INTERNACIONALES: JOHN MARULANDA

Colombia: del Salón Rojo en el Hotel Tequendama, a la cocina de Rodolfo

En 2013, Moisés Naím, ex ministro de Estado, ex director del Banco Mundial y analista venezolano...

01 de Junio de 2022


 

En 2013, Moisés Naím, ex ministro de Estado, ex director del Banco Mundial y analista venezolano, publicó 'El Fin del Poder', trabajo en el que argumenta que las fuentes de poder tradicionales se habían debilitado.

Colombia, Gustavo Petro, Socialismo, Progresismo, NarcoterrorismoAhora, vuelve al asedio intelectual con 'La Revancha del Poder: De Cómo los Autócratas Están Reinventando la Política en el Siglo XXI', vibrante ensayo que plantea, no tanto el ejercicio autocrático del presidente Nayib Armando Bukele en El Salvador, si no la teoría de las tres PPopulismo, Polarización y Posverdad o Propaganda.
 
'El populismo es, simplemente, una serie de trucos, tácticas y estrategias para obtener el poder y quedarse en él. Quien lo practica es capaz de usar cualquier ideología y adaptarla, usualmente con el mensaje de que representa a un pueblo noble, explotado por una élite depredadora y abusiva', sentencia Naím, en una oportuna y aguda entrevista de Ricardo Ávila Pinto. Y, sí: algo va del Salón Rojo del Hotel Tequendama, símbolo inequívoco del neoclasicismo partidista tradicional colombiano, a la cocina de Rodolfo, puesta en escena del populismo electoral en pleno desarrollo en el país, tanto que el propio Gustavo Petro apareció ayer en pantalla, jugando a ser cocinero en su propia cocinilla. Además, la polarización política se huele en el aire colombiano: 8 millones de votos por uno de la izquierda, y 7 millones por Hernández. Estamos radicalizados.
 
En cuanto a la Posverdad Propaganda, las redes sociales obtienen más resultados en el balotaje que las plazas repletas de fanáticos y curiosos ondeando banderines, y tocados con gorras con el nombre de su potencial candidato. Esas redes marcan la diferencia en estas calendas de tecnología comunicacional global e instantánea: nos abruman a todos por igual. Hernández, a sus 77 años, lo sabe bien y con un horizonte de vida limitado, sólo le resta aplicar su reciente experiencia virtual. No se llega a esa edad sin haber aprendido algo.
 
La corrupción, que siempre ha sido la comidilla histórica del país, ha adquirido dimensiones reales en esta campaña, convirtiéndose en el punto focal de todas las propuestas presidenciales. Cualquier trabajador honrado se duele de los grandes peculados de funcionarios del Estado o de empresas contratistas y oportunistas. Al mismo tiempo de su ataque a los corruptos -'suspender de manera indefinida la operación y funcionamiento de los vehículos y demás equipos destinados al uso de los senadores y representantes a la Cámara', 'Voy a arrasar con todos', le dijo a Vicky Dávila-, poco sabemos de las propuestas programáticas estructurales de Hernández, aunque esperamos conocerlas en estos días. Con un ideario incompleto - ¿qué hará con los cultivos ilegales que se extienden por toda la geografía del país? -  y con ítems aún vacíos, tres semanas le quedan a Rodolfo para llenarlos con su talante gerencial.

CAMBIO, es otra palabra/talismán atractiva para incautos, desinformados y oportunistas. Muchos cambios hoy cuando países como Chile, rumbo al despeñadero, y Perú, en donde un fiscal investiga un caso de corrupción del primer mandatario, ejercen una poderosa 'brisa bolivariana' (del mismo Diosdado Cabello, quien hoy se queja de la influencia de los Estados Unidos de América) en la región, que podría llegar a convertirse en un bloque amenazante para la seguridad territorial de Estados UnidosRusiaChina Irán deben estar muy preocupados.  
 
Por supuesto que no esperaría que como en Nicaragua, Rodolfo Hernández ordenara cerrar la Academia colombiana de la Lengua y otras 82 ONGs, ni que, como en Cuba, apresara mas de mil personas por manifestarse, ni que obligara el desplazamiento de unos 7 millones de conciudadanos por toda la región, como lo hace Nicolás Maduro. Pero sí que, bajo la orientación estratégica de un publicista argentino, ex asesor de Juan Manuel Santos en el 2014 y de Gustavo Petro en 2018, Hernández ingrese al mundo contemporáneo de libertades y responsabilidades.
 
A la luz de estas alarmas o 'sirenas', como las llama Naím, vale la pena analizar si acaso nos encontramos frente a un texto programático de transgresión cultural comunista, que propone el Pacto Histórico en sintonía con el manual de Antonio Gramsci, o si nos situamos frente a un cambio de rumbo urgente, sin corrupción, que reclama la ciudadanía.


