INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

El respaldo en los Estados Unidos hacia Ucrania, en retroceso

Pero Zelensky presionará para mantener vivo un conflicto en apariencia interminable, aunque el mundo se esfuerza por olvidarlo.

13 de Diciembre de 2023


Usted se vio entretenido hasta el hartwzgo por quien fuera designado como el más poderoso y celebrado 'Hombre del Año' en Revista Time. Vuelve Usted a su hogar, victorioso, cargado de promesas de recibir miles de millones de dólares en su guerra contra un temido y despreciado invasor. Pero, un año después, todo se presenta bastante diferente, con quienes antes le palmeaban la espalda y quienes estrechaban su mano curiosamente poco predispuestos a conversar sobre estrategias. Usted está furioso y así lo demuestra, regresando con una colección de promesas que sabe son vacías. Al llegar a casa, se percate Usted de que el final está próximo. Vaya si un año no han hecho la diferencia para el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky...

Zelensky, Falsa Revista Time
El retroceso y la caída de Zelensky fueron detallados en un artículo de Revista Time, intitulado: 'Nadie cree en nuestra victoria como yo lo hago: en el centro de la lucha de Volodymyr Zelensky para mantener a Ucrania en la lucha' -mismo medio que lo celebraba un año atrás. El artículo es extraordinario, en términos de lo que revela al respecto del esfuerzo bélico ucraniano. Fue escrito por Simon Shuster, periodista de Time que cubrió la visita de Zelensky a Washington y a Nueva York en septiembre pasado, para retornar luego junto al mandatario a suelo ucraniano para continuar con la seguidilla de entrevistas e investigaciones. Shuster contó con un remarcable acceso tanto a Zelensky -a criterio de realizar entrevistas profundas- y a sus funcionarios, amén de llegar a otros servidores públicos de ese país, en tanto también pudo contar con intercambios francos sobre lo que estaba sucediendo allí. El ejército y el gobierno ucranianos continúan en su empresa bélica, ya ingresada en su segundo año, con el invierno al acecho y las dudas que emergen en los Estados Unidos y en OTAN en relación al recurrente respaldo para Kiev.

La narrativa comienza con la visita planeada de Zelensky a Washington, tras su parada en Nueva York, para asistir a la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas. El mensaje real de Zelensky a la Asamblea no fue tan incendiario e impulsivo como lo fueron otras de sus interacciones durante el periplo, y poco ofreció de novedoso. Según se informara, le fue obsequiada una 'calurosa bienvenida' de parte de los asistentes, aunque compartió su discurso 'con la mitad del salón vacío, con numerosas delegaciones evitando presentarse, sin querer oír lo que el presidente tenía para decir'. El jefe de Estado advirtió a los presentes: 'El objetivo de la presente guerra contra Ucrania es convertir a nuestra tierra, a nuestra gente, a nuestras vidas y a nuestros recursos en un armada contra Ustedes, contra el orden internacional basado en reglas. Y hemos de impedirlo. Debemos actuar unidos para derrotar al agresor'. Zelensky se esmeró más allá de la cuenta al referirse a Rusia y a los rusos como 'diabólicos' y 'terroristas', acusándolos de ejecutar un 'genocidio' contra Ucrania.

La frustración de Zelensky se desparramó sobre Washington el siguiente día, cuando se reunió con el presidente Joe Biden y con algunos miembros del Congreso; asimismo, pasó por el Pentágono y dejó un arreglo floral en el sitio conmemorativo nacional de los hechos del 11 de septiembre de 2001, en Arlington, estado de Virginia. Sin embargo, los líderes del legislativo se rehusaron a que Zelensky compartiera un discurso en Capitol Hill; los asistentes que buscaron confeccionar una serie de encuentros personales para él en la cadena Fox News y una entrevistra con la conductora Oprah Winfrey recibieron negativas por respuesta. Su reunión con el presidente en la Casa Blanca fue relativamente bien, con el anuncio de un nuevo paquete de asistencia que incluiría 'capacidades significativas para la defensa aérea' ucraniana y, de acuerdo a un informe, algunos de los sistemas de misiles ATACMS, de largo alcance. Acto seguido, la Casa Blanca le presentó a Zelensky un listado de reformas anticorrupción que serían esenciales para la continuidad de la recepción de ayuda estadounidense, lo cual no fue tan bienvenido. Sin embargo, y a pesar de las promesas en pos del respaldo, para su evidente molestia, Zelensky no contó con la bienvenida de héroe que lo beneficiara el pasado año. En privado, se reunió con Kevin McCarthy, antes vocero de la Cámara de Representantes, y con otros muchos halcones del Partido Republicano que serán críticos en la aprobación de cualquier futura ayuda. También se encontró con los Senadores Mitch McConnell y Chuck Schumner, que prometieron 'pararse en su vereda'. Con firmeza, McCarthy le preguntó qué necesitaba para ganar la guerra, en tanto exigió una 'visión en la forma de un plan de victoria' para los legisladores. Zelensky exigió contar con más armamento, y advirtió que, sin la asistencia de Washington, 'Perderemos!'. No obstante, pareciera ser que muchos conservadores Republicanos y algunos Demócratas afiliados al progresismo se hartaron de la guerra, y ahora muestran su preocupación ante la ausencia de rendición de cuentas -combinado ello con los muy evidentes niveles de corruptela en el seno del gobierno ucraniano.

