INTERNACIONALES: MATIAS E. RUIZ

Malta, sórdida puerta trasera del Espacio Schengen

'Aprovechar la relevancia geopolítica de Malta', reza un breve artículo...

28 de Diciembre de 2016

'Aprovechar la relevancia geopolítica de Malta', reza un breve artículo publicado hace pocos años por el ministerio de Relaciones Exteriores de esa nación insular con formato de archipiélago, situado al sur de Sicilia (Italia) y destacada puerta al Mar Mediterráneo. La pieza -eminentemente publicitaria, conforme procede del gobierno- subraya la importancia de Malta en función de su circunscripción al Espacio Schengen (que garantiza la libre circulación de ciudadanos portadores de pasaporte europeo) y de la 'plétora de acuerdos comerciales que ofrecen mayor acceso a los mercados de Africa del Norte y del Medio Oriente'.

En efecto, la isla de Malta está en condiciones de exhibir un virtuosismo geopolítico de magnitud, pero el archipiélago no se caracteriza por ser un enclave militar de potencia alguna, ni por la importancia comercial de sus terminales portuarias. Es la pertenencia a la Unión Europea -a la que se incorporó formalmente en 2004, tomando el euro como moneda principal en 2008- el factor que la organización política hoy en el poder (el Partido Laborista; en maltés: Partit Laburista) ha decidido explotar a criterio de solidificar la posición económica de la nomenklatura gubernamental y la de sus principales personeros.

Malta, mapaPara ilustrarlo, servirá remitirse al artículo -publicado en agosto pasado- por Mark Cooper en el reconocido magazine estadounidense Politico.com. En el trabajo de referencia (en inglés, 'Malta, reprendida por su programa de dinero a cambio de pasaportes'), puede leerse: 'Malta ha emitido centenares de pasaportes a ciudadanos extracomunitarios, a cambio de importantes sumas de dinero en efectivo a lo largo de los últimos dos años, resucitando las preocupaciones en torno de que el país efectivamente ha estado vendiendo el acceso a la Unión Europea (...) El vocero del primer ministro Joseph Muscat, Kurt Farrugia, declaró que casi 700 pasaportes han sido emitidos a ciudadanos extracomunitarios desde el lanzamiento del programa, en 2014. Tales pasaportes, hasta el momento, han generado ingresos de al menos €200 millones para Malta. Farrugia respondía a consultas a POLITICO, luego de que el gobierno diera a conocer un listado de más de 900 personas a las cuales les fue garantizada la ciudadanía maltesa, el pasado año [2015]'.

Renglones más adelante, el texto detalla los mecanismos del citado programa, que exige una contribución de €650 mil para un fondo de desarrollo nacional, y una inversión posterior de €150 mil en bonos gubernamentales. Sumar un cónyuge o un hijo eleva la cifra global en €50 mil. Las críticas han provenido mayormente de legisladores en ejercicio en el Parlamento Europeo (MEP); se aduce que el esquema maltés fenece en el mero objetivo recaudatorio y que, eventualmente, remite a una seria problemática de seguridad para la totalidad del Espacio Schengen. En efecto, el listado de ciudadanos beneficiados con la emisión de pasaportes (y que en su oportunidad diera a conocer el gobierno maltés) no proporciona mayor información sobre los adjudicatarios: se ha obviado, por ejemplo, informar el país del que aquéllos son oriundos. Un rápido vistazo de los apellidos de los nuevos ciudadanos europeos permitirá entrever que un grueso de los beneficiarios son de origen ruso en primer lugar, y árabe, en segundo. Cotejando esa evaluación inicial con información pertinente y recogida en el terreno, podrá certificarse que los recién llegados son principalmente ciudadanos rusos, libios y egipcios. Provisto que naciones como el Reino de España, por ejemplo, ofrecen residencia y prospectos de ciudadanía para quienes invierten €500 mil o cifras superiores en bienes inmobiliarios, ¿por qué pagar más? La respuesta parece obvia: los interesados no se encuentran en capacidad de superar el screening previo, y buscan anonimato en forma de salvoconducto. Adicionalmente, los fondos que portan no pueden ser justificados fácilmente -puesto que su origen es ilegal.

