INTERNACIONALES: POR JORGE AZAR GOMEZ

Malvinas: otra actuación de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner

Luego de que, en su segunda asunción como Presidente de la república, la presidente argentina olvidara referirse al archipiélago, este martes 7 de febrero -y por segunda vez en el año-, echó mano del tema. En el paquete, logró envolver a todos los argentinos. También incluyó a otras naciones latinoamericanas en su estrategia, basándose en un planteamiento tan infantil como absurdo.

07 de Febrero de 2012

"Malvinas ha dejado de ser solamente una causa de los argentinos, para transformarse en una causa de los latinoamericanos y global", diría, con total desparpajo, la mandataria argentina.

Ahora resulta que la República Oriental del Uruguay y los latinoamericanos nos encontramos en la obligación de estar espalda contra espalda con el gobierno argentino en un conflicto que siempre hemos visto desde afuera. Un conflicto por el que jamás nos consultaron y, al contrario, siempre nos exigieron.

Ignorando nuevamente la Historia, la presidente argentina expresó:"Hubo muchos conflictos en la región, y no hemos necesitado de ayuda externa; siempre lo resolvimos entre los latinos". Con total evidencia, la mandataria olvidó -o no bien desconoció- el conflicto que su país sostuviera con la República de Chile por el Canal de Beagle.

Aquel conflicto, tras más de dos tercios de siglo de disputa, se solucionó finalmente en 1984, momento en que la Casa Rosada (después de una consulta popular) aceptó la propuesta de la Santa Sede. Esta reconocía tácitamente la frontera trazada por el laudo arbitral en el canal, otorgaba las islas en la mitad norte del canal a la Argentina y las islas en la mitad sur y al sur del canal a Chile, y otorgó derechos de navegación a ambos países en casi toda la zona. Asimismo, concedió a la Argentina la mayor parte del territorio marino en disputa.

También se olvidó la presidente, entre otros, que cuando el conflicto por las pasteras, el Rey Juan Carlos aceptó la petición del presidente de Argentina, Néstor Carlos Kirchner, para desempeñar un papel de "facilitador" (mediador) en el diferendo, que enfrentó a la Argentina con el Uruguay.

Se trató de una propuesta del fallecido ex esposo de Cristina Fernández Wilhelm dirigida directamente al Rey de España, en la que le solicitó que actuara como facilitador. Con el fin de que se produzca un entendimiento entre los dos países que pudiera poner fin al contencioso surgido de la instalación de una planta de celulosa. A todas luces, esa problemática no podía solucionarse bilateralmente, en tanto que la Argentina rehusó tratarla en el ámbito del Mercosur.

Sucede que el gobierno argentino jamás ha respetado a Latinoamérica, involucrando permanentemente a la región en los conflictos que mantiene y ha mantenido con terceros países.

Mientras nos hace partícipes de sus diferencias con el Reino Unido, por otro lado denuncia a la República Oriental del Uruguay ante la OCDE, exigiéndonos la liberación de información tributaria y los nombres de propietarios argentinos en nuestro país (cosa que no exige a la Administración Obama, aún cuando infinidad de argentinos poseen propiedades en Miami y Nueva York; y que tampoco hace con Dilma Rousseff, a efectos de averiguar la identidad de aquellos que exhiben bienes inmobiliarios en la costa brasileña). Por su ello fuera poco, la Casa Rosada prohíbe a los uruguayos publicar los resultados de los análisis de la planta de UPM, nos pone trabas para ingresar los productos “Made in Uruguay”, sin importar que estos se encuentren protegidos por una multitud de convenios internacionales... entre ellos, los firmados en el seno del propio Mercosur.

Pese a todo, el Presidente José Mujica y su Canciller Almagro (eterno candidato al Premio Nobel de la sumisión), invitan al gobierno argentino a que "tomen todo". ¿Cuál es la respuesta clásica originada en Buenos Aires? -"Tranquilo, Pepel los vamos a estudiar". Nuestros industriales esperan a la vera del camino, sin facturar, y con el riesgo de que muchos deban cerrar sus plantas o bien despidan a centenares de empleados.

Ellos -los gobernantes argentinos- siempre aplican la vieja teoría de Perón ante cualquier conflicto: primero un mimo y después una bofetada.

Desde este martes 7 de febrero, la República Argentina armó dos bloques: uno, el de la mayor economía mundial (la Unión Europea), y otro, compuesto por América Latina, que lucha con esfuerzo para que nada empañe su estabilidad económica. Esta batalla diplomática solo significa una cosa para las naciones de la región: el ingreso a un corral sin salida.

La Señora Presidente de la Nación Argentina olvida o desconoce que los kelpers exhiben un ingreso anual de US$ 28.900 por encima del que caracteriza a los británicos. Olvida la Señora Kirchner que estos jamás admitirán vincularse a un país que no sabe cómo administrar sus recursos, y mucho menos los ajenos. Tampoco considera que los habitantes de las Islas saben perfectamente que, bajo sus pies, reposa un aproximado de 350 millones de barriles de petróleo: ellos serán los beneficiarios en el futuro.

La mandataria argentina, en esta renovada actuación frente a los integrantes de su gobierno, los sindicalistas, un puñado de veteranos de Malvinas que dejaron entrar, la totalidad del arco opositor, las infaltables Abuelas y algunos empresarios, prometió presentar el tema en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Organismo al que oportunamente descalificara por "no hacer nada" y "profundizar los conflictos actuales en todo el globo".

A posteriori, y acudiendo nuevamente a la ONU, hizo la promesa de presentar el tema de las Malvinas, otra vez, ante la próxima Asamblea General, durante el próximo mes de septiembre.

Sin parpadear, también prometió a los veteranos de la Guerra, la apertura de un Hospital para la atención de su "salud mental", olvidándose de que ese nosocomio ya existe y que fue anunciado el 5 de abril del 2010 en la localidad de Quilmes. Por cierto, fuera de la Casa de Gobierno, los veteranos que no pudieron ingresar al recinto, repudiaron el uso político que se hace de ellos, y mantuvieron en cautiverio -y por un buen rato- a los invitados de la Señora Presidente.

Ahora; Señor Presidente Mujica, ante tanto disloque del poder arrabalero porteño, haga caso y concrete, en el 710 de la Plaza Independencia, una seria y experimentada cumbre con los ex mandatarios uruguayos. Ellos representan una usina de experiencia de ideas y conocen cómo plantear una estrategia que plantee con firmeza la dignidad tanto de nuestro país como la de nuestras instituciones.


Por Jorge Azar Gómez, ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas, para El Ojo Digital Internacionales
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Por Jorge Azar Gómez, ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas