ESTADOS UNIDOS: AMY PAINE

¿Acaso no ha matado al empleo la economía de Barack Obama?

El Congreso ya salió de vacaciones y campaña, escapando así de Washington mientras la tasa de desempleo aumenta. Según el informe laboral de julio del Departamento de Trabajo, la tasa de desempleo ha aumentado ligeramente hasta el 8.3%, 12.8 millones de americanos están sin trabajo y 5.2 millones han estado sin trabajo durante al menos medio año.

04 de Agosto de 2012

El Congreso ya salió de vacaciones y campaña, escapando así de Washington mientras la tasa de desempleo aumenta. Según el informe laboral de julio del Departamento de Trabajo, la tasa de desempleo ha aumentado ligeramente hasta el 8.3%, 12.8 millones de americanos están sin trabajo y 5.2 millones han estado sin trabajo durante al menos medio año.

Según un estudio, el conjunto del país sumó de manera sorprendente 163,000 empleos en julio, aunque según un segundo estudio del Departamento de Trabajo, el empleo cayó en 195,000 personas, planteando preguntas sobre si la cifra más positiva es mínimamente fiable, dado que la economía se ralentizó  de manera significativa hasta una tasa de crecimiento interanual del 1.5% en el segundo trimestre y parece que se está ralentizando aún más.

Reid en el SenadoLa cuestión no es cuánto se ha ralentizado la economía, en realidad es ¿qué normativa de la administración Obana no ha ralentizado la economía? Las normativas de años recientes han sido inequívocamente antiempleo.

El retraso de la administración para alcanzar los acuerdos de libre comercio ha acabado con la creación de empleo. La ampliación de la moratoria sobre las perforaciones petrolíferas, seguida de nuevas regulaciones, acabó con la creación de empleo. El rechazo del presidente Obama a construir el oleoducto Keystone XL acabó con el empleo. Las regulaciones sin fin de la Agencia de Protección Ambiental acaban con el empleo. Ampliar el seguro de desempleo (parte de los fallidos “estímulos”) fue un gesto humanitario, pero acabó con el empleo. E incluso incrementar el gasto en el déficit tiene el efecto de acabar con el empleo, lo contrario de lo que propugna Obama.

Y luego está Obamacare, que si entra totalmente en vigor será una de las normativas que acabe con más empleos en los últimos tiempos.

Ante todo esto, el presidente Obama comentó que “Probamos nuestro plan…y funcionó”.

Y esto no se ha acabado todavía. El Senado, dirigido por los demócratas, acaba de intentar la semana pasada subir de nuevo los impuestos a las pequeñas empresas. La Cámara de Representantes, dirigida por los republicanos, frenó ese plan y aprobó un proyecto de ley para ampliar las normativas fiscales de 2001 y 2003 durante el próximo año y así aplazar el “Armagedón Fiscal”, la mayor normativa antiempleo a la que ahora nos enfrentamos. Pero ¿permitirá el líder de la mayoría en el Senado Harry Reid (D-NV) siquiera votar sobre ella?

Reid es el mayor impulsor de estas subidas de impuestos y de estas normativas antiempleo. Ha abusado de su autoridad como líder de la mayoría para bloquear  al partido en minoría sus oportunidades de ofrecer enmiendas más de 60 veces, más que todos sus antecesores juntos.

Y Reid niega la conexión entre las normativas de la administración y la falta de empleos. Ha afirmado que “sólo una pequeña fracción de los despidos tienen mínimamente algo que ver con una regulación más fuerte”. Pero de nuevo elude el hecho de asumir que el problema son las pérdidas de empleo, más que la falta de creación de empleo.

Habiendo estado enredando desde enero, los progresistas del Congreso han abandonado ya la ciudad sin hacer nada para ayudar a los americanos a buscar trabajo. Mientras tanto, la mayor subida de impuestos de la historia americana se avecina para el 1 de enero, dispuesta a devastar aún más la economía perjudicando a las familias con una subida de impuestos promedia de más de $4,100 para cada una de ellas.

El analista de la Fundación Heritage J.D. Foster advierte de que:

Aunque estas subidas de impuestos no entrarán en vigor hasta enero del año próximo, ya están socavando la economía debido a que las empresas son previsoras. No saber cuáles serán sus propias cargas fiscales, las empresas están muy reticentes a la hora de contratar trabajadores o de invertir para el futuro. Y con una decreciente fe en que el Congreso impida el “Armagedón Fiscal”, las advertencias y los temores de una aguda recesión están aumentando con rapidez, unos temores que desmotivan aún más cualquier pensamiento de contratar o invertir.

El caos regulador y legal creado por años de normativas no se puede deshacer de la noche a la mañana. Las crecientes amenazas de las penalidades de Europa no pueden ser ignoradas, así como las recesiones en aumento en toda Asia. No hay nada que Estados Unidos pueda hacer para calmar estas amenazas, pero sí nos podemos preparar para ellas. Impedir el “Armagedón Fiscal” es algo que el Congreso debería hacer inmediatamente. No es suficiente con aprobar los proyectos de ley e irse de campaña mientras la economía se hunde cada vez más. El presidente debe liderar y el Congreso debe actuar ya, para poder impedir ahora el “Armagedón Fiscal”.

La tasa de desempleo ya ha estado en el 8% o por encima durante 42 meses. Esta amenaza con aumentar, a la vez que la economía se ralentiza aún más. El presidente Obama y sus correligionarios en el Congreso deberían dejar de lado sus barreras ideológicas por el bien de la economía y: Ampliar las normativas fiscales de 2001 y 2003 durante al menos un año para fortalecer la seguridad económica de la nación. Impedir el salto en el tipo impositivo a la nómina. Impedir la implementación de las nuevas subidas de impuestos con Obamacare. E impedir las obligadas rebajas presupuestarias conocidas como “secuestro de fondos” que amenazan la seguridad nacional.

El “plan” no ha funcionado. Y este es el momento para un nuevo plan basado en lo esencial, no en trucos políticos.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Amy Paine | Heritage Libertad, The Heritage Foundation