ECONOMIA INTERNACIONAL: MACARIO SCHETTINO

Hacia un cambio profundo en el mercado internacional del petróleo

Quizás, Usted lo desconoce pero, a inicios de este mes, se publicaron los datos de producción de petróleo en el mundo, según la Agencia de Información de Energía -EIA por sus siglas en inglés-, para el mes de noviembre.

19 de Marzo de 2013

Macario Schettino es profesor de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de México y colaborador editorial y financiero de El Universal (México).

Quizás, Usted lo desconoce pero, a inicios de este mes, se publicaron los datos de producción de petróleo en el mundo, según la Agencia de Información de Energía -EIA por sus siglas en inglés-, para el mes de noviembre. El dato interesante es que Estados Unidos produjo más petróleo que Arabia Saudita, durante noviembre pasado. La EIA había pronosticado, en ese mes, que EE.UU. superaría a Arabia Saudita en 2017. Pues, no: ello sucedió hace poco más de tres meses.

Hacía rato que eso no ocurría. Desde fines de los noventa, EE.UU. apenas alcanzaba la producción de los saudíes pero, desde 2002, definitivamente fue Mercado mundial del petróleosuperado. Arabia redujo su producción en los años ochenta para evitar una caída en los precios, pero no lo logró. Antes de eso, producía poco más de diez millones de barriles diarios (mbd), y llegó a reducir su producción hasta niveles de 4 mbd en 1985. De poco sirvió: el precio cayó al final de ese año de 24 a 6 dólares por barril, de forma que Arabia Saudita volvió a incrementar paulatinamente su producción. En los años noventa, promedió cerca de 9 mbd y, desde 2002, supera los 10 mbd. En los últimos años, se ha ubicado entre 11 y 12 mbd, pero da la impresión que, en ese punto, surgen complicaciones.

De cualquier forma, el gran productor de petróleo en los primeros años ochenta no era Arabia Saudita, sino la extinta Unión Soviética. La ex URSS producía 12 mbd. Pero su producción se desplomó a partir de 1989, cuando el bloque soviético dio inicio a su caída. La URSS tocó fondo en la segunda parte de los noventa, con una producción de 6 mbd en Rusia y poco más de medio millón en Kazakstán, la otra ex república soviética con producción importante de petróleo. Ambos países han incrementado su producción desde entonces, y Rusia produce ya 10 mbd, y Kazakstán cerca de 2, de forma que presentan el nivel que oportunamente observaba la Unión Soviética.

EE.UU., que fue el mayor productor de petróleo durante buena parte del siglo XX, tocó su techo en 1970 y, desde entonces, vio caer su producción. Para la primera mitad de los ochenta, se ubicaba en 11 mbd pero, para los primeros años del siglo XXI, apenas si lograba superar los 8 mbd. Sin embargo, la revolución energética que tanto hemos comentado aquí les ha permitido revertir la tendencia y, de 2006 en adelante, EE.UU. ha incrementado su producción a un ritmo acelerado. Por ello, la EIA suponía que en unos pocos años -tal vez cinco-, superaría a los saudíes. Pero, de agosto a noviembre pasados -cuatro meses-, la producción se incrementó de 10,8 a 11,6 mbd. Hablamos de ochocientos mil barriles diarios adicionales en ese período.

En noviembre pasado, mientras EE.UU. producía esa cantidad de petróleo, Arabia Saudita apenas lograba sacar 11,2 mbd, frente a 11,7 en agosto. Es decir que, en esos cuatro meses en que Estados Unidos aceleró su producción en 800 mil barriles, Arabia dejó de producir 500 mil. Y el rebase planteado para 2017 ocurrió de pronto.

Rusia exhibe una producción relativamente estable. De 2008 a 2012, ha logrado incrementarla de 9,8 a 10,5 mbd. En cuatro años, ha logrado un incremento un poco inferior al que tuvo EE.UU. en cuatro meses. Insisto tanto en las comparaciones para que pueda el lector darse una idea del tamaño de la transformación que estamos viviendo, y que en México jamás comentamos, prácticamente para nada.

Finalmente, Kazakstán en estos cuatro años no se ha movido mucho, de 1,4 a 1,6 mbd pero que, comparados con la producción que tenía en 1992 -momento de la desintegración de la ex URSS- resulta cuatro veces superior.

En las distintas ocasiones en que he escrito acerca de la revolución energética, he recibido comentarios que me reclaman ignorar, o menospreciar, el impacto ambiental de las nuevas tecnologías. Efectivamente, no comento mucho de ello, pues los argumentos no me parecen convincentes. Indudablemente, éstas nuevas tecnologías comportan riesgos, muchos de ellos todavía desconocidos (es decir, existe más incertidumbre que riesgo). Pero, hasta la fecha -reitero-, la evidencia de daño ambiental se presenta bastante escasa, y el impacto en términos de crecimiento económico y reducción de contaminación gracias a estas nuevas tecnologías es más sólido. La reducción de contaminación ocurre por la sustitución de carbón, que es muchísimo más contaminante, y de biocombustibles, que siguen produciendo más bióxido de carbono que los combustibles fósiles cuando uno analiza toda la cadena.

En cualquier caso, es tambien necesario considerar que las naciones desarrolladas están mejorando su eficiencia energética a gran velocidad. En particular los Estados Unidos, lo que permite al país consumir menos petróleo cada vez. El máximo lo alcanzó en 2005, con 20,8 mbd, y de ahí ha estado disminuyendo. Primero, porque era caro (2008-2008); luego, debido a la crisis financiera (2009-2010). Hoy día, figura apenas encima de 18 mbd.

Como explicábamos hace pocos días, resulta muy probable que, hacia 2015, Norteamérica sea totalmente autosuficiente en materia de combustibles fósiles, y que cuente, además, con excedentes importantes de gas. Esto cambia mucho tanto las expectativas de crecimiento (que antes de 2008 se observaban limitadas por la escasez energética y ahora ya no), como la geopolítica (porque EE.UU. ya no necesita garantizar acceso al petróleo de otras regiones del mundo, especialmente Medio Oriente).

En México, somos profundamente ignorantes de esto. Por décadas nos han dicho -y lo hemos creído- que Estados Unidos quería quitarnos nuestro petróleo, nuestra gran riqueza. Pero ese país ha producido siempre mucho más que nosotros, y de manera más eficiente, por cierto. Como los números indican, el interés que pudo haber tenido el país vecino en nuestro petróleo ha desaparecido, o lo hará en muy pocos meses. Un dato más: de 2004 a la fecha, Estados Unidos ha incrementado su producción en 3 millones de barriles. Nosotros producíamos más o menos eso en 2004, pero ahora producimos 2,5 mbd. Ellos ganaron 3 millones, nosotros perdimos medio. Sigamos en la defensa; ya casi ganamos.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universal (México) el 5 de marzo de 2013.

 

Macario Schettino | The Cato Institute, sitio web en español