POLITICA: POR MATIAS E. RUIZ, EDITOR

Carlos Reutemann, el eterno cartesiano. El sub-45 y la sombra de Alberto Fernández

El "Lole" continúa jugando a ser la espada de Damocles dentro del arco de candidatos del Peronismo Federal, montado en su indefinición. El Sub-45 neoperonista -con el salteño Urtubey a la cabeza- comienza a cobrar forma junto a Sergio Massa, Daniel Scioli y Jorge Capitanich, promocionándose como una alternativa superadora o "tercera posición". Su lema: "Ni Kirchner ni Duhalde". Pudiera ser que este polo atrajera la atención de importantes referentes opositores. El rol de Alberto Fernández y la "política de supermercado".

27 de Septiembre de 2010
Que se baja. Que sigue firme junto al cañón. Se enfurece y declara: "Mi opinión ya la conocen; no pregunten más". Minutos después, sus albaceas políticos lo vuelven a candidatear. Carlos Reutemann tira de la correa hasta el cansancio, hartando a analistas políticos y coprovincianos por igual. Pero las "dudas cartesianas" que exhibe de cara a su candidatura no alcanzan para ocultar lo inocultable, esto es, que al "Lole" le satisface que la prensa hable de él a cada minuto. Y -por qué no decirlo- su indefinición perturba más de la cuenta a los candidatos presidenciales del Peronismo Federal, que esperan una respuesta definitiva del ex piloto para lanzarse o -en apariencia- dar el paso al costado. Porque -aún cuando el propio Reutemann jamás termine de salir a la luz pública para aclarar su postura-, la jugada permanece en manos de sus laderos de confianza. Ahí está Daniel Germano -mano derecha del santafesino- quien, no sin cierta dosis de ingenua y mal fingida socarronería, se lanza a afirmar que su jefe político "no será candidato a Gobernador de la provincia". Explota el ex piloto de F1 hasta la última gota de paciencia y de intriga de aquellos que esperan. Se regocija con el deseo de empresarios y justicialistas que aguardan su salto al ruedo para volver a respirar, confiados en que el Lole es -como creen- "el que mejor mide para las Presidenciales en el Peronismo". Por supuesto: también están los otros. Son aquellos que creen que, con su jugada, Reutemann reafirma su carácter intrínsecamente timorato y a todas luces "cobardón". Porque -de acuerdo a un viejo peronista de buenas migas con El Ojo Digital- "un candidato en serio jamás jugaría de esta forma a la estrellita. Este bamboleo es digno de alguien que quiere ganar con el menor esfuerzo, empujando al resto para que se baje. El Lole es un tipo que tiene miedo a competir. Le teme a salir a medir fuerzas con el resto. Y muchos nos acordamos muy bien de las obras hidráulicas que le obsequió a los amigos en Santa Fe antes de la inundación, que terminaron por volverla peor. Tenemos todo eso bien presente, y muchas otras cositas... Y, al final, ¿a alguien le entra en la cabeza que un tipo que no puede controlar a su gente pueda ser candidato a Presidente? ¿Te suena Roxana Latorre? No se diga más...". La política se ha heterogeneizado en los últimos meses. Pero no se trata de una heterogeneización al estilo Herbert Spencer. Se trata, en rigor, de una reconversión a caballo del pensamiento del americano Jack Kerouac, cuya expresión más célebre fuera "No tengo para ofrecer al mundo más que mi propia confusión". En el arte de lo posible de nuestra Argentina poskirchnerista, vale todo. Lo primero que ha cambiado desde 2003 y otras lejanas épocas es que, a diferencia de aquellos tiempos, hoy una foto no significa demasiado. Las instantáneas de ocasión solo sirven para aportar mayor intriga, y alimentan el espíritu especulador de sus protagonistas. Muchas de ellas se utilizan, incluso, para desorientar o hacer saltar la ficha de más de un periodista político con tiempo de sobra y necesitado de publicar lo que sea. Pero el análisis puntilloso definitivo queda en manos de los más pacientes. Muchos especulaban con el cruce de vereda de Daniel Scioli, el a estas alturas insufrible Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Justo cuando parecía salir eyectado del espacio kirchnerista, renueva su voto de confianza apareciendo junto al Jefe y su señora esposa, la Presidente Cristina Fernández. El moreno mandatario estadounidense Barack Obama parecía divertirse plantando a la santacruceña, pero sorprendió recientemente saludándose con ella con fervor, al tiempo que le obsequiaba un apretón de manos al bueno de Néstor Carlos. Obama venía de aplaudir la lucha de "las madres de hijos desaparecidos". En medio del pandemonium, no pocos comenzaron a preguntarse -impacientes- qué diablos estaba pasando. Los globos de ensayo y las declaraciones cruzadas saturan hoy el escenario político argentino. Hace cuestión de pocos días -sino horas-, el tema que ardía sobre el tapete (a punto ya de incendiar el fieltro) era el de la cercana diáspora del Grupo de los Ocho, que se eyectarían del espacio oficialista/kirchnerista, para afianzarse dentro del armado del Peronismo Federal. Resultó ser que la cosa no era tan así. Al menos, una porción de ese postulado no coincidía con la realidad. Ese grupo