Panorama político: fantasías en espera

Quien esto escribe considera que ha llegado la hora de “ajustar” las ilusiones de la Presidente: las derrotas en el campo político se suman a los fracasos por intentar imponer el relato “único” emanado de su órbita, en su intento por rediseñar la política de la Nación. Aquello que le fuera dócil a Néstor en vida se le ha vuelto indócil a ella. La sumatoria de derrotas en Salta, Catamarca, en las internas de Santa Fe y en Neuquén significa, ni más ni menos, que le resulta cada vez más difícil sumar. Para que la ciudadanía recobre la memoria -y, por qué no, la consciencia-, ahora llegaron a los medios la lista interminable de escándalos de corrupción generalizada (que llena de pústulas permanentemente al Gobierno), los episodios referidos a las Madres y el tristemente célebre caso del INADI.

Pero, como la soberbia es mala consejera y esta reina en la mente presidencial, acaba de tropezar con José Manuel De la Sota y Jesús Cariglino, dos encumbrados dirigentes del Partido Justicialista que se niegan a someterse -como antes lo hicieran Juan Manuel Urtubey y Mario Das Neves (en situaciones opuestas y diferentes)- mansamente a sus imposiciones. Al portazo de Jesús Cariglino (intendente de Malvinas Argentinas), cansado de ser apretado con las colectoras en la Provincia de Buenos Aires, se sumó José Manuel de la Sota, quien no aceptó el intento de que le fuera impuesto el vicegobernador de manos de Carlos Zannini. Desconociéndose, tal como sucediera con el peronismo cordobés, la importancia que observa el sector agropecuario.

Permanentemente, los personajes de Balcarce 50 se "disparan en los pies"; abusan del ideologismo, como antes lo hicieran con la cuestión de los "derechos humanos". Intentaron imponer una filósofa wittgensteiniana a un pragmático como “el Gallego”, quien priorizó una figura afín a los chacareros del sector agropecuario y que graficara -con su característico estilo campechano- la negativa: "Si ser de derecha es no haber sido guerrillero, yo fui de derecha". Varios sectores peronistas comienzan (o bien vuelven) a desconocer el poder de los Kirchner. Como contrapartida, CFK y su mesa chica retornan por los fueros y se aislan del PJ, intentando recrear una suerte de neotransversalidad, con la suma del zigzagueante Luis Juez y el ex piloto de Fórmula Uno Carlos Reutemann.

La colectora bonaerense que peyorativamente se les intenta imponer a las caciques del conurbano comenzó a marcar sus contras, y la oposición inició un lento pero sostenido repunte. Este crecimiento obligó al gobierno a “revisar” la estrategia, reduciendo la exposición de Sabatella por temor a que la “incipiente dispersión” malogre la imprescindible reelección de Daniel Scioli, que es la base sobre la que se asienta el hipotético triunfo nacional K. Es tal el giro en la ingeniería electoral del oficialismo, que del discurso-relato que hasta ayer nomás lo acompañaba, asentado en oponerse al discurso de seguridad del Gobernador –por considerarlo reaccionario- en la figura de la Ministro Garré, se pasó a enviar al candidato oficialista de Capital Federal a recibir clases de Scioli y Montoya, próximo jefe de Gabinete bonaerense, si acaso se logra consumar la reelección.

El oficialismo y su usina conceptual -el CELS de Horacio Verbisky- oscila entre el acuerdo y el ataque del peronismo bonaerense, sin percatarse de que esta estrategia es totalmente perjudicial y termina alimentando la diáspora que viene perfilándose en varios distritos dentro del Justicialismo. El acompañamiento de la Casa Rosada a Rafael Bielsa en Santa Fe y la realidad de la futura derrota de Agustín Rossi la está llevando a acordar con Reutemann, sin notar que el ex piloto en cualquier momento verá "algo que no le gustará" y los abandonará en la estacada. Tal es el desgaste, que hasta la hipótesis sindical que creían cooptada los está desafiando en este momento. Las definiciones del Camionero Hugo Moyano en los últimos días muestran hasta dónde llega el desafío. Primero fue aquello de que "el gran déficit del modelo es la inflación" y luego, el apunte respecto de las desviaciones económicas del supuesto “modelo kirchnerista”.

