ESTADOS UNIDOS: DR. J.D. FOSTER

La conferencia de prensa de Barack Obama sobre el techo de la deuda

En su conferencia de prensa del 14 de enero, el presidente Obama se refirió al techo de endeudamiento empleando el viejo truco de ignorar selectivamente ciertos hechos y utilizar otros para interpretarlos a su conveniencia.

15 de Enero de 2013

En su conferencia de prensa del 14 de enero, el presidente Obama se refirió al techo de endeudamiento empleando el viejo truco de ignorar selectivamente ciertos hechos y utilizar otros para interpretarlos a su conveniencia.

"Usted no sale a cenar y después, Usted sabe, come todo lo que quiera y luego se va sin pagar la cuenta", dijo Obama, repitiendo que el Congreso ya había prometido todo este gasto, y que la discusión relativa al límite de endeudamiento es, simplemente, cuestión de pagar al salir del restaurante.

Pero el debate sobre el techo para la deuda es mucho más que solo "pagar la cuenta" -y esto es un hecho que el presidente omite. Incluso, es una de esas Barack Obamaextrañas oportunidades para forzar la acción legislativa; en este caso, una acción para reconsiderar alguna de las decisiones previas respecto del gasto.

Mientras, el presidente repetía estar dispuesto a tener una "conversación" con los republicanos, a criterio de recortar el gasto bajo una óptica "balanceada". El está dispuesto al diálogo: está dispuesto a conversar. Pero, hoy, Obama dijo:

Lo que no voy a hacer es tener esa negociación con un arma apuntando a la cabeza del pueblo estadounidense; la amenaza de aquellos que quieren salirse con la suya, que quieren recortar Medicare o MedicAid o, ustedes saben, de otro modo pasarán una guadaña sobre cosas que el pueblo estadounidense no quiere que sean cercenadas, y que, si no accediéramos, nos amenazan con quebrar la economía entera.

El presidente ha probado holgadamente que no está dispuesto a encabezar recortes del gasto, y ha probado también no mostrarse dispuesto a llevar adelante reformas para asegurar que los jubilados del país con bajos ingresos estén protegidos, por ejemplo, mientras asegura que programas tales como la Seguridad Social y Medicare pueden perdurar para futuras generaciones.

A las palabras se las lleva el viento, pero las consecuencias de continuar por este sendero de déficit masivo terminará pasando una muy alta factura, si acaso no será cercana a la ruina, para futuras generaciones. Los republicanos hacen lo correcto cuando emplean el debate sobre el techo para endeudamiento para forzar al presidente a ir más allá de las conversaciones y el diálogo, sobre la base de liderazgo y acción.

Barack Obama también puso énfasis en que cree que su carta ganadora en este debate, es la palabra default. Lo asiste toda la razón cuando dice que el Congreso no deberá arriesgar la posición crediticia del gobierno de los Estados Unidos de América. Pero esta seguridad no reposa en la tarea del Congreso para elevar el techo para obtener deuda, sino en el simple hecho de que el Tesoro dispone de recursos más que suficientes para abonar los intereses antes de que estos venzan.

Sugerir que los Estados Unidos puedan acercarse a un default es, en los hechos, equivocado, al tiempo que es un comportamiento vergonzoso de parete del presidente.


Traducción al español: Matías E. Ruiz

 

Dr. J.D. Foster | Heritage Libertad, The Heritage Foundation