INTERNACIONALES : PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

¿Trabaja Joe Biden en una reedición del Russiagate?

La vieja expresión que reza: 'Un relámpago jamás golpea en el mismo sitio dos veces' es frecuentemente utilizada...

08 de Abril de 2021


La vieja expresión que reza: 'Un relámpago jamás golpea en el mismo sitio dos veces' es frecuentemente utilizada tras el desbarajuste provocado por una experiencia desagradable, lo cual busca significar que las probabilidades de que algo así se repitan, son escasas. Infortunadamente, y sin embargo, los ciudadanos de los Estados Unidos deben hoy lidiar con el relámpago que cae otra vez en el mismo lugar, a raíz de la llegada del presidente Joe Biden y de los que le susurran qué es lo que tiene que decir. Específicamente, me refiero al Russiagate, probablemente la chicana más motivada políticamente que éste país ha visto en veinte años. Joe se respalda en 'evidencias' proporcionadas por un convenientemente declasificado 'Informe Evaluatorio de la Comunidad de Inteligencia', intitulado 'Amenazas Externas contra la Elección Federal de 2020'. El documento tiene fecha del 10 de marzo, pero fue dado a conocer por Avril Haines, Directora de Inteligencia Nacional (ONI), el 16 de ese mes.

Avril Haines, CIA, Inteligencia nacional, Joe Biden, Russiagate, Partido Demócrata, UcraniaEl nuevo informe consiste de once páginas de texto y cuadros. Específicamente, hace a un lado cualquier evidencia directa que certifique los modos de torcer electrónicamente una elección, aunque afirma que, en persona, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó a sus espías y proxies o subsidiarios que influyan sobre las elecciones de 2016 en favor de Donald Trump. Basándose en parte en el citado informe, acto seguido Joe Biden etiquetó a Putin de 'asesino', y prometió que tanto Rusia como su presidente 'pagarían un precio', el cual 'veremos próximamente', por la supuesta interferencia con la política estadounidense. El inflamado grotesco bidenista ha llevado al Kremlinretirar a su embajador en Washington, D.C. para 'consultas' y, como mínimo, pondrá en serio riesgo a las fuerzas militares estadounidenses desplegadas en Oriente Medio.

¿Suena esto a una intención del Partido Demócrata de cobrarse venganza por el 2016? Apueste Usted a que así es, y el abuso de calificativos que tuvo lugar durante la campaña de 2020 anticipó que sus miembros se plantarían contra Rusia apenas tuvieran la oportunidad, sencillamente porque siempre resulta conveniente tener un enemigo externo al qué culpar. Y también está la cuestión de la vendetta personal de Joe y de sus hijos en el informe ya comentado, el cual sugiere fuertemente que las evidencias en torno de la corrupción familiar de los Biden provino, en rigor, de una operación de desinformación puesta en funcionamiento por las agencias de espionaje del Kremlin.

Cualquier persona que tenga oportunidad de leer el informe e intente evaluar su credibilidad desde el punto de vista de las evidencias que presenta para formalizar su caso, notará que hay escasos elementos de solidez como para respaldar las conclusiones, las cuales, en sí mismas, son puro palabrerío. El informe concluye, de hecho, con la aclaratoria: 'Los juicios aquí vertidos no tienen la intención de implicar que contamos con pruebas que demuestren que algo es un hecho'. Ciertamente, no hay allí evidencia alguna que certifique que un sólo voto haya sido modificado, ni datos que prueben que alguien tuvo éxito en influenciar políticas públicas o personas que surgieron tras los comicios. Y, como ex oficial de campo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), hallé que quien fuera que haya sido el redactor del informe final para la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI), en rigor no tiene somera idea de cómo y por qué las naciones se espían mutuamente -y menos entiende cómo uno debe ejecutar lo que se denomina 'acción encubierta' (covert action).

El juicio de valor central del informe, número dos, refiere: 'Evaluamos que el presidente ruso Vladimir Putin autorizó, y que una serie de organizaciones gubernamentales rusas condujeron, operaciones de influencia dirigidas a denigrar la candidatura del presidente Biden, como también contra el Partido Demócrata, mientras que se respaldaba al ex presidente Trump, comprometiéndose en el proceso la confianza pública en el proceso electoral, y exacerbándose las divisiones sociopolíticas en los Estados Unidos'.

