POLITICA: POR MATIAS E. RUIZ, EDITOR

El kirchnerismo y su imperativo categórico: devaluar mediáticamente la interna del Peronismo Federal. Los ejes de la campaña de Cristina para las Presidenciales

El oficialismo ha puesto a punto su maquinaria mediática para explotar la posible baja participación en la interna del PJ Federal del próximo domingo 3 de abril. Está previsto que "6, 7, 8" y Televisión Pública, entre otros, constituyan la punta de lanza del operativo. En paralelo, los núcleos extremistas del cristinismo propondrán una estrategia comunicacional de cara a octubre, en base a dos enfoques: a) la demolición mediática del Grupo Clarín y, b) la provocación permanente de los Estados Unidos -con acoso a la Embajada mediante-. Se intentará aprovechar el supuesto sentimiento "antiimperialista" detectado en algunos sectores de la sociedad argentina. Y se impone un viciado eslogan: "Elegir entre el Pueblo y la oligarquía asociada al imperialismo norteamericano".

01 de Abril de 2011

El Peronismo Federal comienza a desandar el camino hacia las Presidenciales de octubre. El puntapié inicial estará dado por la interna que el espacio ha organizado para el próximo domingo 3 de abril en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Podrán participar del comicio todos aquellos vecinos porteños en cuyo DNI figure su domicilio legal en la Capital, optando entre el ex presidente Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá, Gobernador de la provincia de San Luis (Los espacios de ambos candidatos invitan a sus adherentes a que consulten los sitios de votación en la web www.primariafederal.com).

 

En virtud del calvario electoral que lo mantiene de rehén en el Chubut, Mario Das Neves ha decidido poner punto final a sus ambiciones presidencialistas. Decisión que reviste cierta importancia, dado que el aparato regenteado por el kirchnerismo porteño tenía pautado enviar a su elemento a optar por el sureño. Como ahora resulta obvio, este escenario ha perdido su fundamento y razón de ser. Por su parte, Felipe Solá -ex gobernador de Buenos Aires y que mantiene vínculos bien aceitados con el oficialismo- ha optado por minimizar el impacto de la convocatoria capitalina, anunciando que se presentará directamente en las internas obligatorias del 14 de agosto. Pero se ha reportado que carece de estructura partidaria propia y de allegados políticos de peso dispuestos a sostenerlo electoralmente.

 

No constituye misterio que el kirchnerismo se proponga contaminar la justa del espacio federal: se impone la necesidad de evitar que el duhaldismo resulte ganador, en virtud de una paranoia que -algunos refieren- se encuentra justificada. Ciertos núcleos que reportan al de Lomas de Zamora insisten en la necesidad de perseguir judicialmente a actuales funcionarios y operadores del Gobierno Nacional, si acaso su candidato llegara al sillón de Rivadavia. Podrían tener razón. Como corolario, debe destacarse que, si acaso Duhalde logra imponerse por una diferencia abismal y, en paralelo, la participación de sufragantes es elevada, su figura cobrará mayor impulso a nivel nacional.

 

De tal suerte que la Casa Rosada invertirá todos los esfuerzos necesarios para, en primer lugar, dinamitar la miniinterna. Y lo hará por el lado de analizar el número grueso de participantes que arroje la contienda. Sin importar que se trate de veinte mil, cincuenta mil o incluso cien mil personas, el mensaje que se ocuparán de difundir los operadores de Balcarce 50 y sus allegados coincidirá con cotejar esa cifra final contra la población habilitada para votar. La conclusión suena a verdad de perogrullo: el cristinismo promocionará que todo fue un fracaso, en cualquier escenario. La primera muestra gratis de esta operatoria ya se ve en las calles del centro porteño, con los afiches que rezan: "Duhalde-Rodríguez Saá-Das Neves, vergüenza nacional". Los halcones del kirchnerismo cristinista exprimirán toda herramienta disponible: confían en contaminar las imágenes del lomense y del puntano, contrastándola con el papelón protagonizado por Mario Das Neves en el Chubut. En cualquier caso, el grueso de la Operación Demolición partirá del multimedio oficioso y su monumental aparato de propaganda, con la avanzada de "6, 7, 8" y TV Pública, ex Canal Siete. Entre los medios impresos de distribución gratuita, el rabbí Sergio Szpolski también pondrá el hombro, arrojando salvas desde las páginas de La Razón. Por otro lado, Tiempo Argentino, El Argentino y Página 12 se sumarán oportuna y casualmente a la maniobra. Crónica TV abandonará seguramente su costumbre de transmitir publicidad de Sprayette durante las 24 horas, para cumplir con su cuota. Resta ver cómo procederá el conglomerado mediático del empresario Daniel Hadad, que hoy opera claramente en favor de la agenda del Gobierno Nacional, gracias a acuerdos monetarios de buen color y mejor sabor. En instancias como la presente, la pregunta casi emerge por sí sola: ¿por qué insiste tanto el aparato oficial de comunicación en el perjuicio que producen Clarín y La Nación, siendo que el poderío del mainstream K es, como se ve, tan voluminoso y abarcativo?