de alcaldes rebeldes del conurbano se compone de Gilberto Alegre (General Villegas), Sandro Guzmán (Escobar), Joaquín de la Torre (San Miguel), Sergio Massa (Tigre), José Eseverri (Olavarría), Luis Acuña (Hurlingham), y Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas). Complementa el pelotón Pablo Bruera, intendente de la bella Ciudad de las Diagonales. Cuando se refiere que Néstor Carlos Kirchner es un muerto político, abundan las razones para fundamentarlo. En cualquier caso, las interpretaciones varían cuando se intenta dilucidar la identidad de su verdugo. Este estará personificado -en primer término y como todo mundo imagina- por la opinión pública, que transmigrará luego en votantes hechos y derechos. A nivel político, los referentes que se proponen barrer el piso con la figura del patagónico se cuentan por docenas. Desde Duhalde hasta De Narváez, pasando por Mauricio Macri y un interminable desfile de candidatos. Pero pareciera ser que pocos venían poniendo el foco sobre el denominado Sub-45 del "peronismo poskirchnerista". De ahí la mención desmenuzada de los intendentes del Grupo de los Ocho quienes, tal como transcurre la telenovela, no planearían incorporarse al peronismo en su versión Federal, sino que manejarían una creativa idea para conformar un bloque propio de poder, en donde los players de peso sean el tigrense Massa, el salteño Juan Manuel Urtubey y el todopoderoso chaqueño Jorge Milton Capitanich Popovich. Hasta aquí, la sorpresa no sería mayor. Pero ciertamente que los ojos de muchos estudiosos del teatro de operaciones político se abrirían hasta cobrar el tamaño de platos si acaso estos individuos sumaran a su espacio -que cariñosa y jocosamente catalogan de "Tercera Posición"- a Felipe Solá, Daniel Scioli y Francisco De Narváez. Y -por qué no- al Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. El alcalde capitalino, para algunos que comprenden, juega muchas veces a hacerse el desentendido. Podría ser cierto que no es amante de los clásicos de la literatura -como le endilga Aníbal Fernández-, pero el hijo de Franco a veces pareciera repasar algunos viejas estratagemas de la China milenaria, colgándose con periodicidad de una de ellas: "Cuando eres fuerte, simula ser débil; cuando eres débil, aparenta fortaleza". Dicho en criollo: Mauricio a veces se hace el tonto, no teniendo un pelo de tal. Esta nueva forma de describir la política invita a no pensar los eventos demasiado linealmente. Sus protagonistas no tienen necesariamente que elegir entre Eduardo Duhalde o Néstor Kirchner, como si sus agendas estuvieran obligadas a fluctuar entre esos dos únicos polos. Ya se ha referido que Urtubey, Capitanich y Scioli podrían pegar el vuelco que teñiría con algo de color a esta, por momentos, aburrida trastienda: en sus mentes sobrevuela la idea de desdoblar las elecciones de sus distritos, para separarlas de las nacionales. Algo puede ya anticiparse, y es que el juego de las testimoniales no sería bien recibido esta vez. Pudiera ser que el salteño se decidiera a hacerse fuerte en su provincia, para luego llegar con un envión de proporciones a la interna manufacturada por el kirchnerismo (y que los peronistas federales oportunamente se encargaron de vaciar). Los afiliados no verían mejor alternativa que expresarse masivamente por él, dado que el esposo de Cristina cotiza hoy mucho menos que los granos de arena en el desierto. Este solo hecho potenciaría enormemente sus posibilidades de posicionamiento. Considera Juan Manuel Urtubey que, a través de este plan, puede convertirse en un presidenciable potable. Daniel Scioli se presentaría como primer Senador por Buenos Aires. Francisco De Narváez aportaría al Sub-45 como Gobernador, y Mauricio Macri les sumaría su armado político capitalino, con gestión. La conclusión para el matrimonio de Olivos salta por lo evidente: Néstor Carlos Kirchner y señora morirán políticamente a manos de propios y también de extraños: sus opciones serán, o el autoexilio o los tribunales. A nadie interesa que prosigan con su agenda de llevarse todo puesto. Para describir fielmente sus procedimientos, habría que crear un nuevo término que supere en contundencia al "manotazo de ahogado". De todas maneras, muchos aterrizarán sobre el aspecto personalista que -necesariamente- debe incorporar cualquier análisis que se precie de ser completo. Porque, mal que mal, la sociedad argentina continúa optando (al menos de momento) por personas; jamás se moviliza por ideas o proyectos. En este sentido, vale la pena remitirse a la debilidad inherente de una posible candidatura presidencial de Urtubey: salvo en el tándem territorial compuesto por Salta y Jujuy, pocos en el resto del país saben quién es. Es por eso que el salteño le confiará -sotto voce- a los fieles soldados de su armado que su objetivo no apunta a 2011 sino a 2015. La meta inmediata del espacio del Sub-45 bajo mención es trazar los planos de una estructura que pueda convertirse en una alternativa potable dentro de cuatro años, y que -en el corto plazo- pueda cotizar a precio de oro. Esto