 
En 2013, Moisés Naím, ex ministro de Estado, ex director del Banco Mundial y analista venezolano, publicó 'El Fin del Poder', trabajo en el que argumenta que las fuentes de poder tradicionales se habían debilitado.

Ahora, vuelve al asedio intelectual con 'La Revancha del Poder: De Cómo los Autócratas Están Reinventando la Política en el Siglo XXI', vibrante ensayo que plantea, no tanto el ejercicio autocrático del presidente Nayib Armando Bukele en El Salvador, si no la teoría de las tres PPopulismo, Polarización y Posverdad o Propaganda.
 
'El populismo es, simplemente, una serie de trucos, tácticas y estrategias para obtener el poder y quedarse en él. Quien lo practica es capaz de usar cualquier ideología y adaptarla, usualmente con el mensaje de que representa a un pueblo noble, explotado por una élite depredadora y abusiva', sentencia Naím, en una oportuna y aguda entrevista de Ricardo Ávila Pinto. Y, sí: algo va del Salón Rojo del Hotel Tequendama, símbolo inequívoco del neoclasicismo partidista tradicional colombiano, a la cocina de Rodolfo, puesta en escena del populismo electoral en pleno desarrollo en el país, tanto que el propio Gustavo Petro apareció ayer en pantalla, jugando a ser cocinero en su propia cocinilla. Además, la polarización política se huele en el aire colombiano: 8 millones de votos por uno de la izquierda, y 7 millones por Hernández. Estamos radicalizados.
 
En cuanto a la Posverdad Propaganda, las redes sociales obtienen más resultados en el balotaje que las plazas repletas de fanáticos y curiosos ondeando banderines, y tocados con gorras con el nombre de su potencial candidato. Esas redes marcan la diferencia en estas calendas de tecnología comunicacional global e instantánea: nos abruman a todos por igual. Hernández, a sus 77 años, lo sabe bien y con un horizonte de vida limitado, sólo le resta aplicar su reciente experiencia virtual. No se llega a esa edad sin haber aprendido algo.
 
La corrupción, que siempre ha sido la comidilla histórica del país, ha adquirido dimensiones reales en esta campaña, convirtiéndose en el punto focal de todas las propuestas presidenciales. Cualquier trabajador honrado se duele de los grandes peculados de funcionarios del Estado o de empresas contratistas y oportunistas. Al mismo tiempo de su ataque a los corruptos -'suspender de manera indefinida la operación y funcionamiento de los vehículos y demás equipos destinados al uso de los senadores y representantes a la Cámara', 'Voy a arrasar con todos', le dijo a Vicky Dávila-, poco sabemos de las propuestas programáticas estructurales de Hernández, aunque esperamos conocerlas en estos días. Con un ideario incompleto - ¿qué hará con los cultivos ilegales que se extienden por toda la geografía del país? -  y con ítems aún vacíos, tres semanas le quedan a Rodolfo para llenarlos con su talante gerencial.

CAMBIO, es otra palabra/talismán atractiva para incautos, desinformados y oportunistas. Muchos cambios hoy cuando países como Chile, rumbo al despeñadero, y Perú, en donde un fiscal investiga un caso de corrupción del primer mandatario, ejercen una poderosa 'brisa bolivariana' (del mismo Diosdado Cabello, quien hoy se queja de la influencia de los Estados Unidos de América) en la región, que podría llegar a convertirse en un bloque amenazante para la seguridad territorial de Estados UnidosRusiaChina Irán deben estar muy preocupados.  
 
Por supuesto que no esperaría que como en Nicaragua, Rodolfo Hernández ordenara cerrar la Academia colombiana de la Lengua y otras 82 ONGs, ni que, como en Cuba, apresara mas de mil personas por manifestarse, ni que obligara el desplazamiento de unos 7 millones de conciudadanos por toda la región, como lo hace Nicolás Maduro. Pero sí que, bajo la orientación estratégica de un publicista argentino, ex asesor de Juan Manuel Santos en el 2014 y de Gustavo Petro en 2018, Hernández ingrese al mundo contemporáneo de libertades y responsabilidades.
 
A la luz de estas alarmas o 'sirenas', como las llama Naím, vale la pena analizar si acaso nos encontramos frente a un texto programático de transgresión cultural comunista, que propone el Pacto Histórico en sintonía con el manual de Antonio Gramsci, o si nos situamos frente a un cambio de rumbo urgente, sin corrupción, que reclama la ciudadanía.

 
Sobre John Marulanda

Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.