POLITICA: PROTESTAS SIN REPRESENTACION

La Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú, promoviendo una lucha entre argentinos

Afortunadamente, los asambleístas de Gualeguaychú saben de antemano que su intento por perturbar el orden en la Capital Federal no les saldrá gratis : si lo hacen, tendrán que probar el sabor de las cárceles porteñas. En la Ciudad de Buenos Aires, los asambleístas no tienen crédito.

21 de Julio de 2010
La autodenominada "Asamblea Ciudadana" ostenta un estilo que roza en la cobardía, que para muchos porteños no difiere del piqueterismo clásico, con sus manifestantes escondidos tras capuchas y palos. Compárese a asambleístas con piqueteros violentos y se observará que los métodos no variarán demasiado : corte de rutas y calles, generación de incidentes, amenazas. En definitiva, ilegalidad. O, lo que es peor, impunidad. Ambos reclaman que sus modus operandi -indudablemente clandestinos- queden en el olvido, a la hora de considerar el bien más elevado que se persigue. Y allí reside el error : ninguna protesta, por más noble que sea su objetivo final, puede arrogarse unilateralmente el derecho de violentar la libertad del resto. Por estos días, no hay taxista ni encargado de edificio, ni grupo de amigos en charla de café que no exprese su desacuerdo con los entrerrianos más extremistas. Hay una porción de porteños que ciertamente critican la instalación de las papeleras, pero que a la vez consideran mayormente importante combatir a las que contaminan el propio suelo nacional. ¿Y qué hay de Atucha?, se preguntan otros. La central nuclear de Atucha ha superado holgadamente su ciclo de vida y si tuviera lugar un accidente, el Uruguay también sufriría las consecuencias ecológicas. ¿Alguna vez protestó Uruguay por Atucha y las centrales nucleares argentinas por construirse? Lo que se cuestiona no es tanto a las personas que llevan adelante las protestas, sino a la hipocresía que se evidencia en forma contundente. Pero el pensar porteño también desliza sospechas acerca de los asambleístas. Para algunos, ellos son creación del propio Gobernador de Entre Ríos, quien pensó -en su limitadísima capacidad- que frente a los cortes, los residentes de Capital Federal y Gran Buenos Aires norte decidirían veranear en su provincia para ahorrarse mayores problemas. Pero para otros, está muy clara la proximidad y las relaciones cercanas entre asambleístas y políticos. Llama la atención que los entrerrianos jamás realizan escraches frente a la residencia de Busti, y que, en su decisión de bloquear Buquebús en el puerto de Buenos Aires, no han considerado protestar en Plaza de Mayo, en las narices del Presidente Kirchner. Al igual que los piqueteros -que jamás atacan las viviendas de ningún político-, los asambleístas han decidido hacer la guerra a los propios argentinos, a los que critican solamente por "veranear en Uruguay" o "porque tienen plata". A este punto ha llegado nuestra pobreza mental en la Argentina. Aquí reside principalmente la cobardía de la que se habla : ciertamente es mucho más fácil protestar contra aquellos que no están protegidos -los ciudadanos- en lugar de llevar adelante protestas contra políticos o funcionarios, lo cual terminaría en una inevitable represión. "Vamos a grabar con videocámara a aquellos que aborden ferries para viajar al Uruguay", dicen algunos resentidos -o ideologizados- integrantes de la Asamblea Ciudadana. ¿Hasta qué punto este conflicto no incorpora elementos retrógrados del conocido odio de parte del Interior hacia el habitante de la Capital Federal? Evangelina Carrozo -más que infartante, insufrible en este punto- ha vuelto a hablar. Y lo ha hecho no haciendo gala de su brillante inteligencia, precisamente. La nueva chica Sofovich ha incurrido en apología del delito, por promover públicamente el bloqueo del puerto de Buenos Aires y por hacer un llamamiento a desoír las advertencias de los fiscales federales. En pocas palabras, llamó a bloquear económicamente una nación extranjera, cometiendo un delito interjuridisccional que podria conllevar un gravísimo conflicto diplomático. ¿Se animará algún fiscal a pedir su detención? Lo dudamos. Lo que muchos en Buenos Aires se preguntan es si acaso en la provincia de Entre Ríos no existen las leyes. Muchos porteños no entienden cómo hace meses que un grupo minúsculo de entrerrianos sin representación bloquea a voluntad las vías de acceso al Uruguay, ya sean puentes o rutas. Ni la policía provincial ni la Gendarmería Nacional han hecho su trabajo. Más allá de la humorada que también se ha propagado por aquí -"los entrerrianos van a los cortes porque no les gusta laburar, y la excusa de las papeleras les viene bárbaro para tomar mate y dormir la siesta al lado de la ruta"-, hay una realidad inapelable detrás de la protesta : Gualeguaychú ha convertido la cuestión -supuestamente ecológica- en una lucha entre argentinos, una lucha fraternal que acabará de la peor manera.
El Ojo Digital Política