ESTADOS UNIDOS: DENNIS PRAGER

Lo que la izquierda toca, lo arruina

El único modo de rescatar a la civilización occidental consiste en convencer a más personas...

20 de Abril de 2018
El único modo de rescatar a la civilización occidental consiste en convencer a más personas de que la izquierda -y no el libertarismo- es una fuerza de carácter nihilista. Literalmente, arruina todo aquello que toca.
 
De tal suerte que, a continuación, enumeramos el perjuicio provocado en los Estados Unidos tanto por la izquierda como por el Partido Demócrata:
 
La izquierda en Estados UnidosEl más obvio de ellos -y, por lo tanto, el que más resuena en la opinión pública americana- es la destrucción casi total concretada contra el grueso de las universidades estadounidenses como sitios de aprendizaje. En palabras del profesor de Harvard Steven Pinker -ateísta y progresista-, fuera de lo que tiene que ver con las ciencias naturales y otras pocas disciplinas (como ser las matemáticas y los negocios), 'las universidades están convirtiéndose en risibles resquicios de intolerancia'.
 
Si Usted envía a sus hijos a la universidad, compromete tanto sus mentes como su personalidad. Existe una posibilidad cierta de que se conviertan en más intolerantes y más tontos que previo a ingresar a una carrera universitaria.

Cuando Usted asiste a una universidad en los Estados Unidos, se le enseña a faltarle el respeto a los EE.UU. y a sus fundadores, a inclinarse por el socialismo antes que por el capitalismo, a clasificar a los seres humanos por raza y/o etnia. Se le enseña a silenciar a aquellos que disienten con su manera de pensar, y a evitar debatir con aquéllos. Y, en el proceso, se le enseña a privilegiar las pasiones en desmedro de la razón -lo cual garantiza que Usted siga por el camino de los peores males.
 
La izquierda también ha arruinado a la mayoría de las artes. Los siguientes tres ejemplos son ilustrativos dado su carácter escatológico, un formato predilecto en la expresión artística de la izquierda. Previo a que la izquierda envenenara las artes, el arte tenía por objeto elevar a su contemplador. Pero, para la izquierda, el término 'elevar' carece de todo significado; hoy, todo se resume a expresar orina, materia fecal o períodos menstruales.
 
En 2011, una escultura alemana que exhibía a una agente de policía agachándose para orinar recibió un premio de parte de una prestigiosa fundación germana, la Fundación Leinemann de Bellas Artes.
 
En 2013, el Museo de Arte en el Condado de Orange (California) situó una escultura de 28 pies de altura, que exhibía a un perro que, recurrentemente, orina un fluído amarillento contra una pared del edificio.
 
En 2016, uno de los museos de arte más prestigiosos del mundo, el Museo Guggenheim de Nueva York, exhibió un inodoro de oro puro, el cual era posible ser utilizado por los visitantes. El nombre de la obra era 'Estados Unidos' -así que, literalmente, Usted podía hacer sus necesidades sobre el país.
 
Gracias a la izquierda, la Filarmónica de Filadelfia, una de las más renombradas del planeta, se convirtió -hace dos semanas- en una voz política. En la premiére de Voces de Filadelfia, se recurrió a un 'gritoneo político explicitado en basura musical', tal como me lo describiera un entendido en temas musicales de la ciudad. Al dar inicio el quinto movimiento, intitulado 'Mi Casa Está Repleta de Gente Negra', el narrador -un joven afroamericano- recita las siguientes líneas: 'El país está lleno de gente negra/ Todos los cuales buscan ser oídos/ Mientras que ancianos blancos dibujan fronteras en mapas/ Para silenciarlos a todos'. Tiempo después en el movimiento, el joven grita: '¡Si acaso se detuvieran a escuchar por un puto momento!'.
 
Conmovedor, ¿no es así?
 
Para la izquierda, eso es considerado como arte. Y, por cierto, tal politización de las artes es aceptada hoy como norma. En efecto, eso es parte del objetivo de la izquierda de envenenarlo todo -léase: politizarlo todo.
 
Pero la izquierda también se esmera en envenenar a la práctica deportiva. En la mayoría de los estadios, durante la pasada temporada, uno no podía asistir a un partido de la NFL sin que se registrase una falta de respeto por la bandera de los Estados Unidos.
 
De igual forma, sería difícil ver televisión por las noches solo a efectos de buscar entretenimiento. Jimmy Kimmel, Stephen Colbert y otros conductores han cambiado la tevé del horario nocturno por politiquería de izquierda en horario nocturno. ¿Por qué esforzarse en ser cómico si, en el ínterin, se puede aprovechar el espacio para promocionar las propias ideas de izquierda?

La izquierda ha envenenado a la religión. El protestantismo tradicional, el judaísmo no ortodoxo y gran parte de la Iglesia Católica -especialmente el Papa Francisco- son, en esencia, grupos que defienden postulados de izquierda mientras portan simbología religiosa.
 
La izquierda está incluso destruyendo el inigualable compromiso de los Estados Unidos con la libertad de expresión. Casi la mitad de los novatos en las universidades no creen ya en la libertad de expresión, identificándola con 'discursos de odio' (el solo hecho de no acordar con una posición de izquierda equivale a ser portador de un 'discurso de odio'). Precisamente, no comprenden que el objetivo de la libertad de expresión es tolerar la expresión de ideas opuestas, incluso lo que ellos consideran 'discursos de odio'.
 
La izquierda ha envenenado las relaciones entre razas. Estados Unidos es la sociedad multirracial menos racista del mundo. Con rigor diario, los estadounidenses de variada raza y etnia se llevan perfectamente bien. Pero la izquierda afroamericana y la izquierda blanca envenenan con recurrencia a las mentes jóvenes, promocionando diatribas saturadas de odio contra los blancos. Hablan de 'privilegios blancos', 'racismo sistémico'; hay dormitorios para negros, graduaciones pra negros, se difunden mentiras sobre los eventos de Ferguson (Missouri), y episodios similares.
 
La izquierda ha convertido en infelices a innumerables mujeres -incluso ha contribuído al síndrome de depresión de muchas de ellas-, promocionando mentiras durante décadas, para ilustrar con falsedades cómo la naturaleza sexual femenina y masculina son idénticas. Lo cual ha llevado a una subcultura de las relaciones que deja a incontables mujeres en estados depresivos -y al adoctrinamiento de generaciones de mujeres jóvenes que ahora creen que serán más felices siguiendo una carrera antes que involucrándose en el matrimonio.
 
Y, lo que se presenta como más perturbador: la izquierda está contaminando las mentes de nuestros niños, con su proposición de eliminar la distinción de categorías entre sexo femenino y masculino. Una de las maneras más bellas de regocijarse en la vida, esto es, celebrar el propio sexo, es ahora una idea relacionada con odio en muchas de nuestras escuelas secundarias.
 
Por estas y otras muchas razones, si Usted valoriza a la civilización occidental o a la civilización americana, el combatir a la izquierda -algo que libertarios y conservadores deben hacer- es el mayor bien con el que Usted puede contribuir, ahora mismo.


Artículo original, en inglés, en éste link


* El autor, Dennis Prager, es columnista en la web estadounidense The Daily Signal, y conduce su propio programa de radio en ese país.