El frente porteño es otro dolor de cabeza para la Presidente CFK: al díscolo y semidesplazado Daniel Filmus le está costando enormemente absorber el escándalo de su candidata a legisladora María Rachid, expulsada ahora por Cristina. La misma que la había nombrado como número dos del INADI para capitalizar el voto de los beneficiarios de la ley de matrimonio homosexual -mal llamada Ley de Matrimonio Igualitario-. Esperemos que Filmus no se lleve otra sorpresa antes del 10 de Julio, ya que el Dr. Hugo Gallardo –socio de Pablo Schoklender- y dueño de Construcciones Calificadas S.A., recientemente designado para ocupar la vacante de Sergio en la Fundación de las Madres, se encuentra vinculado con OBSBA -la obra social del sindicato municipal de CABA-. Allí, el gremialista Alejandro Amor exhibe una intervención decisiva y ahora se ha convertido, asimismo, en tercer legislador de la lista.

Fernando Caparrós fue el prestamista histórico que descontaba los cheques de los prestadores que no conseguían cobrarlos de la Obsba y es, al mismo tiempo, el presidente de Meldorek, la empresa de Sergio Schoklender. Es también quien pagaba los cheques de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Fue Amor la persona que, a través de Martín Morales, unía a Obsba con Caparrós. Néstor Carlos Kirchner recibió en 2009 un minucioso y pormenorizado informe sobre todas las actividades de Sergio Schoklender, motivado en una investigación internacional sobre movimientos patrimoniales sospechosos efectuados en Miami –por organismos de inteligencia estadounidenses y del GAFI-. Nadie conoce los motivos, pero aquel siguió permitiendo estos continuos desbarajustes que terminarían por estallarle en la cara a su viuda, cuatro años después.

Cristina Elisabet Fernández Wilhelm tenía en observación a la Fundación de las Madres desde aquel momento, y aplicó aún más la lupa cuando Sergio utilizó a la Policía Federal para defender sus obras frente a la invasión de los grupos piqueteros K durante los sucesos del Parque Indoamericano. Este evento fue, quizás, el comienzo de algo cuyo final aún se desconoce, pero que podría tener implicancias y ramificaciones impensadas entre los funcionarios gubernamentales del Poder Ejecutivo Nacional y las estructuras del narcotráfico y el narcolavado internacional. El entramado financiero y de corrupción y blanqueo de dinero negro que ahora se está destapando puede desembocar en uno de los escándalos más importantes aún que el de “la mafia de los medicamentos” y al triple crimen de la efedrina en General Rodríguez.       

Las andanzas de Sergio y Pablo, la incompetencia de Hebe (por no ser más suspicaces) y el escándalo Morgado-Rachid no esperaron a que se despejaran todos esos enigmas para hacer temblar con furibundos espasmos la columna vertebral del gobierno. El tan meneado y declamado compromiso con los "derechos humanos" no fue otra cosa que un desprolijo "caballito de batalla" sobre el que Néstor y Cristina se enancaron para fijar una diferencia específica entre ellos y el resto del PJ. Pero lo hicieron mintiéndole a la sociedad toda, y teniendo el tupé de modificar el prólogo de Ernesto Sábato en el “Nunca Más”, con aquella historia sesgada de que fueron los “jóvenes maravillosos” los mártires y desaparecidos del régimen genocida, cuando la realidad histórica relata incontestablemente que esos muertos y desaparecidos pertenecieron en más de un 90% a las bases del peronismo obrero y estudiantil, y no precisamente al montonerismo.

La cooptación de algunos dirigentes, la intransigencia retrospectiva con los crímenes de la dictadura genocida y la relectura complaciente de la actuación de la izquierda -connivente con el golpismo apátrida del 76- son los materiales de un sueño megalómano: la fundación del kirchnerismo como etapa superadora del peronismo, un sueño emparentado en aquel otro fracasado de la coordinadora radical del “Tercer Movimiento Histórico”. La sacralización de Néstor y la entronización de su viuda como legataria coronarían esa falaz fantasía: ese alumbramiento está condenado a un aborto traumático. La política de derechos humanos, recurso fundamental de la diferenciación K con el “aparato” pejotista, ha sido puesta en tela de juicio en el mismo momento en que ese aparato comienza a resistirse, en diferentes distritos y estamentos, a ser colonizado desde el poder K.

Es ciertamente curioso, pero el mar de fondo de la historia -a contramano de lo que se pretende desde el relato oficialista- suele navegar este tipo de armonías, y ellos -en su soberbia- no terminan de asimilarlo.


Por el Arquitecto José Marcelino García Rozado, para El Ojo Digital Política