Shuster recoge la narrativa en oportunidad de un evento desarrollado en Washington, al que Volodymyr Zelensky llegaba tarde en razón de los encuentros en la Casa Blanca y en el Pentágono -los cuales lo demoraron por más de una hora. Al arribar finalmente para dar inicio a su discurso en el Archivo Nacional, a las 6:41 de la tarde, estaba claramente nervioso por el retraso. Su discurso tuvo lugar frente a una audiencia que incluyó a líderes del Congreso y a funcionarios de primer nivel de la Administración Biden. Era el evento más importante de todo el periplo, oportunidad para fortalecer cualquier apoyo estadounidense contra Rusia -pero nada salió como lo planeado, con Zelensky actuando como si quisiera 'sacarse rápidamente el evento de encima'.

Más tarde, Zelensky dijo a Shuster que experimentaba algo de frustración frente a su incapacidad para convencer a la audiencia de que Ucrania podría ganar la guerra frente a Rusia, sólo de contar con considerable asistencia. 'Nadie cree en nuestra victoria como yo lo hago. Nadie', declaró. Llevar a cabo este esfuerzo -confesó-, 'se lleva toda la energía de uno. ¿Entiende Usted lo que digo? No queda nada'. Amplió luego el detalle de sus preocupaciones, observando: 'Lo que más asusta es esa parte del mundo que se ha acostumbrado a la guerra en Ucrania. El cansancio frente a la guerra tiene la forma de una ola. Usted lo ve en los Estados Unidos, en Europa. Y vemos que, tan pronto como ellos comiencen a cansarse, todo se vuelve como una suerte de show. Como si la gente pensara: "No puedo ponerme a ver esta repetición, por décima vez"'.

En efecto, los estudios de opinión sugieren que el apoyo público por la guerra de Ucrania se hunde, tanto en los EE.UU. como en Europa. La tan promocionada ofensiva de la primavera -que iba a concretar el Ejército Ucraniano- ha retornado muy pocos resultados en términos de territorio recuperado, sumándose ello a enormes pérdidas de recurso humano y material. Nadie, ni siquiera Joe Biden, ve la victoria en el horizonte. Y el conflicto de Israel en Gaza significa que la atención mundial ahora se mudará a lo que suceda en Oriente Medio.

Shuster habló con funcionarios ucranianos de primera línea, todos los cuales observaron que Zelensky había regresado como un hombre distinto de los EE.UU. Uno de los funcionarios declaró que el presidente estaba 'furioso', mientras que otro del círculo íntimo del mandatario dijo: 'Ahora, él llega, recibe las últimas actualizaciones, emite órdenes, y se va'. Otro describió lo siguiente: 'Por sobre todo, Zelensky se siente traicionado por sus aliados en Occidente. Ellos lo han dejado sin los medios para ganar la guerra; a lo mucho, le brindaron los medios para sobrevivir a ella'.

Esto ha dejado a un duro Zelensky con la creencia hoy poco realista de que Ucrania aún puede ganar la guerra. Un consejero opinó: 'El se engaña a sí mismo. Nos hemos quedado sin opciones. No estamos ganando. Pero intente Usted decirle eso'. Abiertamente, Zelensky se rehúsa a siquiera considerar la posibilidad de involucrarse en tratativas con los rusos con el objetivo de poner fin al conflicto, y no aceptará la concesión de territorio a Moscú; esto consignaría una ruptura de cualquier negociación. Zelensky insiste en prorrogar los combates, porque genuinamente cree que, si los rusos no son detenidos en Ucrania, la guerra ampliará su alcance. Dijo a Shuster: 'He vivido durante mucho tiempo con este temor. Una tercera guerra mundial podría iniciarse en Ucrania, continuar en Israel, y luego mudarse a Asia, para estallar luego en otra parte'. Entendió el presidente que éste debía ser su mensaje central en Washington: 'Ayuden a Ucrania a detener la guerra, antes de que ésta se amplíe, y antes de que sea demasiado tarde'.