Necesariamente, la presencia libia en Malta invita a considerar el nutrido entramado de relaciones diplomáticas entre las dos naciones, aspecto en donde destaca lo que, de manera ineludible, merodea la abierta connivencia entre Muammar Gaddafi y el Partido Laborista maltés. Así lo sentencia un artículo del matutino Times of Malta, cuyos extractos más valiosos refieren:

* 'Gaddafi visitó Malta en 1976, 1978, 1979, 1982 y 1984 -pero jamás arribó al país luego de que el PN [Partido Nacionalista] fuera elegido para ocupar el gobierno en 1987 (...)';
* 'Se firmó un Tratado de Amistad y Cooperación, en ocasión de su última visita a Malta en 1984. Aquél incluyó un protocolo de seguridad, que fue denunciado por el gobierno del PN al arribar al poder' (...) 'En una oportunidad, Gaddafi describió a los malteses como "hermanos de sangre" de los libios';
* 'Gaddafi obsequió a Dom Mintoff [ex primer ministro maltés, Partido Laborista] el dinero que necesitaba para mantener una posición sólida desde la cual negociar la clausura de la base militar británica en territorio maltés, y fue el único líder extranjero en visitar el país cuando se produjo tal clausura el 31 de marzo de 1979' ; 
* 'En el mejor momento de las relaciones, numerosos emprendimientos conjuntos libios se inauguraron en Malta, y lo propio sucedió con una universidad libia. Libia incluso proporcionó a los malteses helicópteros y lanchas patrulleras para las fuerzas armadas';

* 'El [ex] primer ministro Karmenu Mifsud Bonnici [Laborista] advirtió a Gaddafi en 1986, cuando el presidente estadounidense Ronald Reagan envió aviones caza para bombardear su complejo privado en Trípoli, luego de que la Administración americana culpara a agentes libios por atacar con explosivos una discoteca en Berlín que solía ser frecuentada por militares de EE.UU.'.

Malta, embajada de Estados UnidosNaturalmente, la agenda de penetración de la Libia del Coronel Gaddafi en isla de Malta llegó a término en octubre de 2011, cuando el autócrata norafricano se vio cercado por los raíds aéreos de la OTAN y por el accionar de los milicianos de Misrata vinculados al Consejo Transicional Nacional, que lo ejecutaron tras una extendida golpiza.

El cruento final de Gaddafi remató en un subcapítulo bastante más complejo, aunque predecible: ¿qué sucedería con los miles de millones de euros depositados por albaceas del ex líder libio en bancos e instituciones financieras de varias naciones europeas? Los esfuerzos de la familia sobreviviente del dictador se entrecruzaron con los intentos de personajes de incomprobable background, que también exploraban -y continúan haciéndolo hoy- formas de hacerse con el dinero. A todos ellos los une la imposibilidad de demostrar fehacientemente que tuvieron relación con el circuito intimista del Coronel. A la postre, el grueso de esos fondos (incluído el más de un centenar de millones de dólares girado al Bank of Valletta) continúa devengando intereses, pero nadie cuenta con las respectivas credenciales como para reclamarlos. Bajo el colorido titular 'Lost Treasure' (Tesoro Perdido), los periodistas de investigación Hannes Munzinger y Frederik Obermaier (del matutino germano Süddeuste Zeitung) han explorado en profundidad la cuestión, poniendo el foco en Bashir Saleh Bashir, a la sazón ex jefe de personal y 'banquero' de Muammar Gaddafi, y Ali Dabaiba, consejero personal del líder. Los entretelones conducen a los intentos de ambos por flanquear el cerco del congelamiento de los fondos libios en Europa, y allí interviene -conforme era de esperarse- la firma de consultoría Mossack Fonseca, involucrada en el laberíntico affaire de los Panama Papers. 'Al día de la fecha, los investigadores han rastreado un aproximado de cien firmas registradas en las Islas Vírgenes Británicas, Malta, Lichtenstein y el Reino Unido, relacionándolas con Dabaiba, sus hijos o presuntos cómplices. La verdadera estructura de titularidad de tales firmas es confusa, en el mejor de los casos', concluyen los periodistas del Süddeutsche.