 

A partir de la caída en desgracia del dasnevismo, el espacio kirchnerista se ha topado con un inconveniente de peso. Porque, si bien es cierto que por estas horas se debate acaloradamente si es aceptable "bajar línea" para que el mundillo K vote a Alberto Rodríguez Saá, vale la pena recordar que el puntano no tiene mayores parecidos con el chubutense. El gobernador de San Luis se caracteriza por exhibir una personalidad mucho más combativa y por momentos hasta indescifrable. También es conocido por hacer exactamente lo opuesto a lo que se espera de él. Pero jamás aceptará voluntariamente sumar votos obsequiados por el enemigo, pues sabe perfectamente que ese plus solo le ayudaría a hundirse en la consideración ciudadana. Por otro lado, y de la forma como estará dada la dinámica de la interna, los militantes de todos los espacios se enterarán rápidamente si el Gobierno Nacional ha intentado influír en la puja, inclinando la balanza por alguno de los dos participantes.

 

En cambio, Alberto Rodríguez Saá sí ha ordenado a sus operadores que recluten el aporte del radicalismo. Esta suerte de pacto ha comenzado en la propia San Luis, desde donde se resolvió brindar lugar adicional para que los yrigoyenistas se expresen más libremente. Los problemas para el puntano comenzarían a llegar en oleadas si acaso su porcentaje en la interna del 3 de abril fuera apabullantemente bajo respecto del que pudiere cosechar el duhaldismo. En tal escenario, su protagonismo quedaría fuertemente golpeado, y la militancia provincial que le reporta comenzaría a presionar a viva voz para que no arriesgue "de más", empujándolo de mala manera para que repita en la Gobernación. Por otro lado, ¿cómo reaccionarían los puntanos de su núcleo duro y el elemento antiK del Peronismo Federal si se propagara la noticia de que radicales y oficialistas/cristinistas se inclinaron por él en la Ciudad de Buenos Aires? Desde San Luis surgirá un poderoso vendaval en forma de fuertes presiones para que el Gobernador anticipe la fecha de la elección provincial respecto de la pautada a nivel nacional. Desde lo operativo, vale destacar que el hermano de "El Adolfo" ha logrado -aunque a duras penas- sumar un puñado de fiscales para los barrios del sur de la Capital, de cara a este domingo. No obstante, algunos en el núcleo íntimo de la política puntana refieren que las posibilidades de su candidato en esta miniinterna son "ridículas": se esforzaron en echar mano de un concepto todavía más duro que "remotas". Tiemblan ante la eventualidad de un desastre.

 

Alberto Rodríguez Saá aterrizaba en la arena política de los precandidatos presidenciales con un interesante viento a favor. Se encuentra en posición idónea para demostrar eficiencia en la administración provincial, experiencia, resultados mensurables y comprobables, pleno empleo, una importante inversión en tecnología e infraestructura, y una eterna serie de bondades. Pero el puñado de limitaciones que carga sobre sus hombros está cerca de implosionar todas aquellas variables favorables. El "Alberto" llega a esta puja porteña con un desconocimiento harto elevado, consecuencia de un pésimo manejo de su imagen pública y una escasez absoluta en apariciones de prensa (solo ha aprovechado resquicios limitados en La República, periódico local de su propiedad). Finalmente, las luchas intestinas y la desorganización en su partido Es Posible han minado contundentemente sus chances para la Primaria Federal. Se ha mencionado en pequeñas encuestas privadas que los porteños exhiben un pobre recuerdo del apellido Rodríguez Saá: tiene que ver con el tristemente célebre discurso de Adolfo ante la Asamblea Legislativa, luego de la crisis de 2001. En aquella exposición, el hermano del hoy precandidato proponía utilizar al rosado edificio de Balcarce 50, el Obelisco y el Cabildo como garantías para el pago de un número de cuotas de la deuda externa nacional. A posteriori, sus palabras fueron el gatillo para que el Congreso en su totalidad aplaudiera de pie la caída en default de la Argentina. La política es injusta. También suele serlo la memoria. Pero las asociaciones negativas suelen imprimirse con más fuerza en la mente del votante y esta es una regla de oro inapelable; peor aún cuando aquellas asociaciones se cocinan a fuego lento durante años en la percepción individual. Transcurrido un tiempo, amortiguarlas se torna una misión imposible para cualquier equipo de comunicación. El fracaso está garantizado en aquellos casos en que un candidato suele recurrir al hermano, la hermana, el yerno o los amigos de "correrías" para armar un equipo a través del cual promocionarse frente a la ciudadanía. Cuando el oponente a vencer es inteligente y avezado, éste siempre podrá recurrir a la demolición unitaria de cada miembro del team del candidato, con el fin de contaminarlo e intoxicar su radio de acción: las malas noticias corren como reguero de pólvora.

