INTERNACIONALES: VICTORIA COATES

Estados Unidos: el bizarro caso de un Secretario de Defensa desaparecido

Por estos días, en apariencia no resulta controvertido recordar que, bajo la Administración Biden, el mundo se ha vuelto...

09 de Enero de 2024

 

Por estos días, en apariencia no resulta controvertido recordar que, bajo la Administración Biden, el mundo ha perdido estabilidad y se ha vuelto más peligroso.

General Lloyd Austin, Desaparición, Austin internado
La veloz y desaprensiva retirada estadounidense de Afganistán -fechada en agosto de 2021- de seguro envalentonó a los adversarios de los Estados Unidos, lo cual se vio certificado por la invasiussia’s invasión que Rusia llevó a cabo en perjuicio de Ucrania, seis meses más tarde.

Y Rusia, a pesar de no haber tomado Ucrania con la velocidad que muchos predijeron, ha recurrido a la extorsión nuclear, amenazan con emplear armas nucleares no solo en Ucrania sino también contra naciones de la OTAN -incluyendo los EE.UU.

Más recientemente, Washington falló a la hora de replicar a los ataques perpetrados por Hamás en Israel -a pesar del hecho de que más de 31 ciudadanos estadounidenses fueron asesinados en el evento, mientras que otros veinte ciudadanos de los EE.UU. fueron tomados como rehenes por Hamás.

A pesar de que la Administración Biden removió a los hutíes -respaldados por Irán- de la lista de organizaciones terroristas, los misiles de ese grupo fuerzan hoy a los navíos que transportan mercaderías a planificar sus rutas a través del Cabo de Buena Esperanza, tal como en los días de Vasco da Gama. 

Y Teherán -a pesar de impedir que inspectores de armamento de la Agencia Internacional de Energía Atómica revisaran los stocks iraníes e impidiera que ese país almacen uranio enriquecido al 60% (quedando a un paso, técnicamente hablando- de obtener material fisible para desarrollar armamento nuclear) continúa patrocinando a Hamás, a Hezbolá y aún a los hutíes, sin que se conozca la mínima objeción de parte de la Administración del presidente Biden.

Y, en medio de esa colección de amenazas, se conoció una historia de bizarra naturaleza: hace ya tres días que, según parece, hay nadie a cargo del Pentágono.

Si lo que sigue se abraza a criterios ambiguos, ello se debe a que la historia es en todo poco clara y ambigua -y aún se encuentra en desarrollo.

El público se enteró, en la noche del pasado sábado, que Lloyd Austin, Secretario de Defensa, se hallaba internado en la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Walter Reed, en los extramuros de Washington, D.C.

Austin, de setenta años de edad, fue ingresado el 1ero. de enero a causa de padecer 'dolores intensos' tras ser intervenido quirúrgicamente el 22 de diciembre, por una dolencia no especificada. Hasta el domingo, Austin permanecía en el Walter Reed.

Mientras que, supuestamente, Austin se hallaba trabajando a distancia en la semana del 1ero. de enero, de acuerdo a lo informado por su personal, en realidad se encontraba bajo terapia intensiva -detalle que el propio Austin compartió solamente con el General C.Q. Brown, titular del Estado Mayor Conjunto, y con Kelly Magsamen, jefa de personal de Austin.

Nadie más sabía que el Secretario se hallaba en la unidad de cuidados intensivos -ni el presidente, ni el Consejo de Seguridad Nacional, ni los jefes de las distintas armas de las fuerzas armadas. Tampoco nuestros principales comandantes militares, ni las secretarías ni las subsecretarías de la Defensa. Entre quienes desconocían el hecho también puede citarse a los líderes del Congreso, quienes tomaron conocimiento de la novedad recién el jueves, esto es, tres días después de ser hospitalizado Austin.

Una extraña excepción fue la segunda civil más importante en el organigrama del Departamento de Defensa, la Secretaria Kathleen Hicks, quien se hallaba de vacaciones en Puerto Rico junto a su familia. Funcionarios del Pentágono informaron a Hicks en la tarde del 2 de enero, que ella debía asumir 'ciertas responsabilidades operacionales que exigen respaldarse en comunicaciones seguras'.