Uno de los actores centrales (o, al menos, más reconocidos) en los intentos de capturar algo de los fondos extraviados del Coronel es John Dalli, ex ministro del Gabinete en el gobierno maltés y ex Comisionado Europeo para Consumo y Políticas del Consumidor entre 2010 y 2012. Pero Dalli cayó en desgracia, tras atribuírsele la autoría de poco ortodoxos esquemas de defraudación por intermedio de su firma Tyre, Ltd. y tras exigir dinero en sobornos -aprovechándose de su puesto político en la UE- a una reputada compañía tabacalera de origen estadounidense. El ex funcionario de la UE fue oportunamente investigado por la blogger maltesa Daphne Caruana Galicia, hace poco sindicada como una de las treinta personalidades más influentes en el Viejo Continente por la web Politico.eu. En tanto la fama solo sería efímera para Caruana, sus extensas investigaciones le valieron una impiadosa persecución judicial por parte de Dalli y su oneroso bufete de abogados. El otrora comisionado, mientras tanto, ofrece vínculos y relaciones probadas con dignatarios libios; entre sus objetivos también revistaba el de captar porciones -o bien alguna suerte de participación- del tesoro oculto de Gaddafi.

En cualquier caso, un episodio reciente llamó poderosamente la atención de analistas especializados en seguridad internacional y de entendidos en blanqueo de activos. Se trató del pretendido secuestro del vuelo 8U209 de Afriqiyah Airways en la semana previa a Navidad; el mencionado vuelo estaba llamado a cubrir la ruta entre las ciudades libias de Dabha y Trípoli, pero terminó siendo desviado por secuestradores hacia Valletta. Los piratas aéreos -siempre de acuerdo a informes que tuvieron por única fuente al gobierno maltés- declararon haber tomado la aeronave con el objetivo de solicitar asilo y de reclamar la formación de un partido político pro-Gaddafi, bajo el auspicioso nombre de al-Fateh. Al respecto del peculiar episodio, servirá tomar apunte de las siguientes observaciones:
 

* Pasajeros y tripulación abandonaron la aeronave con asombrosa calma; algunos de ellos incluso eran grabados por las cámaras de tevé llevando sus teléfonos móviles en mano (hecho que ameritaría medidas punitivas extremas por parte de los terroristas en cualquier otro escenario);
* Una vez finalizada la captura de la aeronave y los perpetradores puestos bajo custodia, fue llamativo que el armamento utilizado por los aquéllos jamás fue presentado ante la prensa (como tiene por costumbre hacer cualquier fuerza de seguridad en estos casos);
* Conforme también fue certificado por grabaciones en video, uno de los secuestradores incluso se exhibió en la puerta de la aeronave agitando una bandera verde (a contramano del modus operandi fundamental entre los piratas aéreos, que tienen por regla jamás ponerse a tiro de francotiradores);
* Los supuestos rehenes fueron liberados previo al inicio de cualquier negociación, actuación sospechosa que vino acompañada de extrañas demoras por parte de los terroristas a la hora de solicitar traductores (los perpetradores no hablaban idioma inglés);
* Los terroristas toleraron que el capitán del vuelo de Afriqiyah se comunicara por teléfono móvil en las escaleras del avión, en soledad;
* En medio de la verborragia -vía Twitter- del primer ministro Muscat y sus colaboradores (nuevamente, únicos proveedores de información a la prensa), nunca se comunicó la identidad de la persona que, del lado de las fuerzas de seguridad locales, llevó adelante las negociaciones con los piratas;
* La conferencia de prensa ofrecida a posteriori del evento tuvo por protagonista al primer ministro y no al comandante de las fuerzas armadas locales a cargo del operativo. La conferencia se desarrolló en idioma inglés, cuando suele ser el maltés la lengua utilizada normalmente;
* Cuando el secuestro aún no hallaba resolución, un vuelo de Alitalia proveniente de Roma recibió permiso para despegar (en idénticas condiciones, la actividad del aeropuerto suele congelarse, y los vuelos desviados o demorados);
* Personal del aeropuerto -no de las fuerzas armadas- asistieron a los pasajeros a descender de la aeronave (a contramano de los protocolos de seguridad para tales casos, en donde se realiza una investigación exhaustiva in situ por personal experto, a criterio de que los secuestradores no puedan hacerse pasar por pasajeros);
* Los pasajeros fueron retornados de inmediato a Libia: la prensa destacada en el lugar no tuvo oportunidad de entrevistarlos;
* Se desplegó un equipo de fuerzas especiales maltesas en full-gear para escoltar a los dos sospechosos ante la justicia el día 25 de diciembre siguiente, pero estos elementos de las fuerzas especiales no fueron vistos en las inmediaciones del avión secuestrado;
 
