POLITICA ARGENTINA: LAUTARO BONINO

Geopolítica y Swaps: una Historia de Tres Naciones

La derrota en las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires dejó aturdido al oficialismo...

02 de Octubre de 2025

 

La derrota en las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires dejó aturdido al oficialismo y, transitivamente, al espacio político LLA. Más de trece puntos separaron al peronismo de La Libertad Avanza -47% a 33%-, y la inercia electoral vaticinaba un renovado escenario de crisis. Bonos y acciones se hundían, el riesgo país acariciaba las 1.500 unidades, y el Banco Central debió ofrecer US$1.100 millones al mercado para sostener el tipo de cambio.

Javier Milei y Donald Trump contra los Monstruos

Fue entonces cuando el Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, hizo su ingreso en escena para frenar la sangría financiera. Un post en X sería, entonces,  suficiente: 'Argentina es un aliado sistemáticamente importante en América Latina, y el Tesoro está listo para hacer lo necesario dentro de su mandato para apoyarla. Todas las opciones de estabilización están sobre la mesa'. El hilo involucró alternativas tales como líneas de swap, compras directas de divisas y de deuda soberana.

El impacto fue inmediato: los bonos soberanos rebotaron hasta 18%, el dólar cerró 5% abajo, el índice Merval subió 7,3%, un puñado de ADRs recuperaron un 20%, y el riesgo país se precipitó por debajo de los mil puntos.

La semana continuaría luego con la reciprocidad de los respaldos. El Presidente Milei mantuvo un encuentro con el presidente Donald Trump en la cumbre de Naciones Unidas en Nueva York, y se hizo acreedor al premio 'Ciudadano Global 2025' emitido por el reconocido Atlantic Council. 'Hemos tenido una relación extraordinaria con Argentina, que se ha convertido en un fuerte aliado gracias al presidente Milei. Es un muy buen amigo, luchador y ganador, y cuenta con mi apoyo total y absoluto para su reelección como presidente', compartió el mandatario estadounidense en Truth Social, canal de propia factura.

El argentino retornó el favor, en su discurso ante la asamblea. 'El presidente Trump entiende que es el momento de revertir una dinámica que estaba llevando a Estados Unidos a una catástrofe. Su férrea y exitosa política de ponerle un freno a la inmigración ilegal lo deja más que claro. Entiende que debe hacer lo necesario'.

Pese al alineamiento, el sostén financiero de Washington no sería un cheque en blanco -nunca lo es y, por estas horas, aún se discute su formato. La Administración americana espera ahora que el gobierno de Milei concrete acuerdos políticos de cara a los comicios legislativos de octubre, y profundice el avance de reformas estructurales.

Apurando el epílogo de la narrativa, la Argentina se convertiría en un aliado de la potencia norteamericana por vía del aporte de minerales críticos, tierras raras -rare earths o rare metals, en acuerdo con la fraseología geopolítica estadounidense- y el desarrollo de energía nuclear, declarados baluartes para el bocetado de un nuevo formato de Guerra Fría aunque, en esta oportunidad, versus la República Popular China. En tal contexto y, en apariencia, el RIGI -programática ingeniada para la captura de inversiones de magnitud, contra la cesión de ventajas impositivas y cambiarias- habría llamado favorablemente la atención de la Administración Trump. Reza el comentado informe emitido por la Secretaria de Minería de la Nación que el país contaría recursos explotables, valuados en US$ 500 mil millones solo en litio, cobre, oro y plata, con un potencial con chances de superar los US$ 4.100 millones en exportaciones anuales hacia 2030. Adicionalmente, la Argentina fue la primera nación del orbe latinoamericano en suscribir el FIRST, programa del Departamento de Estado americano cuya estrategia se enfoca en la explotación de la capacidad industrial nuclear.

En sintonía con la prerrogativa de referencia, think tanks estadounidenses como el CSIS rubrican la relevancia de la IA en los convenios aún en fase de diseño. 'Para la Argentina, forjar una asociación estructurada con los Estados Unidos en IA podría ofrecer más que solo cooperación técnica. Podría abrir la puerta a la inversión estadounidense en infraestructura, promover las habilidades digitales en toda la población, y marcar un movimiento decisivo para garantizar que sea la IA estadounidense, y no la de origen chino, la que establezca el estándar en toda América Latina'.

La centralidad de esta demarcación de orden estratégico consignaría que la conversación entre Washington y Buenos Aires involucra cuestiones de mayor importancia que el mero tratamiento de cualquier swap, bailout o de una modalidad de asistencia financiera. Una comparativa con el pasado reciente podría ofrecer valiosas pistas: circa 2022, durante la gestión de Alberto Angel Fernández, la Argentina se inscribió sin mayor debte en el proyecto chino Belt and Road Initiative (BRI) o Ruta de la Seda. A la postre, la intentona del gigante asiático -coincidente con la conquista de fuentes de abastecimiento y energía, y la creación de rutas comerciales marítimas y terrestres en el cuadrante rioplatense- sería la maniobra que Washington entiende que es un imperativo categórico bloquear.

Swap versus Swap: en una suerte de enroque de swaps, la Casa Blanca de Trump interpondría presiones adicionales para neutralizar la variante china, reemplazándola con una versión con origen en las Supercomputadoras de la Fed.

Con todo, el cortísimo plazo será el criterio ordenador en la escritura de las últimas páginas del relato: durante las Legislativas de octubre, serán los propios votantes argentinos quienes dirimirán si el salvataje americano suena bien a sus oídos o si, por el contrario, volverán a inclinarse por la vieja melodía peronista


 
Sobre Lautaro Bonino


Lautaro Bonino es Licenciado en periodismo (UP) con posgrado en Economía y Ciencia Política (UCEMA).