SOCIEDAD: YAMIL SANTORO

Vamos a cerrar 678

Vamos a cerrar la canilla de recursos públicos, es decir, la fuga de impuestos que representa pagarle -entre todos nosotros- al programa partidario "678" que se emite por Canal 7 (Televisión Pública).

15 de Julio de 2013
Vamos a cerrar la canilla de recursos públicos, es decir, la fuga de impuestos que representa pagarle -entre todos nosotros- al programa partidario "678", que se emite por Canal 7 (Televisión Pública). Debido a su escasa audiencia, se trata de un programa antieconómico y un pésimo negocio, que disfruta de millones de financistas: los ciudadanos argentinos
 
A pesar de ello, quienes conducen el ciclo no son respetuosos de quienes pagan sus salarios. 678 es comparable con un perro rabioso que muerde la mano de su dueño, si consideramos que se trata de una emisión realizada desde un canal público, hecha a pedido y pagada por el Estado, en beneficio de todos. En realidad, se trata de un programa partidario que ocupa un espacio regalado en la televisión estatal, cuya estructura se financia con nuestros impuestos y sólo promueve las ideas de un sector específico.
 
La usurpación y desnaturalización de este medio público está lejos de ser una lectura caprichosa; surge de revisar la agenda del propio "678": con miras a las Primarias Abiertas y Obligatorias (PASO), a lo largo de los últimos veinte días, el espacio ha promovido a los candidatos del oficialismo y ofrecido excesivo espacio a sus voceros, trátese de Juan Cabandié, Héctor Recalde, Daniel Filmus, Juliana Di Tullio o Martín Insaurralde. Se muestra a todos ellos haciendo campaña, compartiendo sus ideas y aprovechando la oportunidad para atacar a la oposición.
 
El ataque sistemático contra los opositores no puede sino entenderse como una campaña política. Algunos ejemplos son los hashtags -ideas fuerza con palabras clave- utilizados en Twitter: #OpoNoResisteArchivo678, #OPONoResisteUrnas, #678RejunteOpositor, #678LaOPOrtunista o #678ElRejunteDeLaOpo.
 
"678" ha debilitado al kirchnerismo, destruyendo su cerebro, revelando la incapacidad del espacio televisivo para considerar a lo diferente como algo enriquecedor.

Casualmente, en la reciente película 'Guerra Mundial Z' -una lucha épica entre hombres y zombies, sin que esto signifique una chicana contra oficialistas-, en un momento un general del Mossad plantea la "regla del décimo hombre". Esta refiere que, si en un grupo de diez individuos, todos logran coincidir en un punto de vista, el décimo se verá forzado a concluir que los otros nueve están equivocados, y su misión será hacer todo lo posible para probar el error. Esta fórmula -se aclara el filme- es lo que permite la supervivencia y continuación de la sociedad, en tanto evita que una equivocación de la mayoría derive en una aniquilación de la comunidad en su conjunto. 
 
Es esta alternativa de ofrecer un lugar a quien piensa diferente, a la crítica, a la oposición, lo que al kirchnerismo le falta. Por si ello fuera poco, abusa de recursos públicos para atacarla, en tanto solo promueve aquello que le conviene.
 
Trabajaremos, a fin de cuentas, para cerrar "678" y toda otra expresión fascista de este gobierno. Corresponde cerrarle todo acceso a financiamiento público, impulsando las medidas jurídicas pertinentes, para que los fondos regenteados por estos individuos -originados en nuestros impuestos- sean debidamente reintegrados al fisco. Lograremos que los jerarcas del oficialismo -los verdaderos empleadores de quienes conducen el programa en TV Pública- paguen la cuenta del ciclo y el espacio que han usurpado de manera ilícita para fogonear su promoción personal y partidaria.
 
Como siempre, desafiamos a que se debatan y escuchen nuestras propuestas, en contraposición con iniciativas tales como "#678OpoSinPropuestas". Nos comprometemos a decirles en la cara por qué corresponde que la ciudadanía deje de financiarlos. Asimismo, desafiamos a los candidatos del kirchnerismo a ofrecer un debate público. Y, por cierto, invitamos al resto de las fuerzas políticas a sumarse.
 
Como ya se ha visto, para 678, quitarle el micrófono a la oposición y silenciarla, es salud.

 
 
Yamil Santoro | El Ojo Digital Sociedad