INTERNACIONALES: LIC. SANTIAGO PEREZ

Brasil: el escenario político, a horas de las Presidenciales

En busca de la relección, la candidata oficialista se ubica como favorita...

03 de Octubre de 2014
En busca de la relección, la candidata oficialista se ubica como favorita. Dilma Rousseff clausura un primer período presidencial signado por la intensidad política.

Las masivas manifestaciones de junio de 2013, donde la nueva clase media salió a las calles a reclamar más y mejor ciudadanía, presionó al gobierno y lo obligó a acelerar ciertas reformas. La respuesta del Ejecutivo podría resumirse en la asignación de mayores recursos para educación, salud y transporte. Ampliaciones presupuestarias que el gobierno federal, aun con superávit fiscal, pudo financiar sin estrangularse. Pero no era solo dinero lo que reclamaban las calles: la ciudadanía también pedía por mayor institucionalidad y, por sobre todo, énfasis en el combate contra la corrupción. Desafortunadamente, en este terreno, el gobierno de Dilma no logró satisfacer las demandas. Los escándalos de corruptela continuaron, extendiéndose en diversas esferas del gobierno y, como era de esperarse, la oposición intentó capitalizar esta suerte de 'talón de Aquiles' oficial. La reciente condena contra un director de la semiestatal Petrobras por liderar un esquema de pago de sobornos entre funcionarios de la compañía elevó la temperatura de la campaña.

El Mundial fue otra prueba que el gobierno del PT debió superar y, corresponde reconocerlo, hizo frente a los reclamos relativamente bien. Si se deja de lado al menos por un momento el dato de que se trató del campeonato más costoso de la historia (más caro incluso que Sudáfrica 2010 y Alemania 2006 juntos), el torneo terminó desarrollándose sin mayores inconvenientes, con estadios terminados (sobre la hora), gran afluencia de público y orden en las calles. Ese 'orden' fue, en muchos casos, garantizado a punta de pistola, quedando asfixiada cualquier posibilidad de manifestación popular. Pero, en resumidas cuentas, Brasil consiguió proyectar al mundo una imagen de país capaz de organizar grandes eventos; el PT logró salir fortalecido.

Por último, es en el plano económico en donde Rousseff encuentra mayores dificultades. Se asiste a una economía desacelerada, creciendo a menos del 1% anual y con una inflación al tope máximo tolerado por el Banco Central, del 6,5%. Todas las perspectivas para 2015 hablan de otro año de magros resultados. La euforia de la superpotencia emergente se encuentra por el momento en estado de hibernación. Durante la campaña, y jaqueada por los números, Dilma intentó responsabilizar a la situación económica mundial por las penurias locales, única alternativa discursiva disponible para esquivar responsabilidades.

¿Quien está del otro lado del ring? Marina Silva, quien llega a esta instancia luego de superar una nutrida carrera de obstáculos. Primero, intentó presentarse con su propio partido, pero ésto le fue imposible, debido a cuestiones burocrático-legales. Ante este impedimento, constituyó una alianza con el PSB (Partido Socialista Brasileño), y se dispuso a acompañar a Eduardo Campos en la fórmula presidencial. Se trataba por entonces de dos ex aliados del Partido de los Trabajadores que decidieron lanzarse a la competencia y que no superaban el 8% de intención de voto. Pero un inesperado acontecimiento alteró en forma radical el escenario: el 13 de agosto, un trágico accidente aéreo se cobró la vida de Eduardo Campos y solo una semana después, con el país en estado de conmoción, el PS saltaba de los escasos 8 puntos a un 30% de intención de voto. La ahora candidata Marina Silva se posicionaba cómodamente dentro de un eventual ballotage. Pero eso fue solo el comienzo: pocas semanas después, las simulaciones de segunda vuelta ubicaban a la ambientalista tímidamente por encima de Rousseff. Por primera vez la hasta ese momento segura victoria del PT se veía comprometida.

Pero la conmoción nacional por la trágica muerte de Campos pasó y, a medida que transcurría la última parte de la campaña, el escenario electoral volvía a la situación previa al accidente, con Dilma Rousseff como principal favorita. Las últimas encuestas muestran una caída en la intención de voto de Marina Silva, quien compite ahora con Aécio Neves por un lugar en la segunda vuelta. Por el momento, Silva se ubica unos puntos por encima del candidato del PSDB. La foto de hoy muestra a Dilma y Marina en la segunda vuelta.

Esta última semana, los mercados en Brasil se comportaron con algo de nerviosismo. La bolsa se movió con tendencia a la baja y la moneda nacional -el real- se depreció a su mínimo valor desde el estallido de la crisis financiera internacional de 2008/2009. Los inversionistas comienzan a dar por descontada una victoria del PT, lo que despierta interrogantes sobre el futuro de la economía local. ¿Será capaz Rousseff de reinsertar al país en la senda del crecimiento? Solo el tiempo lo dirá.

Este domingo se diputará el primer round. El voto electrónico perimirá conocer los resultados definitivos solo unas pocas horas después de cerrado el comicio. No habrá tiempo para festejos, conforme la carrera hacia la segunda y definitiva vuelta del próximo día 26 ya estará lanzada.

 
Sobre Santiago Pérez

Es Licenciado en Relaciones Internacionales. Observador de la política internacional desde el enfoque realista, es columnista de una decena de medios gráficos y digitales del mundo de habla hispana. Reside en Río de Janeiro, Brasil, y publica regularmente en el sitio web Brasil Economía.