POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

Argentina 2023: nadie ganará las elecciones

A través de una circuito marginal -cuyo sinuoso itinerario no podemos develar-, ha llegado a nuestras ansiosas...

17 de Febrero de 2023

 

A través de una circuito marginal -cuyo sinuoso itinerario no podemos develar-, ha llegado a nuestras ansiosas manos un documento, sugestivamente intitulado 'Programa del próximo Gobierno argentino 2023-2027'.

Congreso de la República Argentina
Como es dable imaginar, la idea primigenia era reservar el contenido del instrumento, para revelarlo con las primeras luces del día de asunción del flamante staff de funcionarios consagrados. La decisión capitalizaba un memorable aserto de Carlos Saúl Menem, quien afirmara sin sonrojarse (o, al menos, sin que resultara ostensible la emoción que altera las facciones del embustero): 'Si decía lo que iba a hacer antes de las elecciones, no me votaba nadie'. Pero, como la presente es la era de las filtraciones, no resulta especialmente escandaloso el que hayamos accedido al material que vamos a desplegar antes los ojos que imaginamos atónitos del desprevenido Lector.

Una reflexion tangencial se impone, aunque torne árido el suelo en esta parte del camino: ¿por qué es ésta la era de las filtraciones? Ofrecemos la respuesta más plausible y, a la vez, más cómoda: la tecnología ha liquidado todas las formas de la discreción, la reserva y la confidencialidad. Claro que la tecnología no es aún más astuta que la red de neuronas de la masa encefálica humana. De tal suerte que el mecanismo de defensa contra la intromisión no autorizada consiste en propiciar voluntariamente la filtración de documentos apócrifos, a fin de que la confusión general cree un ecosistema lo suficientemente caótico como para impedir desbrozar la verdad de la mentira. En un punto determinado, la sospecha acerca de la verosimilitud alcanza a inundar todo lo que se lee o escucha, con un grado tal de intensidad, que las vagas fronteras que delimitan desde siempre los conceptos de cierto y falso desaparecen en la disolución de una especie en la otra. Ahora, no hay más verdades, sino dos vertientes derivadas del apocalipsis informático: no hay hechos, sino interpretaciones. La intuición, revalorada, es considerada también una fuente confiable de conocimiento.

Pero vayamos de una vez al precioso material que nos ocupa. Consta de una colección de puntos esenciales a poner en marcha durante -se presume- los primeros cien días, o primeros cuatro años de gobierno.

Es decir, la distinción entre política de shock y gradualismo vuélvese una entelequia, para solaz de los aficionados a, Borges dixit,: 'Las seguras aventuras de la conversación'.

- Economía. El déficit de las cuentas públicas ingresará en un proceso de reducción que se moverá con paso severo y firme. La razón es bifacial: a) porque el Fondo Monetario Internacional (FMI) así lo exige, y monitorea trimestralmente el ritmo del proceso, piedra angular del cumplimiento de los pagos de intereses de la deuda externa. A su vez, el órgano es pieza clave para evitar el default que empujaría, casi sin esfuerzo, al país al precipicio tan temido y vislumbrado; y, b) porque ya no queda mente lúcida que niegue que la inflación es resultado directo de la emisión, que no observa correspondencia alguna con la creación de riqueza genuina.

-Se promoverá el comercio con todos los países interesados en un intercambio provechoso para ambas partes, dejando a un lado cuestiones ideológicas atadas al régimen interno de convivencia vigente en cada nación. Se actualizará el apotegma del inglés decimonónico Disraeli: las naciones no tienen amistades, sino intereses.

-Se iniciará una apertura de nuestros productos a la competencia, con los que se ofrezcan en el comercio internacional -evitando, a su vez, los efectos perniciosos del dumping como herramienta desleal para el copamiento de mercados endebles, y teniendo en cuenta que la industria nacional requiere de un período de capacitación y entrenamiento para enfrentar en igualdad de condiciones a economías que se manejan a escalas groseramente diferenciadas de la nuestra.