Todo gobierno extranjero con capacidades de inteligencia exterior, incluyendo al de los Estados Uindos, hace exactamente aquello de lo que se acusa hoy a Rusia. Si existiera algún otro país que fuere percibido como un adversario o incluso como una amenaza, las agencias de inteligencia intentarán influenciar la opinión del público y de las élites en la nación-objetivo, a efectos de impedir que se vean dañados los propios intereses. Esto se logra a través de inserción de material en los medios de comunicación y mediando el contacto directo con dirigentes políticos influyentes en el país-objetivo. Conforme los rusos anticiparon, correctamente, una victoria Demócrata en detrimento de sus intereses, resulta inevitable que utilizaran sus propios recursos mediáticos para proponer visiones alternativas que pudieran servir de apoyo al otro candidato -en este caso, Donald Trump.

Mentir es, después de todo, el rol tradicional de los servicios de inteligencia. Los romanos contaban con un servicio de espías que, tutelado por el palacio imperial, proporcionaba inteligencia política y militar a lo largo de su vasto imperio. El mismo involucró lo que podría calificarse como operaciones de distracción, diseñadas para confundir a los enemigos en lo relacionado con intenciones y capacidades. En siglos más recientes, los británicos se convirtieron en maestros -tanto en materia de espionaje como de distracción. Las principales operaciones de influencia en inteligencia ejecutadas contra los Estados Unidos llevaron a los estadounidenses a involucrarse en dos guerras mundiales.


En la actualidad, la más importante agencia de espionaje en términos de recurso humano, recursos materiales y alcance global es, sin lugar a dudas, la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Esto no implica sugerir que se trate necesariamente de la mejor agencia de inteligencia; en virtud de que organizaciones más pequeñas y mejor enfocadas en objetivos pueden superar a los espías de naciones más grandes, en áreas-nicho que éstas consideren importantes.

Las numerosas agencias de inteligencia dependientes del gobierno federal en los Estados Unidos se involucran notablemente en operaciones de distracción, a tal punto que cuentan con un número de eufemismos que les permite mentir sobre la mismísima mentira. La CIA entiende que la diseminación de información falsa es parte de sus actividades vinculadas con 'acciones encubiertas', mientras que los militares se inclinan por variaciones tales como 'perception management' o 'administración de las percepciones'. Ocasionalmente, ambas se refieren a operaciones 'de influencia'. En cualquier caso, se trata, en rigor, de un formato de 'guerra de información' en donde palabras e ideas son empleadas para dar forma a una perspectiva favorable para el país que se involucra en esas prácticas, para dañar a los adversarios.

El Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América define al 'perception management' como 'Acciones para convenir o negar información seleccionada; indicadores destinados a audiencias externas a efectos de influir en sus emociones, motivos y razonamiento objetivo, así como también dirigidos a sistemas de inteligencia y líderes en todos los niveles, con el fin de influenciar estimaciones oficiales, a la postre, resultando ello en comportamientos del extranjero y acciones oficiales favorables a los objetivos del originante'. En varios formatos, el perception management combina proyecciones verdaderas, seguridad de operaciones, encubrimiento y distracción, y operaciones psicológicas'. En otras palabras, el perception management es un mecanismo multitarea diseñado para lograr que un adversario piense o crea lo que uno desea, sin importar cuál sea exactamente la verdad.

Históricamente, la CIA ha diseminado información, fundamentalmente a través de inserciones en medios de prensa, utilizando a agentes y colaboradores en todo el mundo, a efectos de lograr circular relatos que se presume respaldan los intereses estadounidenses. Cuando fuera posible, políticos locales o periodistas podrían ser reclutados y rentados para asistir con aquél esfuerzo; sin embargo, el informe de la ODNI no acusa a los rusos de hacer precisamente eso. De hecho, y dados los esfuerzos desinformativos estadounidenses vis-à-vis Venezuela, Irán, China y en relación a Rusia en sí misma, sería sensato considerar que la mayor porción de desinformación que hoy circula en el Internet es producida por el propio gobierno de los Estados Unidos. Y, cuando nada de todo aquéllo funciona, Estados Unidos se muestra más que dispuesto a interferir directamente con elecciones en el extranjero. En rigor, EE.UU. ha desempeñado un activo rol en comicios en todo el globo, incluyendo la implementación del modelo de cambio de régimen en sitios tales como Ucrania, haciéndolo en al menos 81 oportunidades, de acuerdo a información propia y disponible públicamente.

