ESTADOS UNIDOS: POR ALAN REYNOLDS

Sobre la declaración de impuestos de Mitt Romney: nada fuera de lo común

Luego del escándalo provocado por el candidato presidencial republicano Newt Gingrich sobre los impuestos de su rival, resulta que no había nada en la declaración fiscal del 2010 de Mitt Romney que pudiera haber tomado a alguien por sorpresa...

06 de Febrero de 2012

Luego del escándalo provocado por el candidato presidencial republicano Newt Gingrich sobre los impuestos de su rival, resulta que no había nada en la declaración fiscal del 2010 de Mitt Romney que pudiera haber tomado a alguien por sorpresa. Esto no significa que cualquier dato posiblemente pueda desalentar que aquellos con intereses políticos busquen insinuaciones misteriosas.

En la búsqueda por un analista de impuestos objetivo, el New York Times se conformó con Bill Burton, quien de casualidad dirige el “Super PAC” (comité de acción política) de Obama.

Mitt Romney, candidato presidencial del Partido RepublicanoBurton advierte que Romney "tiene acceso a complicadas maniobras legales que involucran cuentas en el extranjero y ahorros de jubilación que simplemente no están al alcance del promedio de estadounidenses". Ese no es el caso.

Los activos de Mitt y Ann Romney se han mantenido en fideicomisos privados desde 1993, dejándolos sin posibilidades de elegir dónde o cómo se invierte el dinero. Cuentas bancarias en las Bermudas o las Islas Caimán serían sospechosas si los ingresos por intereses no fuesen reportados en la declaración fiscal —pero sí fueron incluidos.

En cuanto a los ahorros para la jubilación, muchos contribuyentes dirigen sus pensiones corporativas hacia una cuenta individual de retiro (IRA, por sus siglas en inglés) con impuestos diferidos, al igual que Romney. Más del 70% de los recursos de mi familia, por ejemplo, se encuentra en dos cuentas individuales de retiro y dos planes 401(k). Después de los 75 años, sin embargo,  los adultos mayores deben retirar cantidades significativas de dinero cada año, que son gravadas a una tasa regular del impuesto sobre la renta, en lugar de ser gravadas a la tasa menor para ganancias de capital y dividendos.

En este sentido, la supuesta baja tasa de impuestos de Romney es en parte ilusoria, pues es únicamente una solución temporal en lugar de un ahorro fiscal a largo plazo.

Las otras razones principales por las que la famila Romney aparenta tener una baja tasa impositiva son que, en primer lugar donan entre $3 millones y $4 millones anuales a obras de caridad, y segundo, la mayor parte de sus ingresos restantes fue gravada al 15% del impuesto de ganancias de capital y dividendos que termina este año.

Cuando el presidente de Berkshire Hathaway, Warren Buffett, se quejó de que sus impuestos del 2010 fueron demasiado bajos, nadie lo acusó de sacarle provecho a lagunas fiscales complicadas que son inaccesibles a los demás contribuyentes. De hecho, los impuestos federales de Buffett fueron significativamente menores que los de Romney por básicamente los mismo motivos —contribuciones de caridad y ganancias de capital.

En un artículo de opinión publicado en el New York Times el pasado agosto, Buffett reveló que en su declaración de impuestos federales del 2010 se le gravó únicamente el 17,4% de su renta imponible, antes de tomar en cuenta las deducciones. A pesar de que los medios de comunicación no comunicaron de la misma manera la declaración de impuestos del ex gobernador Romney como lo hicieron con la de Buffett, la familia Romney pagó igualmente el 17,6% de su ingreso imponible.

Tanto Buffett como Romney son célebres por su frugalidad y generosidad, por lo tanto, ambos tuvieron deducciones caritativas extraordinariamente grandes. Después de tomar en cuenta tales deducciones, Buffet pagó solamente 11% de sus ingresos brutos, mientras que Romney pagó un 13,9%.

Este artículo fue publicado originalmente en Investor’s Business Daily (EE.UU.) el 25 de enero de 2012.

Por Alan Reynolds / The Cato Institute