ECONOMIA INTERNACIONAL: IVAN CACHANOSKY

Las tres maldiciones impositivas de los argentinos

Entre las citadas maldiciones, una se encuentra emparentada con la insatisfacción...

25 de Enero de 2022

 

Entre las citadas maldiciones, una se encuentra emparentada con la insatisfacción frente a la presión impositiva; la segunda refiere a la percepción de justicia de los impuestos; y la última se vincula con la eficiencia en el empleo de los recursos tributarios. 
 
AFIP, Confiscación impositiva, Privilegios de la política, Casta políticaNo existen dudas: la realidad impositiva que se experimenta hoy en la Argentina no es la más alentadora. En el diagnóstico, suele existir cierto consenso a la hora de referir que el elevado gasto público se ha transformado en un problema. Es menester financiar a dicho gasto, razón que llevó, durante los últimos veinte años, a un incremento en el nivel de impuestos, aunque nunca suficiente, porque el país continúa conviviendo con déficit fiscales. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿cuál es el umbral de tolerancia de los ciudadanos argentinos en relación a los impuestos que pagan? 
 
Desde la Fundación Libertad y Progreso, elaboramos una encuesta de alcance nacional para intentar responder a esta pregunta. A partir de esta información, desarrollamos el Índice de Satisfacción Ciudadana con los Impuestos. De las respuestas obtenidas entre los encuestados, podemos concluir que hay emergen tres grandes maldiciones impositivas.
 
La primera maldición se encuentra vinculada a la insatisfacción con la presión impositiva. El 84% de los argentinos encuestados considera que los impuestos son altos o muy altos. Por el contrario, sólo el 4% perciben que los impuestos son bajos en Argentina. Esta respuesta es sobre percepción, más allá de lo que la realidad dicte. Y, en tal marco, los números no son para nada alentadores.
 
Por otro lado, la segunda maldición refiere a la percepción de justicia de los impuestos. En este marco, 8 de cada 10 argentinos encuestados considera que el sistema impositivo es injusto. Este número también es impactante, ya que dentro de esa injusticia comienzan a verse varias razones desde la perspectiva de los encuestados. Por ejemplo, que los impuestos son injustos porque son muy altos en comparación con otros países, o porque lo recaudado en impuestos no se utiliza eficientemente, o porque los ven exclusivamente como un instrumento recaudatorio que mantiene los privilegios de los políticos, entre otros.
 
En cuanto a la tercera maldición, ésta se encuentra vinculada a la eficiencia del empleo de los recursos tributarios. En esta ocasión, el 66% de los encuestados sostuvo que el uso que le da el Estado al dinero recaudado por los impuestos es malo o muy malo. En otras palabras, la percepción no es sólo que se cobran muchos impuestos, sino que además esa enorme cantidad de recursos están mal utilizados. Algunas cuestiones pueden saltar a la vista fácilmente, como el evidente deterioro de los hospitales públicos o los muy bajos desempeños en las evaluaciones internacionales educativas, por ejemplo, las prueba PISA. En concreto, la percepción consigna que se gasta mucho, y mal.
 
Como si esto fuera poco, el escenario empeora si se realiza un análisis intertemporal. Cuando se le preguntó a los encuestados acerca de lo ocurrido en el 2021 y las perspectivas a futuro, las preocupaciones crecen. El 79% de los encuestados coincidieron en que los impuestos se incrementaron durante el 2021. Además, el 68% opina que los impuestos continuarán aumentando en el futuro. Esta percepción vuelve el panorama más sombrío porque ahora no sólo preocupa que se gasta mucho y mal, sino que se continuará en la misma tendencia.
 
La gran conclusión de la encuesta es que los argentinos están diciéndole “¡Basta!” al incremento de impuestos. En un segundo orden, también podemos concluir que las preocupaciones no sólo están vinculadas exclusivamente a una presión tributaria alta, sino que también entra en juego una percepción no ética en los impuestos ya que el 81% considera que este nivel de impuestos es injusto. Finalmente, la percepción es que este círculo vicioso crecerá en el futuro.
 
Sería importante que los políticos y legisladores tomen nota de lo que los argentinos nos están revelando en esta encuesta. Ya no sólo es el país que pide a gritos las reformas estructurales, sino que también la población comprende que la solución no puede venir mediante el incremento de impuestos.

Dado que la Argentina se caracteriza por una colección de desequilibrios estructurales, las soluciones o correcciones también deberán de ser de carácter estructural -a efectos de torcer el presente sendero de decadencia.

 
Sobre Iván Cachanosky

 Es Licenciado en Administración de Empresas y candidato a Magister de la Maestría en Economía Aplicada de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Sus artículos son publicados en el sitio web en español del Cato Institute.