INTERNACIONALES: JAMES PHILLIPS

Cinco problemas en las conversaciones nucleares con Irán

Una vez más, la Administración Obama fue forzada a retroceder en las conversaciones sobre el programa nuclear iraní...

27 de Noviembre de 2014

Una vez más, la Administración Obama fue forzada a retroceder en las conversaciones sobre el programa nuclear iraní, al rehusarse Irán a ceder frente a las demandas máximas sobre el uranio enriquecido y el alivio de las sanciones económicas.

Cuando fracasaron a la hora de cerrar un acuerdo previo a la fecha límite del próximo-pasado lunes, Irán y el grupo de los Cinco Más Uno (cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, más Alemania) extendieron las negociaciones por otros sietes meses, hasta el 30 de junio de 2015.

Existen cinco problemas con estas negociaciones, estructuradas de la siguiente manera:


1. Irán ha podido legitimar su programa nuclear, que antes exhibía un carácter encubierto

Teherán ha ganado la aceptación del Grupo Cinco Más Uno para realizar actividades ilegales de enriquecimiento de uranio en Natanz y en el reactor de agua pesada de Arak, capaz de funcionar como fábrica de bombas de plutonio, que Irán buscó ocultar a la mirada de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica previo a que esas instalaciones fueran expuestas en 2002. Otros proliferadores nucleares exigirán idéntico tratamiento laxo en el futuro, si se los sorprendiera desarrollando actividades prohibidas.


2. Irán ha logrado un desproporcionado alivio en las sanciones económicas, a cambio de concesiones relativamente menores

Teherán se ha anotado beneficios económicos significativos en la forma de alivio de sanciones, de aproximadamente US$700 millones por mes, como parte del Plan Conjunto de Acción Interina (Joint Plan of Action). Conforme lo ha planteado en los Estados Unidos de América el presidente del Comité Selecto y Permanente de la Cámara de Representantes en Inteligencia, Mike Rogers (Republicano por Michigan): 'Las negociaciones nucleares de la Administración Obama con Irán han hecho poco para avanzar en la seguridad de los Estados Unidos y nuestros aliados, pero han beneficiado a Irán. Conforme continúan estas negociaciones, Irán continúa enriqueciendo uranio, se encuentra libre para hacer Investigación y Desarrollo en materia nuclear, y ha obtenido permiso para acceder a activos previamente congelados, y un alivio en las sanciones. Al mismo tiempo, EE.UU. ha recibido poco a cambio; solo una promesa de seguir conversando'.


3. Irán ha sido recompensado por demorar y por estirar las negociaciones

La Administración Obama llegó al poder creyendo que Teherán respondería mejor a zanahorias que a garrotes. Pero Irán se hizo de las zanahorias y se ha rehusado a desmantelar nada de su infraestructura nuclear, mientras que la Administración ha abandonado su posición, mantenida en el tiempo, de llamamiento a detener el enriquecimiento de uranio; Teherán también se rehusó a cooperar extensivamente con la investigación de la Agencia Internacional de Energía Atómica, y a desmantelar su reactor de agua pesada de Arak. Irán continúa demorando la negociación en base a concesiones, convencido de que logrará un acuerdo más conveniente a sus intereses. La República Islámica se ha anotado su objetivo más inmediato, esto es, un alivio en las sanciones; sin comprometer su capacidad nuclear de largo plazo, y sin abandonar la opción de construir armas de esta clase.


4. Irán ha rehusado cooperar con la IAEA en su investigación relativa al posible alcance militar del programa nuclear iraní

Doce años después de que fuera sorprendido haciendo trampas en sus obligaciones de no proliferación nuclear, Irán sigue sin cooperar extensivamente con la investigación de IAEA. Continúa obstaculizando el ingreso de inspectores del organismo, impidiendo a estos visitar la base militar de Parchin, en donde se sospecha ha experimentado con explosivos para una cabeza nuclear para misiles. Una cooperación más amplia es necesaria para mensurar apropiadamente los progresos logrados por Teherán en el diseño de cabezas nucleares para misiles, y debería ser un prerrequisito absoluto para cualquier acuerdo en el futuro. Si Irán no abre las puertas a sus actividades pasadas, difícilmente puede mostrarse confiable de cara a compromisos futuros.


5. Irán exhibe un fuerte interés en prolongar las negociaciones, todo el tiempo que le sea posible

La Administración Obama cometió un error crítico al aliviar las sanciones económicas; como consecuencia de ello, se aplacó la presión para que Irán realice concesiones. Gracias al alivio en las sanciones, las exportaciones iraníes de crudo han crecido de un millón de barriles diarios previo al Plan de Acción Conjunta, a 1.4 millones de barriles diarios, agregándose US$ 10 mil millones a los ingresos petroleros del país mensurados anualmente. La economía iraní creció en un estimado del 4.6% en el primer cuatrimestre del año calendario de Teherán, primera oportunidad en que creció luego de retroceder durante dos años bajo el régimen de sanciones. Los funcionarios de los Estados Unidos han reprendido a los iraníes, subrayando que éstos últimos deben tomar decisiones críticas sobre su programa nuclear si acaso desean ser reintegrados a la economía mundial. Pero Teherán pretende quedarse con la torta, y terminarla en soledad. Solo acepta conversar, prosiguiendo la dinámica de las negociaciones y rechazando cualquier restricción sobre su programa nuclear. Mientras tanto, continúa enriqueciendo uranio, desarrollando centrifugadoras más avanzadas, y preparando al reactor de Arak para la producción de plutonio.

La Administración Obama debe rechazar cualquier acuerdo que legitime la expansión de la infraestructura nuclear de Irán que le permite hacerse de tales armas. Un acuerdo como el actual comprometerá la seguridad nacional de Estados Unidos, incomodará a los aliados de Washington, e invitará a un rechazo parlamentario de extracción bipartidista.

En lugar de ello, la Administración debería trabajar con el congreso para acelerar sanciones contra Irán si este país fallare en acordar, de manera comprobable, un alto en sus esfuerzos de enriquecimiento de uranio, dando lugar a una cooperación extendida con la investigación de IAEA hacia el 30 de junio, o bien si hace trampa en sus obligaciones. Esto dejaría en claro que a Irán le iría peor si continúa obstaculizando un resultado aceptable en las negociaciones nucleares.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/11/25/5-problems-nuclear-talks-iran/

 

Sobre James Phillips

Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.