Este cúmulo de sospechas -y la introducción desarrollada al inicio del presente trabajo- invitan a concluir que el episodio del aparente secuestro coincidiría con una puesta en escena o poco sutil campaña de relaciones públicas para favorecer al Partido Laborista gobernante. En un segundo apartado, será lícito preguntarse qué mercadería era transportada en el vuelo 8U209.

Racontos adicionales que hacen a la importancia de Malta como polo económico clandestino versan sobre, por ejemplo, la fábrica textil Leisure Clothing; ésta emplea a trabajadores de Corea del Norte, la República Popular China y Vietnam, entre otros. Los trabajadores que se desempeñan en sus depósitos lo hacen en condiciones que bordean la esclavitud. Los salarios de los empleados -que suelen ser rotados permanentemente- son girados a sus naciones de origen, quedándose aquellos gobiernos con los ingresos. ¿Con qué argumentos tolera este escenario la Unión Europea, en vistas de que tales prácticas acusan restricciones tipificadas en la legislación comunitaria? Las explicaciones brillan por su ausencia. Otro tanto se presume con el caso de numerosos ciudadanos sirios que, tras reiterar sus traslados entre la isla e Italia, son detenidos por las autoridades italianas.

Algunos expertos han comenzado a calificar a Malta como una suerte de nueva Casablanca, esto es, como territorio que ofrece a salvoconducto de elementos potencialmente nocivos para el interés europeo y que portan sospechosas agendas. Toda vez que resulta llamativo que las autoridades en Bruselas no aplican reprimenda alguna contra el gobierno maltés a raíz de las actividades aquí descriptas, también lo es el hecho de que Malta es territorio en el que operan reconocidos servicios de inteligencia mundiales -y no se conocen alertas sobre estos prolegómenos de parte de países de peso en el concierto internacional. Las sedes diplomáticas de los Estados Unidos de América, China y la Federación Rusa en el archipiélago destacan por su despliegue y recursos; pero poco y nada hacen (o así se presume) para advertir sobre el desbarajuste.

Al cierre, las consideraciones relativas a la seguridad habrán, en algún futuro, de ganar mayor atención. El territorio maltés oficia de puerta trasera o backdoor hacia la UE para personajes de dudosa reputación, en momentos en que el terrorismo ha multiplicado sus operaciones en suelo europeo. La gravedad de los eventos sindicados no hace más que movilizar todavía más éstas preocupaciones, a la luz de la problemática jamás resuelta de los refugiados -cuyo goteo hacia la Alemania de Angela Merkel y otros países administra con presteza y displicencia el presidente Recep Tayyip Erdogan desde Turquía.

El futuro de Europa (o, si se quiere, ese experimento conocido como Unión Europea) no luce auspicioso. La crisis de identidad nacional y de seguridad, la parálisis macroeconómica, la inocua burocracia de Bruselas y el desafío que encarna la espinosa variable de los refugiados así lo certifican.


 
Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.