INTERNACIONALES : JOHN MARULANDA

Colombia: indigenismo, redes sociales y zozobra

Con 2,78 millones de colombianos descendidos a la pobreza extrema y 3,6 millones a la pobreza...

12 de May de 2021

 

Con 2,78 millones de colombianos descendidos a la pobreza extrema y 3,6 millones a la pobreza, como consecuencia inmediata de la pandemia del coronavirus chino, el plato está servido para los truculentos profetas, los falsos redentores y los sociópatas de siempre. Jóvenes en su mayoría de la clase media se han convertido en idiotas útiles de avezados propagandistas, agitadores no tan jóvenes y de hábiles manipuladores de redes sociales. Gracias a ellos, la emoción y no la razón está arruinando a Colombia, un país que durante mas de sesenta años soportó el ataque de bandas de la izquierda extrema manteniendo su debilitada democracia, a pesar de todo.


Ciudadanos extranjeros y redes sociales
 
Ya lo señalaron 41 asociaciones de militares retirados quienes, en un comunicado, advirtieron: 'Rechazamos cualquier intervención extranjera, provenga de donde provenga, que a través de redes sociales o medios cibernéticos, apoye las acciones de perturbación y desestabilización del país y difunda falsas informaciones para crear un ambiente internacional hostil al gobierno elegido democráticamente y a las Fuerzas Armadas legítimas y legales de Colombia'.

Violencia en Colombia, Desestabilización de Iván Duque, BogotáVeinticuatro horas después de este pronunciamiento, Bogotá expulsó al primer secretario de la embajada de Cuba, por actividades indebidas. Hace cuatro meses expulsó a dos espías rusos; el año pasado, expulsó a numerosos agentes del SEBIN y la DGCIM venezolanas, y también a miembros del G2 cubano. La presencia de activistas venezolanos en las células de terrorismo urbano es frecuente, de acuerdo a numerosos informes policiales.
 
Si algo identifica a la actual turbulencia colombiana, es la guerra cibernética y de medios, característica fundamental en un conflicto de quinta generación. Mentiras convertidas en realidades a golpe de repetición, como lo recomendaba Goebbels y utilizando las redes sociales, tecnología que ha cambiado la alienación colectiva. La mamertería parasitaria de organismos internacionales, que no es poca, desinteresada en el destino de estos países accesorios a los intereses de las potencias, repite sin rubor los titulares de videos mentirosos y noticillas amañadas en documentos y declaraciones oficiales que crean matrices de opinión perniciosas para el país.
 
Las propias Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, el Parlamento alemán, el New York times y los matasietes de siempre como Vivanco, Borrel, Menchelón, Bachelet y otros, han desconocido ramplonamente a los patrulleros asesinados a cuchillo, de las instrucciones de 'ofrecerles café con veneno' a los policías, del intento de quemarlos vivos en su cuartel. La simplificación bizca de lo que está en desarrollo, forma parte de la estrategia de desestabilización.
 
Como nunca, redes y medios de comunicación han sido los protagonistas de la protesta para una sociedad agobiada por el desempleo y la pobreza, aunque manipulada por una minoría violenta que logró venderle al mundo la imagen de un gobierno dictatorial y una policía masacradora de inocentes, algo muy alejado de la realidad.
 
 
La experiencia de Cali
 
El sitio y la toma de Cali, por parte de 'mingas' indígenas y sus guardias paramilitares, además de células armadas del ELN y activistas extranjeros, es apenas el ensayo de una táctica callejera de pequeños grupos que siembran zozobra, ante la mirada impotente de policías y soldados, con sus armas inutilizadas por magistrados cómplices o jueces despistados, ausentados de la realidad.

Mientras los ciudadanos desesperados ven sus residencias, bienes y comercios vandalizados, caciques prevalidos de su 'indigenismo' y con su característica tozudez, se movilizan en lujosas camionetas último modelo, blindadas y escoltados por congéneres armados -tiranuelos coloridos llegados de feudos establecidos sobre los cultivos ilícitos de coca mas grandes del mundo. Observadores anotan que la amenaza de fumigación de su negocio, es el verdadero motivo de sus desafueros. 

Otro aspecto capital que señalan los militares y policías retirados en su comunicado es la advertencia de 'graves riesgos de rechazo social violento por parte de la gran mayoría de ciudadanos cansados de tantos actos violentos absurdos que están causando desabastecimientos, crispación, aumento de la crisis pandémica y muertes'. Contra esas minorías que están arruinando la vida de millones, ya se ven asomos de reacciones comunitarias violentas que podrían terminar en una confrontación civil mayor, con consecuencias potencialmente terribles y de largo aliento para toda la región.

Pero la izquierda no cede. Sus capataces, desde sus lujosos apartamentos y fincas, ven fracasar la retoma del poder que se inició con el asalto a las calles a finales de 2019. Un año después -pandemia de por medio-, en Chile no es claro que la izquierda vaya a obtener su constitución socialista; en Perú, la balanza se inclina fuertemente hacia Keiko Fujimori; en Bolivia, el evismo perdió bases electorales en más provincias de las esperadas y, en Ecuador, no cuajó el regreso de Rafael Correa.

Queda Colombia, la 'joya de la corona'. El asedio contra su sociedad y el ataque contra sus fuerzas militares debe continuar, so pena del fatal ostracismo político del imbecilismo comunista, socialista.


 
Sobre John Marulanda

Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.