diciéndole que "él se haría cargo de todo", "que afirmaría ser, quien conducía el vehículo", etc. Los comentarios eran cruzados y el clima extremadamente confuso y tenso. Hicieron varios llamados telefónicos, recordando uno de ellos; el que hiciera Alejandro, a instancias del Sr Villordo, a la DDI de Quilmes, comunicándose con un tal "FREDES".- Repentinamente, luego de algunos de esos llamados, frente a Villordo y Rubio; Alejandro me ordena "vaciar el freezer" de tipo comercial (marca gafa 300 full) que teníamos en nuestro domicilio. Lo hace insultándome y recomendándome apuro. Alguien, no pudiendo precisar quien, viene a buscar a Villordo, quien se retira inmediatamente. Al cabo de unos minutos se hace presente en nuestro domicilio una camioneta identificada como de la Comisaría Primera de Quilmes, con dos uniformados y minutos después lo hizo Fredes, con ropa de civil. Permaneció unos pocos minutos, mantuvo un breve diálogo que no pude escuchar y se retiró. Los nombrados condujeron el freezer al garage de mi vivienda, situándolo junto al vehículo. Se trataba de un automóvil color gris que, aunque no puedo asegurar, podría tratarse de un Renault 19. En, al menos una oportunidad, Alejandro había traído ese mismo vehículo a nuestro domicilio. Ya por la ventana, a cierta distancia, pude observar que abrían la tapa del baúl y en su interior se encontraba una persona, aparentemente muerta, de contextura media, morocho, de edad mediana. Era muchísima la sangre que se veía y, había diarios que lo cubrían parcialmente. Entre Alejandro y Damian Rubio lo sacan del baúl y lo cargan en el interior del freezer. Suben el freezer a la parte posterior de la camioneta policial, impartiendo indicación de "llevarlo hacia San Francisco Solano", Partido de Quilmes. Los nombrados, se encargaron de lavar rápidamente el automóvil y se retiraron. Desde entonces, nuestra vida fue un martirio. Cacho y yo, fuimos amenazados por su propio hijo, quien decía transmitir recomendaciones del sr Villordo, para que nos olvidemos de lo que habíamos visto esa noche. Mi compañero, absolutamente aterrorizado de lo que pudiera ocurrirnos a nosotros o a nuestras pequeñas, me prohibió hablar del tema. Fue tema vedado, aún entre nosotros. Nuestra vida, luego de esta terrible situación, no volvió a ser la misma. Mi compañero cargaba con el silencio y recibía amenazas de su propio hijo. A mediados del año 2004 mi compañero, luego de meses de aparente tristeza, comienza con los primeros síntomas clínicos de lo que luego se le diagnostica: tumor en páncreas. Pude luego enterarme que, en esos meses hasta su fallecimiento el día 9 de Noviembre del año 2005, habló de esta trágica situación que le había tocado presenciar, con al menos tres personas. En Octubre del año 2005, los hijos de mi compañero (Alejandro y David), so pretexto de su enfermedad, lo internan en el Sanatorio Bernal, de Quilmes, sin aviso a su médico de cabecera. El deseo de mi compañero era estar en nuestro domicilio, por lo que a las 48 hs, obtuve su alta. Por primera vez, las amenazas de uno de sus hijos ?Alejandro- se tradujeron en una golpiza de la que fui víctima el día 2 de Noviembre de 2005; radicando la pertinente denuncia por ante este Departamento Judicial. Fallecido mi compañero, permanecí en nuestro domicilio por espacio de un mes, pero dado el peligro que representaba para mi seguridad y la de mis pequeñas, la violencia de Alejandro y su hermano, decidí ocultarme en distintos sitios, durante los meses siguientes.