Asimismo, el informe ODNI menciona a otros países que han 'interferido' o intentado hacerlo en 2020, mencionando a Irán como simpatizando por Biden en la Evaluación Número Tres: 'Entendemos que Irán ejecutó una campaña encubierta de influencia, diseñada para comprometer los prospectos reeleccionistas del ex presidente Trump -aún cuando no promocionó directamente a sus rivales-, comprometiendo la confianza del público en el proceso electoral y en las instituciones americanas, y sembrando división y exacerbando las tensiones societarias en los Estados Unidos'. China fue hecha a un lado en esta oportunidad, admitiendo el informe de rigor que no había evidencias de que Pekín se hubiese entrometido en los comicios, aún cuando informes originados en Washington sugieren que se sancionará a ese país de todas maneras, junto con Irán y Rusia, como consecuencia de quedarse sin el favor de la Casa Blanca y del congreso estadounidense.

Uno sospecha que, al momento de redactarse el boceto del informe, la neoconservadora Avril Haines vio lo que ella buscaba, porque no existían evidencias para condenar el comportamiento de Rusia o de Irán, esto es, que actuaron por su propio interés sin quebrantar el funcionamiento de máquinas de votación, ni sobornando a funcionarios electorales. Aún el matutino New York Times, al presentar su propia evaluación sobre el informe, incluyó un juicio directamente tomado del documento oficial, a saber, que 'el Estado ruso y actores subsidiarios que sirvieron a los intereses del Kremlin, trabajaron para afectar la percepción pública americana', previo a admitir que 'el informe desclasificado explica cómo la comunidad de inteligencia ha llegado a concluir sobre las operaciones rusas durante los comicios de 2020. Pero los funcionarios declararon que tenían gran confianza en sus conclusiones en torno del involucramiento del Señor Putin, sugiriendo que las agencias de espionaje habían desarrollado novedosos formatos de recolección de información, tras lograr la extracción de uno de sus mejores informantes del Kremlin, en 2017'. En otras palabras, el Times toma prestadas las afirmaciones del informe como un mero acto de fe, conforme no tiene remota idea sobre las evidencias que respalden las afirmaciones compartidas.

Sin lugar a dudas, el informe fue dado a conocer para que fuera bien recibido por los players de costumbre en el Congreso, entre ellos Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, quien atizó: 'El pueblo estadounidense merece conocer todos los detalles, cuando un gobierno extranjero busca interferir en nuestras elecciones; y la puesta en conocimiento del público de la Evaluación de la Comunidad de Inteligencia es un paso importante'. Predeciblemente, Schiff ignora el significado del concepto 'interferencia', para el cual no existen evidencias, mientras que tampoco denota curiosidad alguna en relación a la omisión que hace el informe frente al único país que interfiere periódicamente en las elecciones americanas, incluso en el plano local -por debajo del estatal. Por cierto, ese país es Israel, al que Noam Chomsky se ha referido recientemente, observando que 'la intervención israelí en los comicios estadounidenses supera ampliamente a todo lo que haya hecho Rusia'. En apariencia, Biden, Haines y Schiff -todos juntos- se perdieron ese pequeño detalle.

Y aquí vamos de nuevo. Nuevo presidente, nuevo equipo de seguridad nacional, y el mismo sinsentido. Una vez más, la reedición del Russiagate no servirá para volver más creíble el relato conspirativo sobre terceros países que buscan destruir la democracia. En efecto, los países se espían unos a otros, e intentan influír en las cosas a su modo; pero, superémoslo de una vez. Si el mundo entero se propusiera ir a la caza de los Estados Unidos, será porque el mundo se ha terminado de notificar de que Washington no es ni excepcional, ni es una fuerza del bien.

Vivamos, y dejemos vivir. Es ley natural.



 

Publicado originalmente en The Unz Review (Estados Unidos)
Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.