INTERNACIONALES : ROBIN SIMCOX

Trump, sobre el problema europeo: inmigración y delito

A comienzos de esta semana, el presidente estadounidense Donald Trump publicó, en su cuenta de Twitter...

19 de Junio de 2018

A comienzos de esta semana, el presidente estadounidense Donald Trump publicó, en su cuenta de Twitter, la siguiente sentencia: 'El crimen en Alemania está aumentando. ¡Gran error, el cometido en toda Europa, al haber permitido ingresar a millones de personas que, violentamente, han modificado su cultura [la cultura europea]!'.

Se trató de una clara referencia al flujo migratorio de años recientes que ha provocado controversias de magnitud en el Viejo Continente. El apunte de Trump vía Twitter -como era de esperarse- generó una ola de críticas. El matutino Washington Post, el New York Times, y la cadena de noticias NBC, entre otros, contraatacaron, expresando que el delito en realidad ha disminuído en Alemania. Y existe algo de cierto en esto: las estadísticas oficiales sobre delitos en Alemania muestran, en rigor, una reducción en los índices de criminalidad. Pero esa solo es parte de la historia.

Para empezar, solo bastará revisar la cuestión de la amenaza islamista. Es cierto: esta amenaza toma por víctimas a los refugiados que arribaron a Europa en 2015. Holger Münch, líder de la agencia de investigaciones criminales local en Alemania, consignó en marzo de 2016 que Alemania había logrado desactivar once ataques terroristas entre 2000 y 2013. A pesar de ese logro, la magnitud de la amenaza terrorista de la actualidad, al comparársela con la amenaza existente previo a que la Canciller germana Angela Merkel abriera las fronteras de su país, se muestra preocupante.
 

Donald Trump, Angela MerkelUna investigación desarrollada por el think tank estadounidense Heritage Foundation prueba que Alemania debió hacer frente a una mayor cantidad de complots terroristas solo en 2016, mucho más que en todo el período explicitado por Münch. Con mayor frecuencia, los perpetradores fueron de origen sirio y, casi siempre, llegaron al país como buscadores de asilo. Piénsese en otro dato: previo a que Merkel abriera las fronteras, se registró una notable ausencia de atentados suicidas en festivales musicales, de episodios de civiles atacados con hachas, de compradores navideños atropellados por camiones. Alternativamente, pondérese la información sobre delitos violentos. Las estadísticas germanas refieren que, en promedio, los delitos violentos se redujeron en un 2.4 por ciento. Una vez más, sin embargo, esa no es toda la verdad.

Un estudio comisionado por el gobierno alemán -publicado en el mes de enero pasado- mensuró el efecto del flujo de asilados desde 2015 y 2016, en la región de Baja Sajonia. Esta es una zona del país cuyo 9% de su población nació en el extranjero, y en la cual 170 mil personas son buscadores de asilo. Entre 2007 y 2014, el delito en la región se redujo en un 21.9%. Sin embargo, entre 2015 y 2016, aumentó en un 10.4%, y el 92.4% de esos episodios se atribuyeron a inmigrantes recién llegados. El mismo informe halló que, entre 2014 y 2016, los delitos violentos perpetrados por buscadores de asilo se dispararon de un 4.3% a un 13.3%. (las estadísticas del gobierno alemán consignan un incremento promedio de delitos violentos en el país del 6.7%, entre 2015 y 2016).

En efecto: el cuadro general es bastante más complejo del sugerido por Donald Trump, y sería preferible si el mandatario mostrase una dosis superior de cautela al opinar de manera pública. Pero las preocupaciones en torno de la inmigración y el terrorismo se han vuelto rampantes a lo largo del continente europeo. Solo atiéndase a los recientes comicios en Italia, Austria y Alemania -entre otros. A no ser que Europa se muestre hoy habitada por decenas de millones de ciudadanos racistas islamófobos y paranoicos, existe una razón que explicita que, en los hechos, los votantes han comenzado a alejarse de los partidos tradicionales -eligiendo respaldar a espectros de outsiders que prometen arremeter contra la inmigración.

El comentado tweet del presidente de los Estados Unidos, a la postre, se acerca más al retrato compartido por los estados de ánimo vigentes en Europa, antes que a lo que opinan sus críticos. Trump parece haber tomado nota de aquello que numerosos dirigentes políticos y comunicadores sociales han obviado, a saber, que Europa está lidiando hoy con una crisis de importancia en lo que hace a su cultura y su democracia. Conforme se ha demostrado, las obsesiones en torno de los detalles sobre este tweet específico conducen a la proverbial confusión en la que el árbol no permite ver el bosque.

 



Artículo original, en inglés, en éste link


 

Sobre Robin Simcox

Simcox es analista en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C., EE.UU.). Publica sus artículos (en inglés) en The Daily Signal.