- Realicé exposición civil por amenazas y presiones varias, el día 11 de Noviembre de 2005, a dos días de fallecido mi concubino (se adjunta); el día 14 de Noviembre de 2005 por ante este Departamento Judicial (se adjunta copia) y el día 7 de Diciembre de 2007 por ante la Comisaría Primera de Quilmes (se adjunta copia). Lo cierto es que, mi silencio de los hechos -hasta entonces- había sido una imposición del padre de mis hijas, quien no solo había protegido a su propio hijo, sino que tomaba muy en serio los "mensajes" que Alejandro decía traer de parte de Sergio Villordo. A la muerte del padre de mis hijas, mi temor fue completo. Ya no tenía la protección de mi compañero, quien además ponía ciertos límites a su hijo. Me encontré sola con mis pequeñas, amenazada por Alejandro, lejos de lo que había sido mi domicilio (tuve que ocultarme por largo tiempo, en diferentes lugares). En el marco de este escenario, estaba "advertida" sobre el peligro que comportaba, el relato de lo visto. Todo el año 2006, procuré salir de esta situación personal, elaborar el duelo de la pérdida de mi compañero y recomponer alguna estabilidad familiar y económica. Siempre interferida por la angustia de lo que había tenido que presenciar y silenciar. Por mis propios medios, y en completa reserva, intenté procurarme algunos datos más, sobre lo que habría ocurrido esa noche, previo a que los nombrados hicieran desaparecer el cadáver desde mi propio domicilio. Acumulé referencias que no pude confirmar, tales como: que el muerto era de nacionalidad boliviana, que su muerte habría sido consecuencia de la embestida del automóvil que conducía alguna de las tres personas mencionadas más arriba; que el muerto trabajaba en el Mercado Frutihortícola de Ezpeleta y que hacia allí se dirigía en ocasión de su fatal desenlace, que esto habría acontecido en la intersección de Avenida Florencio Varela y Avenida La Plata del Partido de Quilmes.- Algunas de estas escuetas referencias me llegaron a ser transmitidas por mi propio concubino, antes de su fallecimiento.- No obstante, siempre y hasta su deceso trató de mantenerme ajena a mayores datos. Hace apenas poco más de un mes, recibí un llamado telefónico, de una voz masculina que no se identificó, quien me suministró alguna información que podría resultar de utilidad a la investigación de lo sucedido. Daba cuenta del sitio donde se habría enterrado el cadáver visto esa noche y oculto en el freezer. Según ese llamado, el mismo habría sido enterrado en el fondo de la vivienda ubicada en calle Los Naranjos N 19, a metros de la calle España, de la Ribera de Quilmes. Esa vivienda es propiedad del Sr. Horacio Medina, primo de mi concubino y fue un inmueble de uso exclusivo nuestro y de los hijos de mi concubino, hasta su deceso. La información que recibí es que, el cuerpo estaba oculto bajo un piso de cemento contiguo al natatorio y que allí se habría enterrado en el invierno del año 2004. La información fue precisa, tanto como mi inmediato recuerdo sobre la existencia -en ese mismo sitio- de una higuera de gran porte que sugestivamente, por esa misma fecha, fue retirada del lugar, para dar paso al piso de cemento que actualmente ocupa el espacio.- La vivienda está deshabitada y es cuidada por un casero, el sr Carlos Sosa que, vive a metros de allí. La vivienda según referencias de su propietario, aún contiene en su interior, todas las pertenencias de mi concubino, tal fueron dejadas por nosotros. Temo por mi integridad física y, la de mis dos hijas menores. Sin embargo, ya no puedo seguir conviviendo con el silencio de la situación dramática que me tocó presenciar y que acabo de reseñar; la que sin duda, por involucrar a personas de responsabilidad pública, me sitúan en una situación de riesgo extremo. Peticiono se investigue lo denunciado en la presente. III)-SE PROVEA URGENTE CUSTODIA: De acuerdo a los hechos que denuncio, y en resguardo de mi integridad física y sobre todo, la de mis dos hijas menores; solicito se provea con carácter de urgente, de una custodia provista por fuerzas de seguridad, ajenas a toda relación pasada y/o actual, con las personas mencionadas en la presente denuncia. IV)-SE PROVEA ALLANAMIENTO: De acuerdo a lo relatado y a la indicación del posible lugar donde podría encontrarse enterrada la persona muerta, solicito se provea con carácter de urgente, el allanamiento de la vivienda mencionada (art 220 CPP). V)-PETITORIO: Se tenga por incoada la presente denuncia. Se provea la presente investigación. Se tenga por acompañadas las copias de denuncias mencionadas. Se provea la urgente custodia de la suscripta y sus hijas. Proveerlo de Conformidad, ES JUSTO.
Tribuna de Periodistas