 

Eduardo Duhalde presenta una incógnita fundamental, desde la óptica de la miniinterna capitalina: se trata de ver en qué medida podrá superar el escollo de la supuesta imagen negativa que se le endilga. Aunque, a priori, se presume que toda la atención de los medios estará concentrada casi exclusivamente en el nivel de participación que concentre el evento. En lo que respecta al señor de Lomas de Zamora, los objetivos que se ha propuesto su núcleo son variados, y tienen que ver principalmente con los diferentes espectros que puedan acercarle su voto de confianza. Proyecta la estructura duhaldista que pueda producirse algún acercamiento de parte de hombres de las Fuerzas Armadas que, preocupados, se han hecho eco de la iniciativa del ex presidente para atenuar la situación de sus "presos políticos". Ello en relación a las demoras interpuestas adrede en la Justicia por el kirchnerismo ideologizado y que, como está visto, persiguen objetivos electorales para satisfacer a polos de izquierda. De igual forma, se prevé que pueda contarse con el empuje de votos originado en sectores peronistas porteños [gremios] decepcionados de su conducción del sindicalismo kirchnerista. Lo propio se espera del elemento que milita para el PRO de la Capital, y que mantiene reservas ideológicas respecto del Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Pero, por sobre todo, los operadores cercanos a Duhalde apuestan a contar con el beneplácito de porciones del electorado independiente, golpeado por la inseguridad, la inflación y otros vicios originados y potenciados por la influencia negativa del kirchnerismo en el ámbito de la Ciudad. El sindicalismo oficialista que opera en la Capital Federal -se especula- podría inclinarse por castigar a sus tutelares emparentados con la Casa Rosada participando y eligiendo al de Lomas, especialmente cuando se considera que el Gobierno Nacional tendrá dificultades para contener posibles deserciones. Incluso le será difícil reprender a los potenciales "rebeldes" que arrastren algún sufragio para el ex presidente porque, ¿cómo averiguarían la identidad de aquellos que se atrevan a obsequiarle un voto en este escalón de la Primaria?

 

Por un sinnúmero de razones, la interna capitalina del Partido Federal cosecha más atención de la que se estimaba previamente: el domingo 3 de abril constituiría una suerte de "Alfa" electoral, en tanto que las Presidenciales de octubre serán un "Omega". Principio y fin de la Decisión 2011.

 

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En otro orden de temas, una noticia que los grandes medios han pasado por alto se trata del extraño episodio en el cual elementos de la Policía Bonaerense detuvieron a un vehículo con dominio diplomático y que -tal lo reza la información- pertenecería al motor pool de la Embajada de los Estados Unidos de América. En el hecho, se interrogó al ocupante del vehículo y se requisó armamento sofisticado. Mientras la sede diplomática del país del norte aún no ha emitido comentario oficial sobre el tema, llama la atención que solo Tiempo Argentino cubriera lo ocurrido (ver el enlace: http://tiempo.elargentino.com/notas/psa-secuestro-armas-largas-de-auto-de-embajada-de-los-ee-uu). No hubo referencias al hecho ni en La Nación ni en Diario Clarín. Fuentes de inteligencia no allegadas al Gobierno Nacional sugieren que pudo tratarse de una operación para provocar una respuesta de parte de los funcionarios que se desempeñan en el espartano edificio situado en Av. Colombia 4300.

 

Sin embargo, la información publicada en Tiempo Argentino permite corroborar información previa, en el sentido de que los halcones kirchneristas/cristinistas comienzan a ejecutar las primeras fases de su gran operativo de propaganda con vistas a las Presidenciales de octubre. El esfuerzo mediático de Balcarce 50 para sostener la candidatura aún dudosa de la Presidente Cristina Fernández se concentrará en dos ejes fundamentales: primero, un esmerado trabajo de demolición definitiva del Grupo Clarín y su proceder "corporativo" y "destituyente"; segundo, la concentración de fuego pesado de artillería con Estados Unidos por objetivo. En virtud de que la decisión de Barack Obama afectó de manera importante el plan proselitista del oficialismo -elementos extremistas tenían previsto prepararle una "contramarcha" como con George Bush en su momento-, se ha optado por una política exterior de corte confrontativo con el "imperialismo" norteamericano. La premisa es extender indefinidamente el episodio deleznable del avión Globemaster III retenido en Ezeiza, contestar airadamente desde el atril presidencial cualquier comentario que autoridades y funcionarios americanos hagan sobre la Argentina, y manufacturar cualquier evento que sirva a estos propósitos. La meta final es aprovechar el sentimiento "antiimperialista" que -siempre de acuerdo a la Rosada- se ha detectado en la ciudadanía, particularmente en estratos medios y bajos. Aún cuando los números del mencionado "estudio de opinión" jamás se publiquen, los argentinos veremos cómo, de aquí en más, los medios concentrados en manos del kirchnerismo cristinista harán todo lo posible para posicionar al país como un enemigo del Norte y sus aliados. Sin lugar a dudas, un pésimo negocio, en tiempos en los que los buenos negocios escasean.

 

 

Por Matías E. Ruiz, Editor

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