significa que, quienquiera que pretenda salir victorioso en 2011, no tendrá otra alternativa que recurrir a ellos para negociar. Sean el duhaldismo, el macrismo o el núcleo de que se trate. Convocarlos más tarde en el calendario implicará que el precio será -inevitablemente- más elevado. Y aquí no solo se habla de dinero, sino de cargos. Un detalle no menor: el cerebro primigenio de la intrincada operación del Sub-45 es, ni más ni menos, el ex funcionario kirchnerista Alberto Fernández. El mencionado se ha venido ocupando de aglutinar a los protagonistas del armado, muchas veces utilizando su oficina sita en la Avenida Callao 1900 de esta Capital, y desde donde presta servicios de consultoría bajo el tag Inmuebles Callao S.A. Fernández se retiró de la Administración Kirchner en aparente desacuerdo con los malos modos del ex presidente y de su ex amigo, Aníbal Fernández. Dicen los bien informados que la agenda de Alberto no tiene precio, y que aún alimenta excelentes relaciones con los medios de comunicación y la prensa más influyentes del país. Por ello, no debería extrañar que -de aquí a un tiempo- ciertas "plumas" se ocupen de catapultar en sus titulares a los nombres de esta novedosa construcción. Recordemos que, por estos momentos, el periodismo se halla famélico y necesitado de oponer importantes resistencias al gobierno, en función del affaire Papel Prensa. Y muchas veces, ese contrapeso se obtiene impulsando candidatos de la vereda de enfrente. En su oportunidad, tanto Aníbal como otros adláteres del poder K le recuerdan a Alberto su participación necesaria en la compraventa de terrenos en El Calafate a precio vil. Y cierta porción del periodismo underground tampoco olvida las travesuras que cometiera en su paso por la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN). Episodios oscuros como la quiebra de las aseguradoras Omega y LUA tuvieron a Alberto Fernández -se refiere- como protagonista obligado. Retomando lo descripto líneas más arriba sobre el estado de situación, es dable presuponer que éste debería aportarle más de una sugerencia a cientos de miles de militantes peronistas desperdigados a lo largo de toda la geografía nacional: en este escenario digno de calificarse como "política de supermercado", la oferta será abundante. Tanto para aquellos que voten como para aquellos que se vean urgidos de encontrar una "casa". Primera (y más importante) lección: no invertir del propio bolsillo para armar actos ni "bajadas". Más de uno podría terminar perdiéndolo todo. Y ejemplos al respecto abundan. Para colorear el final del presente artículo, valen las carcajadas de cara a la versión que ha hecho correr el kirchnerismo, y que refiere que el riojano Carlos Saúl Menem se encuentra a punto de anotarse en la interna peronista que diseñaran en Balcarce 50. Trascendido que los leales al de Anillaco se han ocupado de desmentir categóricamente. Menem aún no se recupera de la devastación emocional que le ha significado la maquinaria de propaganda K, que relaciona la década del noventa con el ideario del mismísimo Satanás. Por otra parte, reportan que el mayor golpe de gracia que acusó el estado de ánimo del ex marido de Zulema Yoma ha sido la falta de apoyo de parte de referentes del propio peronismo opositor. Estos no solo no lo han buscado para sostenerlo sino que, por el contrario, se acercaron para pedirle su voto cuando dieron inicio las escaramuzas del Senado. Carlos Menem llegará al Mandato Cumplido y luego se recluirá en su provincia, aguardando el final de sus días y el juicio de la Historia. La última reflexión frente al aparente desorden que arrojan las novedades en la política vernácula parte de la consideración de quien escribe. Los movimientos serpenteantes y ciertamente clandestinos que ejecutan los actores principales del Sub-45 bien podrían tener por objetivo eludir a los elementos del aparato de espionaje oficialista que -aún activo- desconfía de todos y espía a todos, para pasar luego el parte al furibundo esposo de la Presidente. Es en este tren que los alcaldes que aún se precian de comulgar con el kirchnerismo reciben gustosamente los fondos que les ofrece el Tesoro, para luego movilizarse políticamente hacia otros espacios. Esta pérdida del control sobre los aliados, muy probablemente, ha jugado un rol clave a la hora de remitir a Néstor Carlos nuevamente a la Clínica Los Arcos. En su interminable derrotero por nosocomios porteños -siempre de capitales privados, por cierto-, el ex primer mandatario también supo aterrizar en el Deutsches Hospital de Avenida Pueyrredón. Existen secretos que no pueden comprarse eternamente. Habrá que reconocer que los vaivenes de la dirigencia local, lejos de invitar a la desazón, estimulan el sano ejercicio de la mente. Quizás el elemento más atractivo de lo imprevisible sea, precisamente, esa cualidad que vuelve inasequible cualquier anticipación. Por Matías E. Ruiz, para El Ojo Digital Política. e-Mail: contacto@elojodigital.com. Twitter: http://twitter.com/matiaseruiz
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