Sin embargo, Hicks no fue informada de que Austin se encontraba hospitalizado hasta recién el 4 de enero, mismo día en que el Pentágono informaba a la Casa Blanca, y misma fecha en que Joe Biden tomaba conocimiento de que su Secretario de Defensa se hallaba incapacitado para desempeñar sus responsabilidades laborales durante gran parte de la semana.

De acuerdo a apuntes de prensa hecho públicos, Biden habló con Austin por vía telefónica el domingo, mientras el Secretario permanecía en una cama del nosocomio Walter Reed; se informó entonces que mantuvieron una conversación de tono cordial.

Infortunadamente, poco más se conoció a partir de allí. Y, mientras más datos se conocen, más se multiplican las preguntas.

¿Cuál fue la cirugía que dio lugar a los problemas subsiguientes? Por cierto, Austin se merece el beneficio de la privacidad pero, en virtud del acopio de crisis de magnitud en el concierto internacional, ¿por qué someterse a una cirugía precisamente en estas fechas?

¿Por qué no informó Austin a una cifra superior de personas, respaldándose solo en Brown y su jefa de personal? En la práctica, el General se desempeña como secretario del Gabinete en una época en la que dos guerras tienen lugar en el globo, en Europa y en Oriente Medio. ¿Por qué omitió informar al Consejo de Seguridad Nacional o aún a los comandantes más destacados de las fuerzas armadas estadounidenses?

Si Austin se hallaba en la unidad de cuidados intensivos el 1ero. de enero, ¿por qué no fue reemplazado perentoriamente por su segunda hasta la tarde del 2 de enero? Y, ¿por qué no fue informada ella sobre la internación de Austin recién hasta el 4 del mes de enero?

Aún si Austin no hubiese estado en capacidad para informar sobre su estado a más de un puñado de individuos, ¿por qué Brown no informó a la Casa Blanca, a los secretarios en servicio, ni a los comandantes militares de carrera?

En apariencia, Magsamen se hallaba enferma, razón por la cual no informó a la Casa Blanca ni a Hicks antes del 4 de enero.

Literalmente, todo lo que ella o Brown hubiesen tenido que hacer era informar al jefe de seguridad del Servicio Secreto a cargo: 'Organice una comunicación segura a la Sala de Situación de la Casa Blanca, e infórmeles lo que sucede'.

Como ya se observara, Hicks se hallaba de vacaciones en Puerto Rico, para disfrutar de unas vacaciones que de seguro merece. No obstante, en esta temporada de crisis, si el Secretario de Defensa se encontraba hospitalizado y si no se disponía de líderes de carrera en conocimiento de esa condición, ¿por qué no convocó ella al Pentágono?

Finalmente, el Secretario de Defensa estuvo en el hospital e incomunicado durante un período en el que generales iraníes mueren, los rusos bombardean hospitales en Ucrania, Israel lleva a cabo una guerra en Gaza, y el sistema de transporte marítimo comercial mundial ha acusado el brusco cambio de sus rotas por fuera del Mar Rojo. ¿Nadie en la Casa Blanca ni en el Consejo de Seguridad Nacional fue notificado de estas realidades?

Seguramente, se conocerán más detalles próximamente. Pero este desastre potencial carece absolutamente de antecedentes en el Departamento de Defensa. Jamás se había conocido en la historia del país una semana en la que la cadena de mando del Pentágono se quebrara como hoy, al punto en que -en razón de todo lo que se conoce- había nadie a cargo.

Mientras deseamos al General Austin que se recupere completamente, el hecho que aquí interesa es que nadie más abandonó sus responsabilidades como él; se ocurrir en cualquier otro sitio, la persona a cargo ya hubiese sido despedida de su puesto.

Pero sucede lo mismo con los fallos en Afganistán, Ucrania e Israel: en apariencia, nadie jamás es tomado por responsable y, ahora, el pueblo estadounidense se halla en la mira de más amenazas.



Artículo original, en inglés

 

La autora, Victoria Coates, es experta en temas de seguridad nacional y se desempeña como vicepresidente en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en donde supervisa las actividades del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis para Seguridad Nacional y Política Exterior.