-La reforma fiscal inciará un ciclo de simplificación de los mecanismos de imposición y recaudación de tributos, que hoy agobian cual insoportable mochila a la administración de las empresas, en particular las PyMEs -las cuales no disponen de instrumental técnico ni humano para afrontar la verdadera jungla de impuestos que las asfixian.

-La legislación laboral será actualizada en dos etapas. En la primera, se dispondrá un régimen que modificará el actual sistema de indemnización por despido sin causa para los trabajadores que se incorporen a una relación formal de trabajo en relación de dependencia, a partir de la sanción de la reforma. En la segunda, las innovaciones alcanzarán a la totalidad de los contratos -cualquiera sea la fecha de inicio del mismo.

Se fomentará, mediante el empleo de incentivos idóneos, la difusión masiva de las plataformas tecnológicas tendientes a la progresiva substitución del dinero físico y la correspondiente bancarización y en otros casos, transparencia fiscal por otros medios, de la totalidad de las transacciones lícitas.

-El tipo de cambio abandonará las múltiples versiones hoy vigentes y representativas de la presión de factores de poder real económico o determinadas por la necesidad de encarecer algunas operaciones en divisa, con el fin de proteger la actividad local. El dólar estadounidense será autorizado a circular como moneda de curso legal y forzoso, de manera que el acreeedor no podrá rehusar la cancelación en dólares estadounidenses de cualquier tipo de operación y, a su vez, todo saldo deudor en dólares podrá ser cancelado en pesos locales, sin requerirse el consentimiento del acreeedor, a partir de una paridad determinada por variables objetivas -dispuestas por un estándar econométrico ajeno a la voluntad del poder político.

-La asistencia social será sometida a un replanteo integral. Los beneficiarios de la misma, tratándose de adultos sin cargas de familia, recibirán una capacitación de tiempo completo -lapso durante el cual percibirán sin descuentos sus bonos. Concluída dicha etapa, serán incorporados a una bolsa de trabajo, en el que hallarán oportunidades de incorporación formal en relación de dependencia. No estarán en condiciones de declinar esta oferta sino por un breve tiempo, al cabo del cual se cancelará la ayuda solidaria. La obra pública, a través de los operadores privados, deberá absorber la oferta laboral en un proceso gradual y firme, apoyado por incentivos fiscales -cuyo costo no será mayor que el ahorro derivado de la cancelación del beneficio.

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Suspendemos aquí la transcripción del documento, ya que extendernos implicará un grave riesgo de agobio para el martirizado Lector. Dos consideraciones se imponen aún, al menos para tornar inteligible el enunciado que titula estas líneas.

1. Si por ganador se entiende a la coalición que impondrá un programa que el derrotado no implementaría, puede decirse -a ciencia cierta- que no lo habrá en 2023. El electorado queda así reducido a un conglomerado de voluntades que finalmente elegirá por simple mayoría (un voto de diferencia o más) al equipo de funcionarios que pondrá en marcha el único programa disponible

2. La severa limitación de  la autonomía de la Nación, esto es, la capacidad de decidir sus grandes líneas de acción política con un mínimo de injerencia de factores ajenos al concepto de país soberano, está directamente relacionada con su deuda externa (literalmente incancelable) y su desempeño histórico como defaulteador serial. Como es norma en la Argentina, la paradoja emerge súbitamente como el instrumento racional que puede explicar la irracionalidad del destino colectivo.

Así las cosas, podríamos decir que la única manera de que diciembre de 2023 consagre un ganador cosistiría en que ninguno de los contendientes se considere como tal. Si un acuerdo -sincero aunque no formalizado- de colaboración entre las coaliciones no se concreta, es posible que otras opciones impuestas por la desesperación y el pesimismo terminal ganen terreno y avancen sobre la inminentes ruinas.

No habrá un ganador si los adversarios no se ofrecen ni se aceptan como capitanes solidarios de un buque que amenaza con naufragar.

Si el diálogo constructor fracasa, no sólo faltará un ganador. Peor aún, sobrarán los derrotados.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.