El Presidente, en campaña, llama a terminar con los piquetes

Visiblemente en campaña de cara a las elecciones de octubre, el Presidente Néstor Kirchner concedió una entrevista a Marcelo Longobardi y Oscar González Oro -entrevista que tuvo como intención responder ante las críticas que se hacen al primer mandatario por recibir solamente a medios afines-. Durante el desarrollo de la entrevista, llamaron la atención ciertas declaraciones del Presidente, abiertamente críticas de los piqueteros, por cuanto pidió que se termine con el método de protesta de bloqueo de calles, debido a que tal modus operandi involucra "quitarles el derecho a otros argentinos que también trabajan y también sufren". Algunos medios, como La Nación, dejaron entrever su creencia de que tales declaraciones no sólo se enfocaron hacia los grupos piqueteros, sino también a organizaciones de docentes e incluso de alumnos de colegios estatales, que se han visto recientemente contagiados del método violento de corte de calles. También aprovechó para expresar su "gran respeto" por la figura del Arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Bergoglio. Más allá de esto, el análisis que se proyecta es la segura sugerencia de parte de asesores de imagen del Presidente, al respecto de que no debe alejarse del pensamiento, sin dudas mayoritario en la sociedad argentina de hoy, de que la ley debe aplicarse en todos los casos y en forma indistinta, sin privilegiar los motivos que indujeren a protestas o expresiones públicas. Tal sugerencia sin dudas apunta a contrapesar las posibles adhesiones que en la sociedad porteña y de los centros urbanos genere la nueva alianza Macri-López Murphy, cuyo objetivo es captar masivamente el voto contrario al Presidente. De hecho, se incrementan día a día las percepciones de que el Presidente Néstor Kirchner, ha perdido su posición dominante en los sectores de clase media, media alta y alta, además de que ha dejado de lado el hecho de que son estos sectores los que oportunamente movilizaron la economía en los meses de mejores noticias para Hacienda. Pero en los últimos días han tenido lugar demasiadas noticias, pocas de ellas positivas para el Gobierno. Las protestas callejeras de docentes y estudiantes -que se suman a las protestas piqueteras-, han dejado en claro que el antiguo idilio entre el Presidente y la sociedad se ha terminado. La cortina de humo que disimulaba la gravedad de la situación socioeconómica del país, tapada por el "arreglo" con los medios masivos de comunicación afines como el Grupo Clarín, se ha levantado, y ahora es visible claramente que el mundo "donde todo está bien" que promocionaban muchos medios, sólo ha sido una ilusión. La inflación creciente que ha llevado los precios de carnes y pollos a tener incrementos de casi 20% en dos meses, más la desaceleración de la economía, se presentan en un momento sumamente inoportuno para Kirchner, dado que octubre parece estar a años luz. A tal punto ha crecido el ánimo negativo en el Gobierno, que el mismo Presidente ha salido a declarar que "no es tan importante" si la sociedad no lo vota en octubre, declaración que recuerda a la poco académica expresión de "sacar el paraguas". Para colmo, ese otrora "mundo maravilloso" que se lee en las páginas de Clarín, La Razón, Página 12 -e incluso La Nación-, o se ve en las pantallas de TN Noticias, parece haber afectado las percepciones de los más fanáticos funcionarios kirchneristas, que no ven error ni equivocación alguna en las tareas que realizan al frente de la Administración. Esta situación ya se contradice violentamente con las opiniones negativas sobre el Gobierno, que se perciben en la calle con mayor fuerza cada vez. Situación que también choca con el panorama del "todo bien" que presentan encuestadores a sueldo de la Administración Kirchner (Analogías, Zuleta Puceiro, Artemio López, Nac y Pop -sindicada por algunos como perteneciente a José Nun, Subsecretario de Cultura-) y que exhiben poco verosímiles índices de aprobación del 80%. Misteriosamente, encuestadoras de opinión que no trabajan para el Gobierno Nacional, tienen otros números para mostrar, relacionados con una popularidad del 45% -como mucho- a favor del Presidente Kirchner, aunque en clara pendiente negativa. En conclusión, el velo de contubernios y prebendas entre políticos y comunicadores se vislumbra como en vías de extinción. Resta analizar la forma en que acusarán el impacto de conocer la realidad tal cual es, tanto el Presidente Néstor Kirchner como sus más acérrimos defensores, y la forma en que la misma cruda realidad afectará a la presente Administración, en los albores de las elecciones de octubre.