INTERNACIONALES: DEAN CHENG

Para China, la guerra política exige hacer la guerra, por otros medios

Aún en medio de la pandemia de coronavirus, los esfuerzos de China en materia de guerra política...

04 de Abril de 2020

 

Aún en medio de la pandemia de coronavirus, los esfuerzos de China en materia de guerra política continúan, a toda marcha.

Propaganda china, Partido Comunista Chino, Pekín, Coronavirus chino, COVID-19Periódicamente, China se esmera en modificar la perspectiva mundial en torno del COVID-19. El rol chino en el asunto consiste en negar responsabilidad frente a la diseminación del vector, al tiempo que se esfuerza en adjudicar culpas hacia los Estados Unidos de América.

En tal contexto, deviene en esencial reconocer que, cuando el Partido Comunista Chino se refiere a 'guerra de opinión pública', en rigor, lo que hace es resignificar la importancia de los 'tres tipos de guerra' -de opinión pública, psicológica y legal-. En cada uno de esos andariveles, el concepto clave exige hacer la guerra, y punto.

La conducta china frente a la guerra de opinión pública y a la guerra legal se exhibe hoy en acciones específicas, incluyendo la intención de Pekín de demandar a los Estados Unidos como parte responsable por haber amplificado el COVID-19. En la práctica, China cristaliza estos esfuerzos al igual que lo hace con las operaciones militares.

Tales acciones son implementadas bajo la conceptuación de los 'principios de la guerra'.

Para las fuerzas armadas estadounidenses, esto suele sintetizarse bajo el mnemónico MOOSEMUSS: Masa, Objetivo, Ofensiva, Seguridad, Economía en el Empleo de la Fuerza, Maniobra, Unidad de Comando, Sorpresa, y Simplicidad.

En consecuencia, al conducir su guerra de opinión pública, debe haber 'masa'; en un ejemplo, Usted cuenta con un número de canales que funcionan en simultáneo. También habrá de contar con 'maniobra': Usted habrá de ser flexible, y precisará tomar la 'ofensiva' para explotar toda ventana de oportunidad que se presente.

'Unidad de comando' se conjuga con la variable 'masa', a efectos de garantizar que cada cual se desempeñará en aras del cumplimiento del mismo 'objetivo'.

De tal suerte que los esfuerzos de guerra política chinos habrán de conducirse bajo un plan unificado; rara vez involucrarán una sola variable, acción, comentario, o canal. Y, con toda probabilidad, el esfuerzo será sostenido y coherente. Contará con los beneficios que emerjan de la seguridad operacional (OPSEC), del mismo modo en que se ejecutaría una operación militar -las filtraciones serán parte del conjunto.

De igual modo, la guerra política china operará en un esfuerzo de 'armas en empleo combinado', recurriendo a diferentes metodologías, y explotando las fortalezas de cada nodo. En un ejemplo, Pekín hace esto cuando las declaratorias de índole legal acusan a los Estados Unidos de dar inicio (o de, al menos, iniciar la amplificación) del nuevo coronavirus, vector que provoca la dolencia designada como COVID-19.

Todo lo cual subraya la interoperatividad y ejecución de todos los aspectos. El acopio de denuncias legales (guerra legal) sigue siempre al esfuerzo centrado en redes sociales (Twitter) y en las discusiones planteadas en medios de comunicación oficiales -todos los cuales atizan con la misma idea.

Alguno podrá insistir en que el término 'guerra política' es un error -que ello ni siquiera es 'guerra'- y, en la perspectiva de Occidente -incluyendo a los EE.UU.-, ello bien podría ser cierto.

Pero esa ciertamente no es la manera en que la República Popular China ve al asunto. Para Pekín, la guerra política es el modo más crudo de lo que se denomina 'poder blando', y deviene en una opción estratégica que se pone en práctica todo el tiempo.

El hecho de que el mundo se encuentre en vilo por una pandemia no hará mayor diferencia porque, para el Partido Comunista Chino, la guerra no es la continuación de la política por otros medios. Desde su punto de vista, la política es la guerra por otros medios.



Artículo original, en inglés

 

Sobre Dean Cheng

Analista e Investigador en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation), Washington, D.C., en temas políticos y de seguridad. Como experto en capacidades militares y espaciales de la República Popular China, Cheng se ha especializado también en el estudio de la política exterior y de Defensa chinas, en particular sobre la relación de Pekín con el resto de Asia y con los Estados Unidos de América.