De igual modo, Zelensky debe hacer frente a problemas a domicilio, por cuanto el daño severo a la infraestructura conducirá a una Navidad miserable -por la cual él será responsabilizado. También se conocen informes sobre oficiales que se resisten a enviar a sus hombres a la ofensiva, dada la falta de armamento y los elevados índices de bajas. Pero Zelensky insiste en que la guerra continuará durante el invierno europeo, en un esfuerzo para obtener más respaldos en el extranjero. Un consultor comentó que, si aún esas armas fluyeran con mayor frecuencia, 'no tenemos los hombres que puedan utilizarlas'. Ahora, los hombres son reclutados también desde los 40 y los 50 años de edad en adelante; algunos nuevos conscriptos -de edades superiores- están siendo recogidos de las calles por lo que parecieran ser pandillas. Ministros de gobierno y generales, incluyendo a Olesksiy Reznikov, han sido despedidos -por rehusarse a continuar con el esfuerzo bélico, o por ser demasiado corruptos. Se espera que haya más despidos, a medida que el conflicto se incremente debido a las crudas condiciones del invierno.

Con el objeto de satisfacer a Washington y combatir la corrupción, se ha informado que Zelensky emitió una guía interna que fue descrita por un funcionario ucraniano en estos términos: 'Nadie compre nada. Nadie se tome vacaciones. Sólo siéntese todo mundo en su despacho, no hable de más, y trabaje'. A comienzos de octubre, un consejero presidencial de importancia pidió a Shuster que apague su grabadora, para poder referirse con libertad al asunto. Dijo entonces: 'La gente se está robando todo, como si no hubiera un mañana'. El artículo de Shuster identifica otros muchos ejemplos de la corrupción de alto nivel que caracteriza al gobierno ucraniano, pero que la gestión ha ignorado totalmente.

En un esfuerzo en pos de invertir la percepción de la serie de problemáticas con las que Zelensky debe tratar, el presidente ucraniano se abrazó a una maniobra: contactar al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y sugerir una visita a Israel, para expresar solidaridad en la guerra contra Hamás. Netanyahu se rehusó, según se dijo, replicando: 'El momento no es adecuado'. Pero luego cambió de parecer y se pensó en una futura visita de Zelensky a suelo israelí. Joe Biden fue más benévolo en su intención de ayudar a Ucrania, prometiendo un paquete de US$ 60 mil millones -el cual incluiría también una partida de US$ 14.5 mil millones para Israel, estimando que cualquier asistencia para Jerusalén ciertamente sería aprobada por el Congreso, si es que viene con las partidas para Ucrania en el conjunto. Al día de este escrito, los Republicanos han buscado separar los paquetes de asistencija. Zelensky dijo a Shuster que era pesimista sobre el particular, dado el moméntum político en Washington.

El artículo de Shuster concluye: '(...) Debiendo hacer frente a la alternativa de congelar la guerra o la de perderla, Zelensky no ve otra opción que presionar a través del invierno, y más allá. "No creo que Ucrania pueda permitirse el hartarse de la guerra", dice. 'Aún si alguien se cansa desde adentro, muchos de nosotros no lo reconoceremos. Y mucho menos lo hará el presidente'.

No obstante, Zelensky sabe exactamente qué es lo que está sucediendo, y uno sospecha que pondrá fin al asunto -retirándose a una de sus propiedades en Israel, Suiza, Italia o Florida, donde establecerá su púlpito para arrojar culpas, y para quejarse de que fue apuñalado en la espalda por OTAN y por Washington. Se trata de una guerra que nunca debió haber comenzado y, si Zelensky hubiese sido más inteligente, se hubiese encontrado con un Vladimir Putin dispuesto a negociar, y quien hubiese hecho esfuerzos para evitar un conflicto entre dos naciones que, al final del día, tienen tanto en común.



Artículo publicado originalmente el 28 de noviembre; en enlace original, aquí


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.