POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

Milei y la burguesía argentina: un caso de error no provocado que podría comprometer su carrera

El Sr. Javier Gerardo Milei estuvo, pocos días atrás, en un cónclave que, en el hotel Lla Llao...

26 de Abril de 2023


Ni Dios, ni Estado, ni patrón.


(Apotegma anarquista)

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El Sr. Javier Gerardo Milei estuvo, pocos días atrás, en un cónclave que, en el hotel Lla Llao, reunió a reconocidos popes del empresariado argentino (que no siempre es nacional). En general, el periodismo señaló que la exposición del eufórico diputado dejó una sensación de insatisfacción o desilusión entre los presentes, que tuvieron la oportunidad de escuchar a algunos miembros de la oposición -refiriéndose a su esbozo de programa de un hipotético gobierno.
 
Javier Gerardo Milei, La Libertad Avanza, Discurso de Milei
Es probable que Javier Milei haya cometido los siguientes errores de táctica comunicacional, algunos que pudo haber evitado, y otros que reeditaron la fábula siniestra de la rana y el escorpión.

1. Al reducir su exposición al plan económico que pondría en marcha al asumir el gobierno, limitó el discurso al de un economista. Es muy probable que los presentes, aún descontando la miopía congénita de buena parte del empresariado autóctono, tengan aún la perspicacia de advertir que un plan de gobierno es algo más que una propuesta económica. Aquí se verifica la ya vetusta afirmación que señala que 'El problema argentino no es económico, es político',como subrayan -cada vez que pueden- liberales sensatos como De Pablo y Melconian. El expositor parece haber apostado a la originalidad de la oferta teórica, en la convicción de que el auditorio sufría el hartazgo de escuchar reversiones estupefacientes de un mismo discurso voluntarista. Aunque inicialmente acertado, el énfasis en la singularidad, presenta problemas derivados: a) La propuesta innovadora implica la inseguridad en la eficacia práctica a la hora de su implementación. En la medida en que Milei se permite destacar que su ideario no reconoce antecedentes en la historia económica argentina, en la misma proporción cabe la inteligente duda que, en términos de viabilidad, despierta todo estreno. Aunque declara admirar a Carlos Saúl Menem y a Domingo Cavallo, se preocupa en subrayar que su planteo no es clonación de ninguna experiencia anterior, y; b) el carácter inaugural de su planteo lo empuja a sostenerlo con un andamiaje teórico, por momentos tan consistente como parcialmente confuso. Esta última impresión tiene su origen el el hecho de que los auditorios ordinarios no cuentan con el bagaje de conocimientos suficientes como para inteligir exposiciones de tono académico y en la torpeza del disertante, quien cree que la complejidad inaccesible será interpretada como profundidad del planteo. 

2. Convirtió a la propuesta de dolarización en el eje en torno al cual giran los conceptos satelitales que son tributarios de la idea y, en consecuencia, deben necesariamente guardar armonía (entendida como supresión de las contradicciones al interior del aparato teórico). Aunque Javier Milei hace un uso perspicaz del desprecio indubitable y mayoritario por la moneda nacional, al hacer pivotear todo la parte sustancial del mensaje en torno a una alternativa de alto riesgo en términos de su eficacia concreta, esta cualidad termina tiñendo la totalidad del planteo y deja en el auditorio no inciado cierto regusto asociado a la incertidumbre, estado del espírtu por el que los hombres (y mujeres) de negocios sienten una atávica aunque prudente aversión.
 
3. El círculo rojo (cofradía de grandes propietarios, políticos influyentes y figuras clave de la intermediación financiera) cree en la necesidad de un cambio profundo para, desde su percepción de la génesis de la crisis endémica, corregir el rumbo catastrófico del Titanic argentino. Milei lo sabe, a medias: no advierte que el límite a su modelo a estrenar está dado por el horror pesadillesco que los sectores influyentes tienen al riesgo de que, fracasado el experimento, se liberen fuerzas incontrolables que terminen poniendo en peligro las bondades decrecientes -aunque bondades al fin- del sistema de privilegios que aún usufructúan. El dilema del legislador de La Libertad Avanza merece alguna conmiseración: ha construido su popularidad con el neblinoso plan maximalista que seduce a juventudes hundidas en el pesimismo sobre su futuro inmediato y, al mismo tiempo, lo arriesga todo, si el capital concentrado sospechara que bendecirlo podría implicar bien pronto la tensión generada cuando deba de elegir cuál de los cables hay que desconectar para evitar la explosión.

La revolución francesa representó el ascenso a la historia de una clase -la burguesía- y la instalación de una idea nueva: la de persona, si bien limitada incialmente a los miembros de la clase que destronaba, con marchas y contramarchas, al trípode medieval de poder en torno a la nobleza, el clero y la violencia estatal. El sistema de ideas naciente, el liberalismo, es antes una concepción integral del mundo y, subsidiariamente, el mecanismo de producción y distribución de riqueza llamado mercado. En menos de cien años, dos derivas de esta visión del mundo ganan predicamento inicialmente en Europa: el anarquismo y el marxismo. El liberalismo, que se ha sacudido la omnipotencia brutal del los absolutismos, siente una definida repugnancia por el poder estatal, al que limita en cuanto y en todo lo que puede. Los anarquistan desean algo más: extirparlo como fenómeno materializado de todas las formas de la opresión sobre la persona humana. El marxismo propone una estación intermedia: a la dictadura del proletariado, le sucederá un sociedad que, finalmente, liquidará al Estado.

Milei es tributario de un mix de ideas que merodean los arrabales del liberalismo y del denominado anarco-capitalsimo.

Como producto, es una admirable obra de ingeniería, apoyada en el sistema de redes comunicacionales. Hasta ahora, no ha podido superar la contradicción principal: su capital electoral reside en su intransigencia a pactar con la casta, pero los dueños del Poder siguen creyendo que cualquier modelo de gobierno será siempre mejor que el caos.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.